¿Qué son las pensiones contributivas?
Las pensiones contributivas son prestaciones económicas destinadas a garantizar ingresos a quienes han cotizado a la Seguridad Social durante su vida laboral. Estas pensiones incluyen la jubilación, incapacidad permanente, viudedad y orfandad.
Para acceder a ellas, es necesario haber cotizado un mínimo de años y cumplir ciertos requisitos de edad y situación laboral.
Límites de las pensiones contributivas en 2025
En 2025, las pensiones contributivas han sido actualizadas con un incremento general del 2,8% para mantener el poder adquisitivo de los pensionistas. Los principales límites son:
- Pensión máxima: 3.267,60 euros mensuales (45.746,40 euros anuales).
- Pensiones mínimas:
- Jubilados de 65 años o más: 12.241,60 euros anuales sin cónyuge y 15.786,40 euros anuales con cónyuge a cargo.
- Jubilados menores de 65 años: 11.452 euros anuales sin cónyuge y 15.786,40 euros anuales con cónyuge a cargo.
Requisitos para acceder a una pensión contributiva en 2025
Para solicitar una pensión contributiva en 2025, se deben cumplir los siguientes requisitos:
- Edad de jubilación: a partir del 1 de enero de 2025, la edad de jubilación se establece en:
- 66 años y 8 meses si se han cotizado menos de 38 años y 3 meses.
- 65 años si se han cotizado 38 años y 3 meses o más.
- Periodo mínimo de cotización: se requiere un mínimo de 15 años cotizados, de los cuales al menos 2 años deben estar comprendidos dentro de los 15 años anteriores a la jubilación.
Cálculo de la pensión contributiva
La cuantía de la pensión se determina en función de las bases de cotización del trabajador y el tiempo total cotizado. Para calcular la base reguladora:
- Se toman en cuenta las bases de cotización de los últimos años trabajados.
- Se actualizan según el IPC.
- Se aplica un porcentaje en función de los años cotizados.
Es importante recordar que, aunque se superen las bases máximas de cotización, la pensión resultante no podrá exceder el límite máximo establecido para 2025.
Compatibilidad y límites de ingresos
Las pensiones contributivas son incompatibles con trabajos remunerados que impliquen la inclusión en el régimen general de la Seguridad Social, salvo en casos como:
- Jubilación parcial: permite trabajar reduciendo la jornada y percibiendo una parte de la pensión.
- Jubilación activa: permite compatibilizar el cobro del 50% de la pensión con un empleo.
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