Cambio climático y el transporte por carretera
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El cambio climático es el conjunto de alteraciones climáticas debidas a causas naturales (sol, volcanes…) o a la actividad humana (emisión de CO2, deforestación…). Además, es una causa directa del efecto invernadero. Afecta a muchos aspectos de nuestra vida, entre lo que se incluye el transporte por carretera.
Hay que tener en cuenta que los cambios ambientales afectan al qué, cómo y dónde se realiza la actividad humana. El cambio climático, al ser el transporte por carretera una actividad que se realiza más al aire libre tiene el potencial de ocasionar un gran impacto en los próximos años en esta industria.
¿En qué puede afectar el cambio climático al transporte por carretera?
Las carreteras y las rutas se verán afectadas de manera importante a causa de cambios bruscos o graduales del clima (lluvias, la temperatura, el viento, las heladas, la niebla o el aumento del nivel del mar…).
Las modificaciones que se producirán en el clima, en la temperatura y hasta en los propios camiones, obligarán al sector a redefinir sus políticas ambientales y de adaptabilidad para lo que está por venir en el futuro próximo, incluyendo también la forma en que los conductores harán su trabajo.
Subida de precios
Según los especialistas, una de las consecuencias más inmediatas del cambio climático, serán las fluctuaciones significativas en los precios del combustible después de importantes sucesos climáticos catastróficos que se producirán con mayor frecuencia a medida que avance el cambio climático.
Los camiones deberán ser más eficientes
Las emisiones de los vehículos, en general, se consideran uno de los principales contribuyentes a los problemas del cambio climático. No hay que olvidar que, según el último inventario oficial de gases de efecto invernadero de España de 2019, el transporte es el responsable del 29,1 por ciento de todas las emisiones del país. Y de ese total, el transporte por carretera acapara nada menos que el 26,9 por ciento.
Para contrarrestar estos efectos y, al mismo tiempo, afrontar el aumento de los precios del combustible y la escasez del mismo, la industria del transporte por carretera está centrada en crear vehículos más eficientes para el transporte de carga.
Los futuros camiones necesitarán tecnología sostenible
El transporte por carretera es una industria que para impulsar su logística empresarial depende de combustibles fósiles (diésel y gasolina), que son grandes emisores de dióxido de carbono y principales responsables del sobrecalentamiento del planeta.
Este es el motivo por el cual la tecnología de transporte “verde” se está haciendo cada vez más popular. Las empresas están tratando de que los vehículos existentes funcionen con fuentes de energía híbridas (gas y electricidad) o completamente con fuentes de energía verde.
Los camioneros necesitarán una formación complementaria y específica
Con un aumento potencial de eventos climáticos extremos, los camioneros deben estar preparados para adoptar planes de emergencia sólidos que les permitan afrontar cualquier cosa que suceda en la carretera: problemas mecánicos o de tráfico, rutas bloqueadas, obras… Se debe garantizar que todos estén plenamente capacitados para responder ante cualquier evento de manera segura y eficaz.
Asimismo, necesitarán, seguramente, conocimientos específicos relacionados con el cambio climático, como datos ambientales, estadísticas de emisiones, o el impacto de sus camiones y rutas en el entorno inmediato, para asegurarse de que cumplen con los patrones ambientales establecidos.
La infraestructura vial cambiará
El clima extremo, las grandes tormentas, las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos pueden causar daños importantes a la infraestructura de caminos y carreteras. El deterioro de estos puede afectar al tráfico y, consecuentemente, al uso de combustible y las emisiones de carbono, entre otros factores.
Para prevenir estos problemas, ya se está investigando con materiales que pueden contribuir a que las carreteras se reparen a sí mismas tras los daños provocados por inundaciones o por la propia erosión natural.
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