La elasticidad de la demanda

Borja Carrascosa Nogales

Consultor y Periodista Económico en Revista Capital | Web

Consultor, con una experiencia de más de seis años; periodista con 16 años de trayectoria como analista económico y financiero y MBA por IE Business School.

La demanda puede clasificarse como elástica, inelástica o unitaria. Esta clasificación mide el impacto que un cambio de precios tiene en la demanda de un determinado producto, y su función es calcular la sensibilidad o capacidad de respuesta de un bien o servicio ante incrementos o reducciones del coste del mismo en el mercado.

Se calcula con una sencilla fórmula, en la que Q1 es la cantidad demandada inicial, previa al cambio de precios; Q2 es la demanda final, tras el cambio; P1 es el precio inicial y P2 es el precio final.

Si la fórmula da como resultado un número superior al 1, la demanda es elástica. A la inversa, si el resultado es inferior a 1, la demanda es inelástica. Y, por último, si el resultado es 1, la elasticidad de la demanda es unitaria y cambia en la misma proporción que los precios.

De la misma forma, una oferta comercial elástica es aquella en la que el cambio de precio se traduce en una gran variación de la cantidad o volumen ofrecidos. La oferta será inelástica, por el contrario, si un cambio de precios no se traslada a la cantidad o volumen ofertado.

Demanda elástica

Una demanda elástica (superior a 1 en la fórmula) implica que el cambio en el precio de un determinado bien o servicio implica un impacto relevante en la cantidad comprada o demandada del mismo por parte de los consumidores.

En términos generales, la existencia de productos sustitutivos al nuestro en el mercado (lo contrario al monopolio) implica una mayor elasticidad de la demanda.

Un ejemplo de producto con demanda elástica lo encontramos en el sector del motor. Las marcas automovilísticas compiten en un mercado con mucha oferta, y una de las variables (no la única) que mejor afecta a las ventas es el precio de los coches.

Además, en el caso del sector de la alimentación, por ejemplo, la subida del precio del pollo puede derivar la demanda hacia productos sustitutivos, como la carne de cerdo.

Demanda inelástica

En productos o servicios cuya demanda es inelástica (inferior a 1 en la fórmula), los cambios de precios tienen un impacto limitado en la cantidad o volumen demandado. En otras palabras, la demanda no es muy sensible a los cambios en los niveles de precios.

Un buen ejemplo de este tipo de bienes es la gasolina, ya que, en términos generales, una subida de precios no provoca que los conductores dejen de conducir. Al menos, no en la misma medida.

Lo que sí puede impactar en la demanda, y convertirla posiblemente en elástica, es el cambio de precios de una determinada estación de servicio en zonas muy pobladas. Las gasolineras cuentan con sustitutivos relativamente accesibles en los que encontrar carburante más barato.

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Elasticidad unitaria

La elasticidad unitaria implica que el cambio de precios impactará en la misma medida en la demanda. Es decir, que, si subimos un 10% los precios de un determinado bien o servicio, su demanda descenderá en la misma medida.