Qué pasaría si España estuviera fuera del euro
Resumen del contenido
Amante de las finanzas, la economía conductual y los impuestos, ha hecho de su pasión su profesión y actualmente es orientador y formador. Con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la comunicación en finanzas e inversión y múltiples colaboraciones en medios del sector.
Las posibilidades de una salida de España del euro a día de hoy son nulas. Ni España busca un “Spexit” ni la Unión Europea (UE) se plantea un futuro sin su cuarta mayor potencia económica.
Sin embargo, la conveniencia del proyecto europeo y de permanecer en él es un debate que se produce cíclicamente. En los últimos tiempos, a raíz de la política monetaria, más centrada en ayudar a Alemania que en las necesidades de miembros como España.
¿Qué pasaría si España abandona la Unión Europea? ¿Cómo sería una salida del euro por parte de España? Vamos a tratar de dibujar el panorama financiero que resultaría y las consecuencias económicas y sociales de una hipotética salida de la UE.
Adiós a las ayudas europeas
La consecuencia más inmediata es que España se quedaría sin las ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que todavía debe ingresar y que están detrás de buena parte de las medidas que el Gobierno ha podido impulsar en los últimos años.
En total, España recibirá 69.528 millones de euros en transferencias no reembolsables, además del acceso a 70.000 millones de euros en préstamos del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia (MRR), los 12.400 millones de euros del fondo de Ayuda a la Recuperación para la Cohesión y los Territorios de Europa (REACT-EU) y los 35.000 euros de los fondos estructurales, FEDER y del Fondo Social Europeo+.
Todas estas inyecciones de capital desaparecerían instantáneamente y puede que incluso hubiese que devolver parte de ese capital dependiendo del acuerdo de salida de la UE.
Sin respaldo europeo para la deuda
España tiene que financiar en los próximos años más de 1,33 billones de euros en deuda durante los próximos años.
El tipo de interés de esas nuevas emisiones de deuda depende de la evolución de los tipos de interés oficiales del dinero que marca el Banco Central Europeo (BCE) y, en menor medida, de la evolución de la economía española.
Actualmente, la deuda española mantiene un rating Baa1 por parte de Moody’s y de A/A-1 por parte del S&P Global. Esta calificación caería en picado con España fuera del euro y sin el apoyo de Alemania y del resto de la UE.
Además, el principal comprador de la deuda española es el organismo emisor y regulador bancario del euro, a tipos de interés históricamente bajos. Si España sale del euro, perderá al principal “cliente” de su deuda y deberá buscar nuevos compradores.
Esto se traduciría en un aumento del coste de financiación e incluso el riesgo de quedarse fuera de los bonos más solventes y del radar de buena parte de los fondos de inversión en renta fija.
Y si la deuda soberana del país, en teoría la más solvente, sufre, todavía lo harán más los bonos corporativos de las empresas.
Dificultades de financiación
Costes al margen, la banca nacional tendría más dificultades para acceder a financiación y eso terminaría trasladándose a una escasez de crédito a empresas y familias.
Las consecuencias serían un frenazo al consumo y la economía.
Vuelta a la peseta, devaluación incluida
Salir de la UE implicaría dejar el euro y, por lo tanto, volver a la peseta. En su cambio original, un euro tenía un valor de 166,386 pesetas, pero hoy la relación sería absolutamente diferente.
El cambio a la peseta se produciría seguramente con una devaluación frente a otras divisas lo que tendría sus propias consecuencias:
- Exportaciones más competitivas porque la moneda nacional sería más barata que la de los países vecinos del euro.
- Turismo más competitivo al ser un país más barato, aunque sin la ventaja de la libre circulación de personas.
- Importaciones más caras. Con una peseta devaluada, comprar en euros o en otras monedas sería mas caro. Esto tendría un enorme impacto en una economía globalizada como la actual. De hecho, el efecto en el coste de la energía sería enorme e incalculable.
- Deuda más cara al estar denominada en euros, salvo que se crease un mecanismo de cambio fijo.
Recuperar la peseta también supondría una mayor fluctuación del tipo de cambio y la correspondiente inestabilidad para las operaciones con países extranjero. Para que lo entiendas mejor, las empresas pasarían a negociar con el resto de la UE en pesetas frente a euros y eso implicaría costes adicionales por cambio de divisas.
Repunte de la inflación
La devaluación de la moneda traería consigo un aumento de la inflación por el incremento del coste de la energía y de las importaciones.
Para combatirla, el Banco de España (BdE) podría tener que elevar los tipos, lo que restringiría el acceso a crédito todavía más.
Aumento del déficit
El déficit va a seguir aumentando dentro o fuera del euro, pero con España fuera de la UE, aumentaría todavía más por la disminución de ingresos del Estado.
Fuga de capitales
Una de las impagables ventajas del paraguas comunitario es la posibilidad de operar en todo Europa. Sin esa libre circulación de capitales, es de esperar que muchas personas abandonen en país.
A diferencia de Reino Unido, donde Londres es un centro bancario internacional, España no cuenta con esa ventaja para retener capitales y empresas más allá de su nexo con Latinoamérica. Fuera de la UE, ese nexo no sería tan interesante para las empresas que buscan centralizar tus operaciones.
Si España sale del euro, perdería la libertad de circulación de personas en todos los territorios de la UE sin la necesidad de contar con un visado. Además, los títulos académicos no serían reconocidos por defecto en los países europeos, por lo que habría que convalidarlos. Desaparecerían las becas Erasmus, y los ciudadanos españoles perderían, asimismo, los privilegios de la atención médica en toda Europa.
El ejemplo del Brexit: qué ha pasado con la economía británica
El caso de Reino Unido no es exactamente comparable al nacional. Y es que los británicos nunca han abandonado la libra esterlina como divisa. Aun así, hay conclusiones interesantes después de tres años fuera de la UE.
Desde su salida, Inglaterra mantiene el nivel inflación más alto de los últimos 40 años. El comercio con el resto del bloque comunitario ha descendido un 15% y más de tres cuartas partes de las empresas aseguran que el acuerdo comercial del “Brexit” frena su capacidad para expandirse.
A esto se añade la fuga de trabajadores y la falta de mano de obra en sectores como salud por el final de la libre circulación de trabajadores.
En resumen, que Reino Unido transita por la parte más dura de haberse vuelto a aislar de Europa sin beneficios potenciales a corto plazo.
¿Pasaría lo mismo con España?
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Informe breve e interesante. Estas informaciones no la publican las televisiones
ni las radios, y tampoco los periódicos. España ha utilizado
la devaluación de la moneda con frecuencia, para intentar
nivelar los déficits comerciales o de balanza de pagos, crónicos.
España también es el país del mundo que más suspensiones
de pagos de la deuda soberana ha realizado a lo largo de la Historia.