Buscar alquiler: ¿por Internet o agencia?
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Tanto si eres propietario de una vivienda, un local comercial, una plaza de garaje, una oficina u otro inmueble y quieres alquilarlo, como si estás buscando alquiler de alguno de estos inmuebles, surgirán de inmediato una serie de preguntas: ¿Alquilo personalmente el inmueble o dejo la gestión en manos de una agencia inmobiliaria? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de una y otra opción? ¿Qué es mejor para mí?
Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes. Para ayudar a disipar esas dudas, debes tener en cuenta lo que representan ambas opciones, tanto para el propietario como para el inquilino, con el fin de poder valorarlas y tomar la decisión más conveniente.
Buscar alquiler utilizando los servicios de un agente inmobiliario
- PARA EL PROPIETARIO
Las ventajas que representa para el propietario contar con la ayuda de un profesional, se traducen, principalmente, en comodidad y seguridad. Además, por su perfecto conocimiento del mercado, el profesional está en disposición de ofrecerle un asesoramiento muy exacto sobre el precio que puede pedir por el alquiler del inmueble.
El alquiler se producirá antes debido a la mayor visibilidad que tendrá el piso o local que pretende alquilar por la difusión que el profesional hace del mismo en medios de comunicación, Internet, redes sociales, anuncios en su propio local, etc.
Por otra parte, es la inmobiliaria quien enseña el piso, primero a través de fotos, con lo que hace una criba previa y no enseña el piso a quien no interese. Resulta auténticamente tedioso tener que ir al piso un sinnúmero de veces para mostrárselo a los inquilinos potenciales, además de la pérdida de tiempo que supone y los gastos de transporte que originan los desplazamientos, sobre todo en las grandes ciudades.
El profesional cuida mejor la selección del futuro inquilino y tiene más posibilidades que un particular de obtener datos sobre el mismo a través de la consulta de ficheros de inquilinos morosos. Además se encarga de solicitar y reunir la documentación necesaria para asegurarse de la solvencia del inquilino, como avales bancarios y personales, últimas nóminas, contratos de trabajo, fianzas, etc., y de que esta documentación sea real. También, en el caso de que se trate de una persona que ha tenido anteriormente problemas de pagos, puede rechazar al inquilino o exigirle unas garantías extraordinarias.
Pero el profesional no se limita solamente a enseñar el piso y seleccionar al inquilino, además ofrece asesoramiento legal muy útil para aquellos propietarios que no tienen un conocimiento exhaustivo de la legislación vigente en materia de alquileres, y que, cuando actúan por su cuenta, suelen incluir cláusulas que no están permitidas. Una mala redacción de un contrato que no cumple lo estipulado en la Ley, puede suponer futuros problemas para el propietario.
Asimismo, pueden aconsejar sobre la conveniencia de someter el contrato al arbitraje de una persona imparcial, con el fin de que, en caso de conflicto, las partes acuerden someterse a su decisión para encontrar una solución sin tener que recurrir a la vía judicial, con todos los gastos y tiempo que esta conlleva.
Como servicio añadido, algunas inmobiliarias ofrecen al propietario la posibilidad de encargarse de la gestión de todo lo relacionado con el alquiler todo el tiempo que este dure: cobro de recibos, seguro de alquiler, etcétera.
- PARA EL INQUILINO
El inquilino, por su parte, se beneficia al recurrir a un profesional para alquilar su vivienda, ahorrándose tiempo y desplazamientos a pisos que no cumplen sus expectativas.
Un profesional tiene la oferta concentrada en su cartera de pisos y ajusta la búsqueda según las necesidades y el presupuesto de su cliente y ha comprobado, previamente, el buen estado y las condiciones de habitabilidad del inmueble. Por su conocimiento del mercado, los inmuebles que oferta suelen tener un precio inferior al precio medio de la zona.
Ofrece, asimismo, asesoramiento legal para que en el contrato no se incluyan cláusulas abusivas y se ocupa de todo el papeleo antes y después de la firma del contrato, y aporta una garantía de profesionalidad en el tratamiento de los datos personales, laborales y financieros facilitados por el inquilino, acorde a la ley de protección de datos.
Pero, ¿cuáles son los inconvenientes de acudir a un agente inmobiliario? Prácticamente solo uno: los honorarios. La cantidad que cobra un agente inmobiliario por gestionar un alquiler no está fijada por ley, depende de lo que acuerden las partes, pero como mínimo es una mensualidad de la renta.
En ocasiones se cobra al propietario, en otras al inquilino y en otras se reparte a medias, según acuerden. En cualquier caso, hay que sopesar si compensa o no pagar ese dinero teniendo en cuenta las ventajas que se obtienen, tanto por parte del propietario como del inquilino.
Buscar alquiler de particular a particular
- PARA EL PROPIETARIO
Para el propietario, esta operación no le supone, prácticamente, ninguna ventaja frente a la de utilizar un agente inmobiliario, por las razones dichas anteriormente. Solamente puede beneficiarse por el hecho de ahorrarse la comisión del agente, si es él quien tiene que pagarla, o de ahorrársela al inquilino si debe pagarla este, en cuyo caso el arrendamiento podría producirse en menos tiempo.
Hay propietarios a los que les gusta conocer personalmente a los futuros inquilinos y realizar ellos mismos el filtro entre los solicitantes, guiados más por su impresión personal que por cualquier otro aspecto.
Es precisamente este asunto la mayor desventaja de alquilar personalmente. No solo hay que dejarse llevar por la impresión que cause el futuro inquilino. Es necesario solicitar una serie de garantías (nóminas, contratos de trabajo, avales, fianzas, etc.) que si no se hace bien por desconocimiento o por falta de experiencia, puede acarrear problemas futuros. Además, como se dijo anteriormente, el propietario asumiría una carga de trabajo (tiempo, visitas al piso, publicidad, desplazamientos, etc.) que no tiene compensación.
- PARA EL INQUILINO
Para un inquilino, buscar alquiler de particular a particular puede reportarle algunas ventajas. La principal sería ahorrase el importe de la comisión que le cobraría la agencia inmobiliaria, equivalente a uno o dos meses de renta.
Por otra parte, el trato es más directo y sencillo con el propietario que con una agencia, lo que ayudaría a solucionar más rápidamente los problemas o malentendidos que pudieran surgir en la negociación del contrato, y también le resultaría más fácil llegar a un acuerdo en el precio de la renta, prórrogas, fianzas, etc.
Sin embargo, en ocasiones se produce un desconocimiento casi absoluto de la legislación en materia de arrendamientos y, al no tener una persona que le asesore en este aspecto, puede dar por buenas cláusulas abusivas que el propietario haya introducido en el contrato, lo que en un futuro puede suponer una fuente de conflictos y contrariedades.
No gozaría de las ventaja de que le busquen el piso según sus necesidades y posibilidades estando solamente a la espera de que le avisen, sino que tendría que emplear mucho tiempo, dinero y paciencia para buscar el alquiler que le conviene.
Intermediación de alquileres: la tercera opción
Finalmente, existe otra opción que ayuda a buscar el alquiler de una vivienda. En muchas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos existe un servicio público de intermediación en alquileres.
El propietario ofrece su piso a un precio más bajo que el de mercado a cambio de la garantía del organismo público de que su piso va a estar cuidado. El inquilino, por su parte, se beneficia de una renta menor y de la intermediación de un organismo público si surgen problemas en la vivienda.
Pero, sea cual sea el modelo que se elija, es importante contar con el respaldo del Seguro de Hogar MAPFRE, con las mejores coberturas encaminadas a dar una solución rápida a muchos de los imprevistos y averías que surgen de forma inesperada en cualquier vivienda.
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