Ventajas de casarse a los 60 años
Resumen del contenido
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Cada año aumenta de forma progresiva el número de hombres y mujeres que deciden casarse a los 60 años (o más). De hecho, en diez años las cifras han experimentado un incremento espectacular: mientras en 2008 contrajeron matrimonio un total de 5.050 personas mayores de 60 años, en 2018 la cifra se disparó a los 11.277, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.
Estos datos responden al envejecimiento de la población que registra nuestro país. Cada vez hay más personas mayores y, en el futuro, esta tendencia se incrementará. Es muy probable que hacia el año 2050 un tercio de la población rebase los 64 años.
Respecto a la esperanza de vida, los datos de la Organización Mundial de la Salud son muy claros: en varones españoles se sitúa en los 80 años, mientras que las mujeres superan los 85, convirtiéndose en las más longevas de Europa y las segundas del mundo, solo por detrás de las japonesas.
Sin embargo, que los mayores decidan casarse pasados los 60 años tiene, también, una motivación puramente práctica. Sin matrimonio, hay muchas posibilidades de que otros familiares reclamen parte o toda la herencia, e incluso el inmueble en el que ha vivido la pareja toda la vida. Y no solo eso.
A continuación, exponemos las ventajas legales, tributarias y fiscales de las que disfrutan los mayores de 60 años cuando deciden unirse en matrimonio.
Casarse a los 60 tiene ventajas
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El matrimonio establece un vínculo conyugal entre dos personas consolidado por medio de un contrato que se inscribe en el Registro Civil, tanto si se trata de una boda civil como por la Iglesia.
Este vínculo otorga una serie de derechos a sendos cónyuges que cobran especial relevancia pasados los 60, ya que, entre otras cosas, reconoce el derecho a la pensión o a la herencia cuando la pareja ha fallecido sin dejar testamento.
Tributación conjunta
Una de las ventajas asociadas al matrimonio es la posibilidad de hacer una tributación conjunta en el IRPF, lo que puede ser beneficioso cuando uno de los dos cónyuges ya no trabaja o cuando tienen hijos.
Herencia por fallecimiento
En caso de fallecimiento de uno de los cónyuges, al superviviente le corresponde el total de la herencia, o el usufructo de un tercio en el caso de que haya hijos, siempre que no haya testamento que lo contradiga.
Hay que tener en cuenta que las comunidades autónomas de Aragón, Baleares, Cataluña, Galicia, Navarra y País Vasco equiparan los derechos sucesorios de las parejas de hecho a los de las casadas.
Impuesto de sucesiones
Los beneficios en el impuesto de sucesiones dependen de la región en la que se encuentre la familia, lo que puede llevar a disfrutar de más o menos bonificaciones en este impuesto.
Pensión de viudedad
Al estar casados, el cónyuge superviviente puede reclamar la pensión de viudedad sin necesidad de demostrar ningún otro requisito más que su matrimonio.
No obstante, si se está recibiendo una pensión de viudedad y la persona beneficiaria de la misma decide casarse de nuevo, esta ayuda desaparece.
Y aquí es donde encontramos una de las motivaciones más relevantes que hacen que cada vez más personas decidan casarse pasados los 60 años, ya que la supresión de dicha ayuda tiene dos excepciones, es decir, se sigue cobrando si:
- El superviviente tiene más de 61 años de edad.
- Dicha pensión representa el 75 por ciento de los ingresos
Cabe recordar que la pensión de viudedad se recibe desde el primer día del matrimonio, a no ser que el fallecido lo haya hecho por enfermedad común surgida antes de la boda. En ese caso, es preciso que haya transcurrido, al menos, un año desde la formalización del matrimonio.
En definitiva, son muchos los motivos que llevan a los mayores de 60 años a contraer matrimonio, además de recibir amor, cuidados y protección en esta nueva etapa de la vida. Si eres previsor y quieres garantizar tu futuro para estar libre de preocupaciones, los Planes de Pensiones MAPFRE te ofrecen la seguridad que necesitas.
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Yo me he casado con 60 años y estaba soltero hasta esa fecha. Con 57 conocí a mi mujer, una viuda 10 años más jóven y con dos hijos jóvenes. Tengo que reconocer que he tenido durante mi vida mucha paciencia pero aunque la paciencia ha sido a veces muy amarga, sus frutos han sido muy dulces. SIn duda, ha merecido la pena esperar tantos años para encontrar a mi mujer, He esperado tanto tiempo soportando con paciencia años de soledad, de individualismo, de una mal llamada libertad, pero finalmente he encontrado una mujer extraordinaria, inteligente, dulce, atractiva, independiente, y mi ahora libertad compartida me hace aún más libre como persona. Me he enriquecido y madurado, y me he encontrado con 60 años como un hombre diferente, con facetas hasta ahora desconocidas, la de esposo-compañero-amante, padre que no padrastro, yerno, cuñado, tío, tío-abuelo, y padre de una preciosa dálmata. Soy un hombre muy feliz. Y además soy un vasco que vive en Andalucía. 180 grados de cambio en mi vida que me proporcioan una vida plena y totalmente satisfactoria. Lo recomiendo.
(Y soy cliente de Mapfre, que también lo recomiendo)