Pobreza en la tercera edad
Resumen del contenido
El equipo de redacción de MAPFRE lleva más de 10 años preocupándose por tus ahorros y porque sigas manteniendo una buena calidad de vida en el momento de la jubilación. Pero no solo eso, aquí encontrarás información útil y práctica sobre relaciones laborales, impuestos, prestaciones y mucho más.
Los años de experiencia de MAPFRE en el sector nos avalan como fuente de información veraz y práctica para acompañarte en las diferentes etapas de tu vida.
La calidad de vida de los que forman parte de la Generación Senior debería ser un tema del máximo interés porque es el grupo demográfico con mayor crecimiento relativo durante las últimas décadas y porque todos les debemos mucho por el trabajo y el esfuerzo que han desarrollado toda su vida para el bien de las actuales generaciones. Pero son muchos los problemas que tienen que enfrentar entre los que podemos enumerar la pobreza, la soledad, la dependencia, la salud, el maltrato…
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España hay 9.307.511 personas mayores de 65 años, un máximo histórico absoluto a pesar de las bajas por Covid y de la especial incidencia de la enfermedad sobre las personas mayores.
Pobreza en mayores
Los expertos calculan que en 2030 las personas de este segmento de edad supondrán el 30 por ciento de la población, frente al 18 actual. Con estas previsiones no está garantizada la sostenibilidad del sistema de pensiones y hay que tener en cuenta que los únicos ingresos con los que cuentan y contarán en el futuro muchas de estas personas son, prácticamente, los importes de sus pensiones. Importes que actualmente rayan, en muchos casos, el umbral de la pobreza, o están claramente por debajo.
Este umbral se asocia, normalmente, a los hogares cuya renta media por unidad de consumo se sitúa por debajo del 60 por ciento de la media general.
Según los últimos datos oficiales ofrecidos por el INE, en España, el umbral de pobreza se incrementó en 2019 hasta alcanzar los 9.009 euros anuales para un hogar de una persona. Sin embargo, la tasa de pobreza de las personas mayores se redujo hasta el 15,6 por ciento.
¿Cómo es posible esto? Porque, como hemos dicho, la inmensa mayoría de las personas de 65 años o más tiene ingresos que proceden de una pensión y, por tanto, son relativamente fijos. En este contexto, las variaciones de su tasa de pobreza dependen básicamente de los cambios anuales del umbral de pobreza y muy poco de la variación de sus ingresos. Por este motivo, entre las personas mayores, la tasa de pobreza y el umbral de pobreza se modifican, normalmente, en el mismo sentido: ambos aumentan o disminuyen al mismo tiempo.
Salud y dependencia
En lo que respecta a la convivencia, sabemos que, durante la vejez, las probabilidades de vivir en soledad aumentan con los años. En España, el número de hogares unipersonales en personas de 65 años y mayores, se ha incrementado en los últimos años. La proporción es mayor entre las mujeres que entre los hombres debido a la diferente esperanza de vida a favor de las primeras. La mayoría de hogares, no obstante, lo constituyen una pareja sola, sin hijos ni otros convivientes.
Y, aunque la mayor parte de las personas mayores tiene, actualmente, buenos niveles de autonomía y salud, es frecuente también encontrar en estas edades personas dependientes, es decir, que necesitan de la ayuda de otras para poder desenvolverse en su vida diaria.
Para estos casos existen interesantes soluciones, como el Seguro de Accidentes Senior +55 MAPFRE, que ofrece un amplio abanico de servicios para clientes de entre 55 y 80 años, como ayuda a domicilio o sesiones de profesionales por accidente. “Y tantos + profesionales para atenderte”.
Maltrato
Uno de los peores ultrajes que tienen que sufrir algunos mayores es el maltrato físico o psíquico, incluso agresiones sexuales o abusos económicos, tanto por parte de sus propios familiares como por parte del personal que trabaja en centros de atención a personas mayores.
En España, un informe elaborado por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, asegura que el 0,8 por ciento de los ancianos decía sufrir maltrato por parte de algún familiar. Los cuidadores de personas mayores con dependencia reconocían, por su parte, tasas mayores de maltrato: el 4,5 por ciento.
Sin embargo, la mayoría de los casos de maltrato permanecen ocultos. En su mayor parte, las personas ancianas maltratadas no denuncian por miedo o vergüenza; o bien porque se sienten culpables, o porque creen que son una carga y temen acusar a sus hijos o parejas por miedo a las represalias, el aislamiento social, etc. En muchos casos, a esto hay que añadir también la falta de conciencia o el deterioro cognitivo del propio afectado que le incapacitan para denunciarlo.
Comentarios (0)