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Los pies son herramienta fundamental de nuestro camino en la vida pero, precisamente porque nos sostienen una existencia entera, con los años, se terminan resintiendo. Llegados a la Generación Senior, entendemos la importancia de la podología en las personas mayores ya que es en ese momento cuando aparecen algunos problemas nunca antes padecidos.
Callos, uñeros, pies de diabético, dedos con juanetes… Estos y otros problemas han de ser atendidos a tiempo para evitar males mayores, teniendo en cuenta que en la Generación Senior el cuidado de los pies va más allá de una cuestión estética y es un asunto de salud.
A muchas personas con cierta edad les suena eso de cuidarse los pies “llamando al callista” y esa concepción no es del todo incorrecta, ya que éste es un profesional sanitario que se ocupa de tratar los callos (queratosis o sobrecrecimiento de las células de la piel de los dedos de los pies) pero es importante saber distinguir y destacar lo importante es que la podología llegada cierta edad.
Un podólogo es un profesional capaz de diagnosticar enfermedades en los pies, pautar tratamiento, realizarlo él mismo, incluso operar, por ejemplo, un juanete o dedo engatillado. Los podólogos, por supuesto, también dedican mucho tiempo en consulta a la prevención, ya que la podología en la Generación Senior puede considerarse tan importante como el control del endocrino o la vigilancia del deterioro cognitivo.
La importancia de la podología en la Generación Senior
La podología en un adulto mayor cobra mucha importancia porque es en esta edad cuando aparecen ciertos problemas de movilidad, enfermedades vasculares y otras como la diabetes o la artrosis, que no hacen sino empeorar el estado de los pies.
En qué casos debe ir un senior al podólogo
Estas son las patologías más habituales que se tratan en la consulta de un podólogo para mayores:
El pie diabético
Muchos mayores terminan siendo diabéticos con la edad. Derivado de esta enfermedad, pierden sensibilidad nerviosa, además de que cicatrizan peor y sus heridas se infectan con mayor facilidad.
Cualquier intervención que se haga en las uñas de los pies un diabético (aunque solo sea cortarlas), debe hacerla un podólogo, ya que si se complica lo más mínimo, la situación se agrava rápidamente. Están documentados casos en los que una infección en una uña ha sido desatendida y ha llegado al hueso, requiriendo una amputación.
Callos, durezas y ojos de gallo
Los callos, también conocidos como hiperqueratosis, se forman por la presión y fricción a la que sometemos algunas zonas del pie y que provoca la acumulación de células muertas como mecanismo de protección.
Las durezas salen en zonas más grandes, como talón y lateral, incluso en el dedo gordo y se deben a una contante presión.
El ojo de gallo es un callo “blando” que se forma entre los dedos. Lo reconocerás porque tienen un borde blanquecino y bien definido a su alrededor, con un núcleo rojo y redondo dentro. Duele bastante.
Cada uno de estos problemas tiene una forma de solucionarse y, salvo las durezas, debe dejarse en manos de un podólogo.
Las uñas encarnadas
Cuando hay una uña encarnada, el dolor es enorme y hay que intentar solucionar la situación para evitar infecciones y que el senior en cuestión no quiera moverse, con el problema derivado del sedentarismo.
Ahora bien, que las personas mayores tengan uñas encarnadas es tan habitual como urgente de tratar. Si no se acude al servicio de podología para personas mayores se corre el riesgo de que por un mal corte en las uñas (u otras circunstancias como que apriete el zapato o se haya dado un golpe) se produzca una infección. A eso se suma que cualquier problema de movilidad se ve agravado cuando, por culpa de una uña encarnada, no se apoya bien el pie.
Aunque una buena pedicura pautada cada dos semanas puede prevenir que las uñas se encarnen, si llega el momento de tener que separarlas para que empiecen a crecer de forma correcta, al implicar cortes y sangrado, además de una buena cicatrización, lo mejor es buscar un podólogo para mayores.
Ante la necesidad de contratar un podólogo para mayores, cabe recordar que el Seguro de MAPFRE Salud incluye esta especialidad