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Múltiples estudios han demostrado los beneficios que supone para la salud tocar un instrumento musical, pues involucra a todas las partes del sistema nervioso central. Como no podía ser de otra manera, también en la edad adulta se puede gozar de esos beneficios físicos y psicológicos. Nunca es tarde para aprender a tocar un instrumento. Tal vez, los que forman parte de la Generación Senior puedan satisfacer ese deseo que se tuvo de niño o de joven y, por falta de tiempo, de medios o por cualquier otro motivo, no se pudo cumplir.
A continuación, reseñamos los beneficios más notables para una persona mayor que ha decidido aprender a tocar un instrumento.
Beneficios de tocar un instrumento en la Generación Senior
Estimula el cerebro
Uno de los beneficios más destacados de la música es el desarrollo de un cerebro dinámico y sano. Para el ejercicio de esta actividad se precisa el movimiento de ambas manos y de los dedos, lo que estimula un desarrollo por igual de los dos hemisferios cerebrales. De esta manera, se consigue incrementar la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar, mejorando la plasticidad neuronal.
Mejora la atención y la memoria
Para los mayores, tocar instrumentos musicales tiene una serie de beneficios cognitivos como son las habilidades del lenguaje, la atención, la memoria, la capacidad de aprendizaje, la conducta o la inteligencia espacial, que es la capacidad para visualizar, formar y representar ideas o imágenes mentales desde diferentes ángulos.
Frena el envejecimiento cerebral
Por otra parte, hay que tener presente el deterioro mental y cognitivo que el paso de los años produce en el cerebro. Tocar un instrumento musical se convierte en la mejor terapia contra este desmejoramiento porque mantiene activo el cerebro frenando su envejecimiento y compensando las pérdidas cognitivas asociadas a este, mediante la creación de determinadas conexiones neuronales en el cerebro.
A través de investigaciones realizadas con personas mayores de 60 años se pudo comprobar que aquellas que habían tocado algún instrumento durante, al menos, diez años presentaban mejores resultados, referidos a la memoria no verbal, al desarrollo de procesos ejecutivos cerebrales y al recuerdo de nombres, que aquellas que no lo habían hecho.
Reduce el estrés y la ansiedad
Tocar un instrumento musical produce buenas sensaciones en el ánimo de las personas y reduce los niveles de estrés y de ansiedad.
Uno de los pocos estudios realizados para demostrarlo constató un descenso en los índices de cortisol, la hormona liberada por el cuerpo como respuesta al estrés. Esto es muy importante para los adultos, quienes comúnmente están más expuestos a situaciones que aumentan los niveles de estrés.
Disminuye los niveles de depresión
Del mismo modo, tocar un instrumento musical es la mejor terapia para relajar emociones, porque los niveles de depresión, fatiga y ansiedad, experimentan una notable disminución.
Por lo que respecta a los adultos mayores, resulta aún más beneficioso ya que contribuye a aliviar los síntomas de demencia y los trastornos de estrés postraumático, además de reducir la presión sanguínea.
Cómo y dónde aprender
En realidad, aprender a tocar un instrumento no es tan complicado como puede parecer a primera vista. No se trata de convertirse en un virtuoso de la música, para lo que se requerirían años de práctica y estudio, sino tan solo de conseguir determinada destreza por pura satisfacción personal.
No hay que ponerse plazos para no agobiarse, pero hay que mantener cierta disciplina y, sobre todo, tener una actitud positiva.
Lo fundamental es elegir un instrumento que te agrade y que no agrave los dolores articulares o de otro tipo que puedas tener.
Muchos ayuntamientos organizan clases para aprender a tocar un instrumento musical destinadas a los adultos que lo deseen. También existen academias y profesores particulares. Pero si no te apetece moverte de casa, en internet encontrarás muchos tutoriales para aprender y para descargar las partituras.
Si tienes limitaciones físicas o cognitivas, ello no es óbice para aprender a tocar un instrumento. Puedes contactar con un especialista en musicoterapia que te ayudará en tu propósito.
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