Cómo te afectan los tipos de interés en tu día a día
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Los tipos de interés son una variable clave para comprender el funcionamiento de una economía, ya que determinan el precio del dinero y la política monetaria de los bancos centrales. Las decisiones de estos últimos marcan el volumen de liquidez que circula en un determinado sistema económico, y su papel en la reciente crisis financiera ha sido determinante para la recuperación de los países.
Podemos asegurar que, sin la correcta gestión que hicieron los bancos centrales de los tipos, las economías desarrolladas hubieran tardado mucho más en recuperarse de la recesión provocada por las hipotecas “basura” en Estados Unidos y que rápidamente se extendió al resto del mundo.
En síntesis, esta tasa porcentual expresa el interés que las entidades financieras tienen que abonar al banco central correspondiente (Banco Central Europeo en la Zona Euro, Reserva Federal en Estados Unidos, Banco de Japón, etc.) para poder acceder al capital del organismo. Una parte importante de este capital entrará después en la economía real en forma de créditos o préstamos, por lo que su influencia sobre la economía es determinante. Su evolución al alza o a la baja influye de forma decisiva en los costes de financiación de empresas, familias y ciudadanos, y eleva o reduce la rentabilidad de productos de ahorro como los depósitos o los planes de pensiones.
Los tipos influyen decisivamente en la evolución del euríbor, que es el tipo de interés a corto plazo al que una multitud de bancos europeos se prestan capital unos a otros en el mercado interbancario. Esta referencia, además, se utiliza para calcular los intereses de los créditos hipotecarios, y está en negativo desde principios de 2016 al no haberse producido incrementos en los tipos de interés del BCE.
El papel de los bancos centrales
Como hemos explicado anteriormente, los bancos centrales son los responsables de fijar los tipos de interés en sus decisiones de política monetaria. Así, y en función del ciclo económico en el que nos encontremos, podemos diferenciar entre:
Políticas monetarias expansivas
Son aquellas en las que el banco central, con el objetivo de estimular la entrada de dinero en la economía, reduce los tipos de interés para que a los bancos puedan acceder a su “ventanilla” de liquidez a un coste más reducido, y, por extensión, puedan prestarlo en la economía real a precios más reducidos. Este tipo de medida, que puede ir acompañada de otras iniciativas como la compra de deuda pública en el mercado secundario (bonos), se suele producir en etapas de recesión y de pérdida de liquidez en las economías.
Sirvan como ejemplo los movimientos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), entre otros, que decidieron reducir los tipos de interés cuando estalló la crisis financiera de 2008 para evitar una caída mayor de las cifras macroeconómicas de los países bajo su tutela. En los años más duros de la crisis financiera, los tipos de interés se situaron próximos al cero por ciento tanto en Estados Unidos (que ya los está subiendo y los situó a finales de 2018 en el 2,25 por ciento) como en la Zona Euro (siguen situados en el 0 por ciento desde marzo de 2016).
Políticas monetarias restrictivas
Este tipo de políticas monetarias, relacionadas con los periodos de expansión económica y grandes volúmenes de liquidez y movimiento de capitales, concentran un conjunto de medidas encaminadas a evitar un “recalentamiento” de la economía, un exceso de endeudamiento del sector privado y la aparición de burbujas.
Los bancos centrales elevan los tipos de interés para restringir la cantidad de dinero que circula en las economías. Si el banco central aumenta el coste de acceso a su ventanilla de liquidez, las entidades financieras lo repercuten después en los intereses de sus mecanismos de financiación, restringiendo el acceso del sector privado a créditos baratos. Es la política que ya ha empezado a aplicar la Fed de Estados Unidos.
Política monetaria acomodaticia
Es la que suele producirse en los denominados como periodos de transición, esto es, entre épocas de recesión económica y su posterior recuperación. Son aquellos periodos en los que los bancos centrales no modifican los tipos de interés y los mantienen en niveles históricamente bajos para favorecer la actividad de las empresas. Es la que rige actualmente la actividad del BCE, que está retirando progresivamente los estímulos económicos a un ritmo menor que el de la Fed.
¿Por qué suben los tipos de interés en Estados Unidos y no el BCE?
Existen diferencias relevantes entre la política monetaria de Estados Unidos y la de la Zona Euro, además del número de países a los que afecta cada una, y la principal tiene que ver con el momento del ciclo económico en el que se encuentra cada región. Estados Unidos acumula varios años de crecimiento económico sostenido tras la crisis financiera, con cifras cercanas al pleno empleo, mientras que algunas economías europeas todavía luchan por purgar los excesos de la crisis financiera.
Por ello, y para evitar el crecimiento de otra burbuja con la que causó la crisis financiera, Estados Unidos comenzó hace años la subida progresiva de los tipos de interés. La Fed pretende así restringir la entrada de dinero en la economía, poner coto a la especulación y evitar un excesivo endeudamiento del sector privado.
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