Hipoteca compartida: qué es y cómo funciona
Resumen del contenido
Amante de las finanzas, la economía conductual y los impuestos, ha hecho de su pasión su profesión y actualmente es orientador y formador. Con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la comunicación en finanzas e inversión y múltiples colaboraciones en medios del sector.
Comprar casa en pareja es el mayor compromiso financiero que puedes adquirir con tu novio o novia, sobre todo si lo haces financiando la adquisición. A fin de cuentas, con una hipoteca compartida estarás adquiriendo una obligación de pago conjunta durante un plazo de hasta 35 años.
Si quieres evitar sorpresas, sobre todo si el amor se acaba, es importante que entiendas cómo funcionan los préstamos hipotecarios compartidos.
¿Qué es una hipoteca compartida?
Las hipotecas conjuntas son préstamos con garantía hipotecaria en los que ha más de un titular. Esa es la principal característica de este tipo de hipotecas: la titularidad está compartida y también las obligaciones como hipotecados.
Las hipotecas compartidas son la forma más habitual de comprar casa en pareja y su funcionamiento es similar al de un préstamo al uso, solo que con algunos matices porque la deuda y su pago se hace entre varias personas.
Características de las hipotecas en pareja
Lo que define a un préstamo compartido es que todo se hace entre dos o más personas. Esto afecta a los derechos y también a las responsabilidades.
Al comprar la vivienda es posible establecer los porcentajes de propiedad de la casa según lo que cada uno aporte e incluso el porcentaje de la cuota de la hipoteca que pagará cada parte. Sin embargo, este tipo de acuerdos importan poco a efectos prácticos.
La razón es que prácticamente todas las hipotecas compartidas son solidarias. Esto quiere decir que todos los titulares responden por el total de la deuda, sin importar el acuerdo que puedan tener para el pago de las cuotas o el porcentaje que posean de la casa.
La traducción es que, si uno de los dos no paga su parte de la hipoteca, el otro tendrá que nacerlo de forma solidaria. Incluso si se trata de una pareja que ya está separada y solo uno de los dos vive en la casa.
Así es como la entidad financiera se protege ante cualquier contratiempo como que una de las personas de la pareja pierda su trabajo o que se hayan separado una no quiera pagar la hipoteca.
Como la responsabilidad es solidaria, el banco no tendrá que preocuparse por estas cuestiones y se asegura que cobrará en cualquier caso porque la responsabilidad es solidaria y compartida.
Esta es la principal diferencia de las hipotecas compartidas frente a las hipotecas individuales.
¿También los avalistas?
Cuando una persona avala una hipoteca compartida, se convierte también en un deudor solidario. De esta forma, si los titulares del préstamo no pueden hacer frente a las cuotas el banco podría exigirle el pago a él.
Además, dependiendo del alcance del aval, puede responder con todos sus bienes.
Lo mismo pasaría con una doble garantía hipotecaria.
Ventajas de una hipoteca compartida
Ahora que ya sabes como funcionan las hipotecas conjuntas, vamos a ver sus ventajas y por qué sigue siendo la mejor opción para financiar la compra de casa en pareja.
- Es más fácil conseguir la hipoteca. El hecho de haya dos pagadores que garantizan el préstamo es un punto de seguridad extra para el banco. Esto hace que sea más sencillo obtener una hipoteca.
- Préstamos más elevados. La regla de oro que siguen la mayoría de bancos para decidir la cantidad por la que puedes hipotecarte muy sencilla. Evalúan tu capacidad de endeudamiento y se aseguran de que no supere el 35% de tus ingresos. Al sumar dos nóminas, esa capacidad de endeudamiento será mayor y podrás pedir una hipoteca más grande y comprar una casa mejor.
- Mejores condiciones. Esto dependerá también de tu perfil financiero, pero cuantas más garantías aportes, más fácil será negociar con el banco las condiciones de la hipoteca y mejorarlas.
- Riesgo de impago limitado. Esta es una ventaja para el banco y para ti. Con dos nóminas, estás diversificando el riesgo de impago. Si uno no puede hacer frente al préstamo, siempre quedará otro sueldo para pagar las cuotas. Eso sí, ten cuidado al establecer la cuota del préstamo con esa regla del 35% de tus ingresos. Si uno gana mucho más que el otro y es el que pierde el trabajo, puedes tener problemas.
La solución pasa por valorar tu situación financiera de forma global.
Desventajas de la hipoteca compartida
Frente a los pros de los préstamos conjuntos están los contras. Este modelo de financiación también tiene sus riesgos e inconvenientes. Algunos ya los has visto al hablar sobre cómo funciona una hipoteca compartida. Son los siguientes:
- Responsabilidad solidaria. Puede ser un problema en caso de separación o si has pactado un reparto específico de la hipoteca y una de las partes no puede cumplirlo.
- Salir de la hipoteca puede ser más complicado. Como veremos a continuación, uno de los inconvenientes de la hipoteca compartida es terminar con ella antes de tiempo si uno de los titulares quiere abandonar el préstamo.
- Mala planificación financiera. Uno de los mayores errores de la hipoteca compartida es pensar sumar los salarios sin pensar en su distribución. Como hemos visto, puede pasar que uno solo de los sueldos no sea suficiente para pagar la cuota cuando hay una importante diferencia salarial.
¿Cómo terminar con una hipoteca compartida antes de tiempo?
¿Qué pasa si el amor se acaba? ¿Se termina también la hipoteca? Lamentablemente, lo que pase con tu relación de pareja no puede afectar menos a la hipoteca compartida. El préstamo seguirá vigente, aunque tu relación se haya terminado.
En otras palabras, deberás seguir pagando las cuotas hasta que encontréis una solución para la casa y la hipoteca compartida. Estas soluciones pasan por:
- Vender la casa y cancelar la hipoteca. Es la solución más sencilla, pero no siempre la mejor desde el punto de vista económicos por los impuestos que se pagan al vender la vivienda. Con esta opción, vendes la casa y utilizas el dinero para cancelar la hipoteca antes de tiempo.
- Que uno de los dos compre al otro su parte de la casa. Esta es otra alternativa habitual con la que hay que tener cuidado. En este caso es importante que la persona que venda su parte de la vivienda salga también de la hipoteca, porque si no, seguirá siendo deudor solidario.
Si estás pensando en la segunda solución, la forma más económica de hacerlo es a través de una extinción de condominio en lugar de una compraventa. Así la parte compradora se evitará tener que pagar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales o ITP.
Además de la hipoteca, también es importante revisar la titularidad del seguro de hogar y de los seguros de vida ligados a la hipoteca.
Recuerda que con el Seguro de Hogar MAPFRE puedes personalizar las coberturas para tener una póliza a tu medida.
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