Educación financiera para niños
Resumen del contenido
Amante de las finanzas, la economía conductual y los impuestos, ha hecho de su pasión su profesión y actualmente es orientador y formador. Con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la comunicación en finanzas e inversión y múltiples colaboraciones en medios del sector.
¿Habría que enseñar finanzas en el colegio? Esta es una pregunta recurrente cada vez que salen a luz datos de la tasa de ahorro de los españoles, cómo invierten su dinero o estafas financieras e ilustra perfectamente la importancia de la educación financiera para niños.
¿Por qué educar a los niños en finanzas y en libertad financiera?
La respuesta parece evidente: el dinero está presente en todos los ámbitos de la vida. Piensa en cuáles son tus objetivos vitales, tus metas y lo que quieres conseguir. Ahora piensa en qué necesitas para alcanzar ese objetivo: seguro que dinero o tiempo. Y con suficiente capital, vas a poder comprar tiempo.
En resumen, los niños y cualquier persona van a tener que relacionarse con el dinero a lo largo de su vida y lo idóneo sería que tuviese unos conocimientos sólidos mínimos para hacerlo con garantías.
Así es como se pueden evitar las espirales de deuda por las tarjetas de crédito, las cláusulas abusivas en hipotecas, estafas bursátiles, no contar con un colchón financiero o algo tan básico como no gastar más de lo que ingresas.
Solo por eso ya sería interesante que los niños aprendiesen las bases de las finanzas personales.
¿Qué necesita saber un niño sobre finanzas personales?
Esta es quizás la pregunta más importante y para la que no hay una única respuesta. En realidad, depende tanto de la visión de cada persona sobre el dinero como hasta dónde se quiera profundizar.
Lo que sí que existen son una serie de bases mínimas que deberían saber, como:
- Cuál es el papel del dinero y su historia.
- La diferencia entre deseo y necesidad.
- La importancia del ahorro y de no gastar más de lo que ingresas.
- Cómo funcionan las principales herramientas financieras como bancos, neobancos y los seguros.
- Cómo funcionan los impuestos, cuánto se paga y para qué se utilizan.
- Cómo hacer un presupuesto.
- Qué es la inflación, cómo se genera y cuál es el impacto sobre el ahorro y el dinero.
Solo con esos conocimientos ya estarían por encima de buena parte de la población. Si ya sumásemos otros conceptos básicos como el interés compuesto y la inversión, estaría mucho mejor preparados que la media.
¿Cuándo empezar a enseñar educación financiera a un niño?
Los niños son curiosos por naturaleza, les gusta aprender y les encanta el dinero, sobre todo cuando descubren lo que se puede hacer con él.
La realidad es que se puede empezar a formar en finanzas desde muy pequeños, aunque no necesariamente con conceptos financieros o monetarios
Las finanzas personales tienen mucho más que ver con actitudes y percepciones que con números. Se trata de cuestiones básicas como aprender a distinguir entre deseo y necesidad, no desperdiciar recursos (ahorrar) o aprender a controlar los impulsos consumistas. Y todo eso, se puede trabajar a cualquier edad.
¿Quieres algo más programado? Este sería un ejemplo de las cuestiones que podrías abordar a cada edad:
- Hasta los 3 años: enseñarles que no todo lo que quieren es necesario, algo que puedes hacer con la comida cuando tienen hambre y quieren un chocolate, pero lo que necesitan es comer. También puedes explicarles que cuando vas al super o a una tienda, cambias dinero por cosas. Mejor hacerlo con monedas físicas, para que lo vean más claro.
- Entre los 4 y los 6 años: trabaja el ahorro a través de los recursos que tienes en casa. No desperdiciar comida, agua, energía… En términos financieros, ya puedes empezar a hablarle de que hay cosas que son más y menos caras y del papel del trabajo como herramienta para conseguir dinero y cosas que puedan querer. Intenta, eso sí, que vean que hay diferentes formas de ganarse la vida y que no todas requieren un trabajo de 8 horas.
- Entre los 7 y los 12 años: cuando el niño aprenda a contar podrá empezar a manejar su propio dinero, porque cuando se trata de finanzas existe una gran diferencia entre la teoría y la práctica. A partir de aquí podrás darle la paga, aunque hay otras formas de conseguir que tenga dinero que manejar. También podrás trabajar ciertos hábitos de consumo como comparar precios y, por supuesto, profundizar en qué hacen los bancos, qué son los seguros e incluso en cuestiones de inversión.
- A partir de los 13 años: aquí se abre un mundo de posibilidades. Con esa edad ya empezará a tener más gastos y, sobre todo, gastos más caros y recurrentes que le pueden ayudar a tener que hacer un presupuesto como el que tienes tú para tus gastos domésticos. También puedes enseñarle cómo funciona realmente un banco, qué son los impuestos e incluso introducirle en el mundo de la inversión.
¿Cómo enseñar educación financiera a los niños?
Hay muchas herramientas y fórmulas que los niños aprendan sobre finanzas personales. Lo que nunca debes perder de visa es que se trata de niños y que, cuanto más pequeños, más práctica debe ser la lección.
El principal objetivo de la educación financiera para niños es que se acostumbren a la gestión financiera, que entiendan que es algo para todo el mundo y que no hace falta ser un genio de las matemáticas para tener una buena relación con el dinero.
Estas son algunas estrategias y herramientas para conseguirlo:
- Hablar de dinero con los niños en casa, para que las finanzas no se conviertan en un tema tabú dentro de la familia. Esto va desde hablar de cuánto se gana en casa (ojo, no hay por qué dar una cifra concreta si no quieres) hasta qué presupuesto hay para hacer viajes.
- Incluir a los más pequeños en las tomas de decisiones, por ejemplo, si vais a comprar un televisor, hacerles partícipes, que vean distintos modelos, prestaciones y precios, así irán entendiendo el valor de las cosas. Además, aprenderán que tener en cuenta su opinión no equivale a hacer lo que ellos quieren.
- Crear objetivos de ahorro en familia, como pueden ser las vacaciones de verano. Así aprenderán que la familia es un equipo y trabaja como tal.
- Aprender austeridad y frugalidad o, lo que es lo mismo, la diferencia entre necesidad y deseo. Puedes ligarlo a compras concretas como el estuche o la mochila del cole. Seguro que ellos quieren la de Naruto o su equipo de fútbol, pero lo que necesitan es una mochila normal. Para que lo entiendan, costea tú la mochila básica y que ellos paguen la diferencia de precio hasta la que quieren con su paga.
- Consumo responsable y consciente, que a edades tempranas se basa en no desperdiciar y de más mayores en aprender a controlar los impulsos consumistas por un lado y a comprar de forma inteligente por otro. Por ejemplo, enseñarles a comparar precios o a esperar a ir a casa para buscar ese producto que han visto online.
- Dejar que se ganen lo que más ilusión les hace, como la bicicleta, en lugar de comprársela. Para que lo consigan puedes ayudarles a trazar un plan de ahorro con su paga o a pensar ideas para conseguir un dinero adicional, desde vender pulseras hasta crear pequeños negocios más sofisticados.
- Dales la paga o ayudarles a crear su propia paga. El tema de la paga da para un artículo en sí mismo. La paga es la herramienta más sencilla para que aprendan a gestionar su propio dinero, pero no la única. Lo que sí está claro es que necesitará tener su propia asignación para aprender de forma práctica. Bien enfocada, puede ser como un salario que ganan por determinadas actividades (nunca relacionadas con tareas del hogar). Lo más importante aquí es que entiendan que esa paga es para cubrir ciertos gastos que ahora tú no vas a cubrir como padre. Si no, es como un dinero caído del cielo, justo lo que no quieres que sea la paga.
- Crear una visión positiva del dinero, que entiendan que es una herramienta más a su disposición y no un fin en sí mismo. La forma más sencilla de hacerlo es relacionar tiempo y dinero, para que vean que con dinero pueden conseguir tiempo para hacer lo que les gusta. Esto también incluye eliminar las actitudes de envidia hacia quienes tiene dinero o pensar que el dinero envilece a las personas.
- Desarrollar una actitud positiva hacia el trabajo, para que entiendan que el trabajo es necesario para conseguir dinero, pero no tiene por qué ser una obligación negativa. En otras palabras, hacer bueno el dicho de Confucio: “Trabaja en lo que te gusta y no habrás trabajado un solo día en tu vida”, decía Confucio.
- Ayúdales a ahorrar, estableciendo con ellos objetivos de ahorro asumibles a corto plazo cuando son muy pequeños y a más largo plazo cuando tienen una paga más elevada.
- Déjales equivocarse, porque de los errores es de donde más se aprende. Deja que se gasten toda su paga semanal el primer día y que luego se queden sin nada para el fin de semana o que se compren ese capricho a costa de no poder hacer algo que tú sabes que les hace más ilusión. Eso sí, cuando se equivoquen, que lo harán deja que asuman y sufran por su error.
Al final, se trata de fomentar en los niños una actitud positiva hacia las finanzas, que no las vean como algo inaccesible, sino como un elemento más de su vida cotidiana del que se puede hablar con libertad y tratar sin tapujos.
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