Cómo mejorar tus ahorros con el interés compuesto
Resumen del contenido
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El concepto de interés compuesto es fácil de entender sobre la práctica y con un ejemplo: se trata de hacer crecer tus ganancias al reinvertir y sumar al capital inicial, lo que vas percibiendo por tu ahorro. El propio Albert Einstein afirmó que se trata de la fuerza más poderosa del universo.
Interés compuesto vs. interés simple
El interés sencillo es aquel que tiene cualquier producto de ahorro o inversión. Un ejemplo básico: inviertes 10 euros con un interés mensual sencillo del 10 por ciento, en un mes ganarías 1 euro. Tu capital ascendería a 11 euros.
El interés compuesto es el factor que entra en juego cuando ya has conseguido un mínimo rendimiento en tu dinero y en lugar de retirar ese beneficio, lo sumas a tu capital inicial, de forma que siguiendo el ejemplo anterior el segundo mes obtendrías el 10 por ciento no de 10 euros, sino de 11… es decir, 1,1 euros. El segundo mes de ahorro tendrías un total de 12,1 euros.
Para que el interés compuesto sea efectivo, el ahorrador nunca debe retirar de su inversión ganancias ni capital, sino siempre ir sumando para que el capital sobre el que se aplica el porcentaje de interés sea siempre mayor y, por tanto, el beneficio también lo sea. Se trata de capitalizar el ahorro conseguido para disfrutar de los beneficios del interés compuesto y no solo del sencillo, que se calcula sobre el capital inicial invertido.
Fórmula para calcular el interés compuesto
Financieramente, hay una fórmula matemática que te permite calcular cuál será el interés compuesto que vas a conseguir con determinada inversión a partir de un capital inicial y aplicando un interés continuo a lo largo del tiempo y siempre que la capitalización de los intereses sea continua.
Cf = Ci + (1+i) elevado a n
- Cf es el capital final
- Ci es el capital inicial
- I es la tasa de interés
- n es el periodo de ahorro o duración de la inversión.
Con esta fórmula se puede ir calculando cuanto se gana cuando se aumenta exponencialmente el capital inicial con los intereses generados cada periodo de tiempo por la propia inversión.
Siguiendo el sencillo ejemplo de invertir 10 euros con un interés del 10 por ciento mensual a lo largo de un año, 12 meses, la tabla de beneficios aplicando el interés compuesto.
- Primer mes: 10 +1 = 11
- Segundo mes: 10+1,1 = 12,1
- Tercer mes: 12,1+1,21= 13,31
- Cuarto mes: 13,31 + 1,331 = 14,6
- Quinto mes: 14,6 + 1,4 = 16,1
- Sexto mes: 16,1 + 1,6= 17,7
- Séptimo mes: 17,7+ 1,7 = 19,4
- Octavo mes: 19,4 + 1,9 = 21,4
- Noveno mes: 21,4 + 2,1 = 23,5
- Décimo mes: 23,5 + 2,3 = 25,9
- Undécimo mes: 25,9 + 2,5 = 28,5
- Duodécimo mes: 28,5 + 2,8 = 31,3
A partir de una inversión inicial de 10 euros, después de un año capitalizando intereses y, por lo tanto, aplicando el interés compuesto, se consiguen 21,3 euros de beneficio a sumar a los 10 de capital inicial, es decir, un total de 31,3 euros. Si solo aplicas el interés sencillo, cada mes solo ganarías 1 euro, por lo que al final del año, la ganancia serían 12 euros más los 10 de inicio, 22 euros.
¿Por qué el interés compuesto hacer crecer más los ahorros?
Si no capitalizas las ganancias de tus inversiones, el tipo de interés que debes aplicar para tus cuentas es el sencillo. Sin embargo, si tu plan de ahorro incluye no retirar lo ganado y sumarlo al capital inicial, debes calcular el interés compuesto de tu inversión.
El interés compuesto hace crecer las ganancias de forma exponencial y al mismo ritmo que se eleva el capital inicial invertido por los intereses producidos por la propia operación. Es lógica matemática: si se aplica el mismo tipo de interés a la misma cantidad se obtiene idéntico resultado, pero si la cifra inicial sobre la que se aplica el porcentaje de interés –siempre el mismo- crece porque inviertes el beneficio de nuevo, el ahorro crece en la misma medida y de forma sucesiva cada nuevo periodo de tiempo.
Para hacer tus cálculos ten en cuenta que este tipo de interés compuesto siempre funciona cuando el porcentaje de interés de la inversión es fijo y continuo en el tiempo y siempre que los rendimientos y el capital inicial se mantengan en la misma operación. Si las variables cambian, el beneficio deja de ser exponencial.
Con estas variables controladas, el interés compuesto funciona en todo tipo de productos de ahorro y/o inversión que permitan la capitalización de beneficios y un porcentaje de interés fijo en el tiempo. Revisa con esta visión los planes de pensiones del mercado o las imposiciones a plazo fijo, por ejemplo.
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