Cómo elaborar un Plan Financiero Personal
Resumen del contenido
Más de 16 años de experiencia en el sector, su carrera está ligada a los mercados e inversiones financieras como Trader y Ventas Institucionales de renta variable. Agente de Grandes Patrimonios en la actualidad, así como labores de asesoramiento y gestión patrimonial de grandes clientes.
Cuando nos sentamos a trabajar sobre nuestra propia planificación financiera, ya sea a nivel personal o familiar, en lo que realmente estamos pensando es en que tengamos los recursos necesarios para afrontar nuestra jubilación, habiendo atendido por el camino a todas nuestras necesidades financieras y las de los nuestros. Veamos algunos consejos y por dónde empezar.
Pasos para diseñar un plan financiero personal o familiar
Existen varios factores a considerar al diseñar nuestro plan financiero con la idea de planificar la jubilación, como serían el estilo de vida deseado, los gastos previstos y la edad en la que nos queramos jubilar. Debemos desarrollar con anticipación y actualizar periódicamente un plan eficaz de ahorro e inversión para lograr una renta similar a la de antes de jubilarnos.
En primer lugar, es importante establecer un objetivo de ahorro acumulado al jubilarnos. Para ello debemos ahorrar sistemáticamente -logrando un superávit mensualmente, o como mínimo anualmente, entre nuestros ingresos y gastos, en este sentido, varios estudios apuntan a que este superávit debe de ser al menos el 10% de nuestros ingresos anuales- y determinar una estrategia de inversión adecuada con el fin de alcanzar dicho objetivo de ahorro acumulado al jubilarnos.
En segundo lugar, es necesario estimar los gastos previstos en la jubilación y asegurarse de que la renta prevista sea suficiente para cubrirlos. Esto puede incluir gastos como la alimentación, la vivienda (reformas, suministros, etc), la salud (seguros médicos, gastos extraordinarios no cubiertos, etc) y el ocio.
En tercer lugar, es importante considerar el factor impuestos (que veremos en el punto siguiente) y el importe esperado a percibir en concepto de pensión pública, ya que pueden afectar significativamente a la renta disponible en la jubilación.
Si quisiéramos apoyarnos en Excel, podríamos desarrollar una hoja de cálculo que incluya los siguientes elementos:
Ingresos actuales y previstos en la jubilación (con ayuda de la simulación disponible en la web de la Seguridad Social); Ahorros actuales y previstos; Inversiones actuales y previstas; Gastos previstos en la jubilación; Rentas previstas de la pensión y de las inversiones; Impuestos previstos; Resultado final: renta prevista en la jubilación.
Tras simplificar los cálculos al no tener en cuenta los impuestos ni la inflación, del Excel se desprende que una persona que actualmente gane 45.000€ netos, tenga 41 años y prevea jubilarse a los 65 (restan 24 años hasta la jubilación), ahorre el 10% (4.500€) al año y prevea invertirlo, con unas inversiones de 25.000€ en la actualidad, con una rentabilidad esperada del 6% neta de inflación e impuestos, podría mantener su mismo nivel de vida actual, calculados en base a los 45.000€ netos – 4.500€ ahorrados = 40.500€ de gastos anuales, sin descapitalizarse, dado que 10 años después de la jubilación prácticamente mantendría un patrimonio muy similar al momento en el que se jubile: 320.583€ vs 329.893€ (Fórmula utilizada en B12 =VF(B11;B7;-A6;-A10) y en B18 =VF(B11;B17;A18;-B12).
Otra reflexión es que, si exigiéramos una rentabilidad neta del 2%, en lugar del 6%, el patrimonio de esta persona se habría tornado negativo hasta -8.574€ en lugar de los 320.583€ manteniendo, eso sí, su nivel de vida (gastos de 40.500€ anuales).
En el diseño del plan se pueden por tanto modificar los elementos anteriores dependiendo de: el perfil de inversión de la persona (a más rentabilidad exigida, también se exige más riesgo), la capacidad/objetivo de ahorro (a mayor renta disponible debería ser más asequible aumentar el porcentaje de ahorro), la edad y tiempo hasta la jubilación, los ingresos previstos en la jubilación, etc.
Sin embargo, es importante mencionar que esto es solo un ejemplo y que cada situación es diferente. Es recomendable consultar con un asesor financiero para desarrollar un plan de jubilación específico y personalizado.
La segunda derivada de un plan financiero personal: la fiscalidad
En España, existen varias opciones para optimizar la fiscalidad en un plan financiero para la jubilación. Algunas de las estrategias más comunes incluyen:
Aprovechar las deducciones fiscales
En España, las aportaciones a planes de pensiones reducen la base imponible del IRPF hasta cierto límite, para lo cual es recomendable consultar los nuevos límites de reducción en la web de la Agencia Tributaria. Hay que tener en cuenta que, una vez se produzca la contingencia que dé lugar al rescate del plan (en forma de capital, renta o mixta), habrá que integrarlo nuevamente en la base imponible del IRPF como rendimientos del trabajo.
Invertir en fondos de inversión
Al gozar de traspasabilidad fiscal, se difiere el pago a Hacienda de las plusvalías que se vayan generando mientras no se produzca la venta o reembolso de alguno de los fondos en cartera. Para elevados patrimonios, puede ser una estrategia interesante sobreponderar esta clase de activo para aprovechar la regla del “Límite de la cuota íntegra”, por la que la cuota íntegra del Impuesto sobre el Patrimonio, conjuntamente con las cuotas del IRPF, no podrá exceder, para los sujetos pasivos sometidos al impuesto por obligación personal, del 60% de la suma de las bases imponibles del IRPF.
Invertir en inmuebles
Las inversiones en inmuebles pueden proporcionar una renta pasiva en la jubilación, además de permitir la deducción de los gastos relacionados con la propiedad, como el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI). Sobre estas rentas generadas se aplica una reducción del 60% si la casa está alquilada como vivienda y ninguna si es un negocio. El resultado se integra en la base imponible general, donde también figura el salario del propietario. Pero habrá que tener en cuenta otros impuestos si se vendieran más adelante, como la ganancia patrimonial en IRPF, o la plusvalía municipal.
Invertir en empresas
Las inversiones en empresas a través de acciones, bonos (deuda de empresas), fondos de inversión o private equity, pueden proporcionar una renta adicional en la jubilación y pueden estar sujetas, en algunos casos, a un tratamiento fiscal favorable.
Optimizar la estructura de la cartera de inversiones
Es importante contemplar que no todas las inversiones tienen el mismo tratamiento fiscal, por lo que es aconsejable diversificar la cartera y establecer una estrategia de inversión que tenga en cuenta los aspectos fiscales.
La legislación española puede cambiar con el tiempo, por lo que recomendamos consultar con un asesor fiscal para obtener información actualizada y desarrollar un plan financiero para la jubilación que sea óptimo en términos fiscales.
¿Pensando en planificar la jubilación? Ahora estaremos mejor preparados para desarrollar un plan eficaz y determinar si debemos ahorrar más o exigir una mayor rentabilidad a nuestros ahorros (lo que conlleva más riesgo) para alcanzar nuestro patrimonio objetivo. Podemos continuar consultando los fondos de inversión de MAPFRE.
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