Tipos de perfiles de riesgo
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Todos los inversores tienen un objetivo común: la intención de ganar dinero. Sin embargo, no todos asumen el mismo nivel de riesgo. Este factor determina el perfil de riesgo de cada uno de ellos, así como los vehículos y métodos de inversión que son más adecuados para cada tipo de inversor. Pero, ¿qué es el perfil del riesgo? Según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), es “la relación que existe entre los riesgos que se está dispuesto a asumir y los rendimientos que se esperan obtener”. En base a esto, se suele clasificar a los inversores como conservadores, moderados o agresivos.
Para iniciar un proceso de inversión es importante determinar cuál es nuestro perfil de riesgo, lo que nos permitirá evitar sustos o saber si un producto es bueno para nosotros.
Tipos de perfil de riesgo
Perfil de riesgo conservador
Son aquellos inversores que no quieren sobresaltos y optan por invertir a largo plazo. En los casos más extremos, el inversor es capaz de aceptar que su rentabilidad no sobrepase el 2 o el 3 por ciento anual con tal de evitar la más mínima posibilidad de pérdida.
Este perfil también engloba a aquellos que invierten en renta fija o los que se lanzan a productos mixtos con una composición que no supere el 10 por ciento o, como mucho, el 20, en renta variable con el objetivo de mantener su capital y su aumento lento, aunque progresivo.
Para ellos, los productos estrella son los de menor riesgo:
- Depósitos y pagarés bancarios, aunque han de ser tremendamente conservadores, puesto que apenas superan el 1 por ciento.
- Imposiciones vinculadas a activos financieros, sobre todo en Bolsa.
- Fondos de inversión en renta fija con sesgo conservador.
- Cuentas con alta remuneración.
Si nos centramos en acciones, el perfil de riesgo conservador siempre se decantará por invertir en grandes empresas del mercado (Blue Chips) por su estabilidad de negocio y sus grandes recursos para generar beneficios.
Perfil de riesgo moderado
Son un poco más osados, pero no llegan al extremo. Es decir, asumen mayor riesgo que los conservadores, pero siempre dentro de unos límites lógicos, para tratar de obtener mayores rentabilidades, normalmente a medio plazo.
Los inversores con este perfil realizan inversiones en productos financieros donde el reparto entre renta fija y renta variable se divide por igual (50 por ciento para cada una); o incluso, podrían llegar a un 30 o 70 por ciento en favor de la variable. Esto exige, no obstante, un mayor conocimiento de los mercados que el asociado a los individuos desarrollados en el perfil anterior. Este entendimiento les sirve para utilizar convenientemente las tendencias y saber cuándo es más adecuado invertir, siempre buscando rentabilidades que superen el 10-15 por ciento anual.
Este tipo de inversores también pueden inclinarse por la compra de acciones, de compañías defensivas (autopistas, eléctricas o alimentación, por ejemplo) o que cuenten con un amplio pago de dividendos que les reporten una renta anual.
Perfil de riesgo decidido
En este perfil no se encuentran los inversores más osados, sino aquellos que poseen mayores conocimientos técnicos del mercado y que buscan rendimiento a plazo corto. Por eso mueven su dinero y apuestan por fondos de renta variable hasta en un 80 por ciento.
Además, se decantan por las pequeñas empresas en fase de crecimiento, las nuevas tecnologías y en general los mercados emergentes. También buscan divisas (forex), un terreno donde se puede ganar mucho dinero, pero asumiendo un nivel de riesgo muy alto. Las fuertes fluctuaciones de los precios o que una empresa no despegue como se hubiera esperado pueden hacer que estos ávidos inversores tropiecen.
En las situaciones más extremas, los perfiles decididos (también denominados agresivos) pueden especular en productos financieros para obtener 30-40 por ciento de rentabilidad, aun sabiendo que la aventura puede tener un final infeliz.
¿Cómo determinar mi perfil de riesgo?
No hay que olvidar que la percepción que tenemos nosotros mismos acerca de nuestra capacidad para asumir riesgos es subjetiva. Puede ocurrir que uno crea estar capacitado para asumir grandes riesgos en la búsqueda de mayores beneficios, pero que la idea de perder lo invertido no le deje dormir por las noches.
Para determinar objetivamente el perfil de cada uno hay que tener en cuenta varios factores:
- El horizonte temporal de la inversión
- Si existen otras reservas para los imprevistos que puedan surgir
- Si se tiene experiencia en la materia
Horizonte temporal
Este factor suele estar relacionado con los años que le quedan al inversor para llegar a la jubilación. En este caso, lo recomendable es asignar una gran parte de su cartera a activos de mayor riesgo, como renta variable, para obtener mayores rentabilidades y batir a la inflación.
Si el inversor tiene un horizonte temporal corto y va a necesitar su capital en menos tiempo, lo aconsejable es invertir en renta fija, con menos riesgo.
Reservas para imprevistos
Otro aspecto importante es la cantidad de ahorros que se disponen para hacer frente a los imprevistos. Si, además de la cantidad destinada para la inversión, la persona no dispone de unos ahorros reservados para las necesidades que puedan surgir, no podrá asumir grandes riesgos.
Experiencia
Las personas que ya tienen experiencia tienen una mayor capacidad a la hora de asumir la volatilidad del mercado. Ya saben a qué se enfrentan, por lo que su perfil de riesgo suele ser mayor.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el paso del tiempo, unido a los cambios que se puedan producir en nuestra situación financiera (como una mala racha bursátil), pueden hacer que nuestro perfil de riesgo vaya cambiando.
MAPFRE
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