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¿Cuánto puedes endeudarte?

Mujer repasando documentos, cifras y gastos personales.
5 Min de lectura
Calcular nuestra ratio de endeudamiento, o lo que también se llama tasa de esfuerzo, es fundamental para que no nos ahoguen las deudas y podamos afrontar una vida sin sobresaltos en cuanto a las finanzas familiares se refiere.
Agente de Grandes Patrimonios, €FA (European Financial Advisor)

Más de 16 años de experiencia en el sector, su carrera está ligada a los mercados e inversiones financieras como Trader y Ventas Institucionales de renta variable. Agente de Grandes Patrimonios en la actualidad, así como labores de asesoramiento y gestión patrimonial de grandes clientes.

Lo primero que tenemos que hacer es tratar de elaborar un presupuesto familiar, si no es en mucho detalle, sí al menos con tres grandes magnitudes, consistentes en los ingresos que entran en casa, los gastos corrientes y más predecibles, y la parte destinada al ahorro. A partir de aquí podemos calcular nuestra capacidad de endeudamiento, si podremos o no afrontarlo y si es un endeudamiento productivo.

Cuánto puedo endeudarme: calculamos la tasa de esfuerzo o ratio de endeudamiento

Para llegar al ratio de endeudamiento tenemos primero que sumar todos los ingresos que entran en casa, fundamentalmente salarios, pero también si recibimos algún tipo de ingreso proveniente de rentas en alquiler de algún inmueble en propiedad, o rentas derivadas de inversiones financieras por ejemplo, si bien este tipo de ingresos las entidades financieras pueden tenerlo en cuenta al igual que un salario o asignando una menor ponderación, dependiendo del grado de conservadurismo de la entidad a la que nos dirijamos a solicitar el préstamo.

Seguidamente, tenemos que sumar todos los gastos corrientes y que más o menos podamos predecir, partida que ocupará normalmente alrededor de un 50% de nuestro presupuesto familiar. Aquí podríamos encontrar los gastos por suministros (agua, luz, gas, internet…), alimentación, la educación de los hijos y el ocio, entre otros.

Alrededor de un 30%-40% del presupuesto sería lo máximo que nos deberíamos endeudar. De hecho, el Banco de España señala que no se debería rebasar el 35% de los ingresos. Este punto sería el referido a la ratio de endeudamiento o tasa de esfuerzo.

Por último, el 10%-20% restante sería el destinado al ahorro, que con el tiempo podría destinarse a inversiones, ya sean empresariales, financieras o inmobiliarias. Pero también, por desgracia, una parte del ahorro irá destinada a gastos imprevistos y extraordinarios. De ahí la importancia de que, en el punto anterior, referido a la ratio de endeudamiento, sea cuanto menor, mejor.

Concretando, la ratio de endeudamiento vendrá determinado por la siguiente fórmula: R=(I*P) donde:

  • R=Ratio de endeudamiento
  • I=Nuestros ingresos totales
  • P=Porcentaje de endeudamiento (%)

Por ejemplo: Si tenemos unos ingresos de 2.000€ mensuales (I) y el banco nos indica que no debemos rebasar el 35% de endeudamiento (P) para solicitar una hipoteca, tendríamos que multiplicar 2.000€ * 0.35% = 700€ sería el importe máximo (R) para destinar de cuota mensual entre todas nuestras deudas.

También podemos hacer el cálculo al revés -de hecho, es lo normal-. Si el banco nos propone varias opciones de hipoteca, por ejemplo, a 25 ó 30 años, o a tipo de interés variable o a tipo fijo, al final tendremos varias cuotas diferentes que simular y cada una arrojará una tasa de esfuerzo u otra. Así, si el tipo de interés es mayor, la tasa de esfuerzo también será superior, mientras que cuantos más años tenga para pagar la hipoteca la tasa de esfuerzo será inferior, si bien esto también significa que pagaré más intereses a la larga. Poniendo cifras:

Si la suma de mis cuotas es de 650€ y mis ingresos son 2.000€, tendremos: 650/2.000 = 32.5% de tasa de esfuerzo o ratio de endeudamiento.

¿Cómo ha evolucionado la tasa de esfuerzo en España durante los últimos años?

La tasa de esfuerzo hipotecaria en España subió de poco más del 30% hasta más allá del 50% durante los años anteriores a la crisis financiera e inmobiliaria del 2008, desembocando finalmente en una profunda recesión especialmente dañina para los hogares, que con mucho esfuerzo redujeron sus deudas con el paso de los años al tiempo que desde el BCE, y a nivel mundial, bajaban los tipos de interés para aliviar la crisis y estimular la recuperación económica, aspectos ambos que propiciaron que en los años 2015 y 2016 se estuviera muy cerca de volver a niveles del 30% de tasa de esfuerzo.

La subida experimentada por el Euribor en lo que llevamos de 2022, desde el –0,5% hasta ya por encima del 2%, podría llevar la tasa de esfuerzo de alrededor del 34% actual hasta rondar el 40% solo por el efecto de la subida de los tipos de interés, que ya se ha producido, según se apunta en la infografía anterior de elEconomista.es.

¿Qué otros aspectos podemos tener en cuenta para endeudarnos en mayor o menor medida?: Patrimonio y avales

Si llegado el caso nuestro banco considera que nuestra tasa de esfuerzo es muy justa, es decir, que es algo más alta del 35% mencionado y por ello podemos poner en riesgo la compra de una casa que nos encanta, o que se nos escape una oportunidad de negocio irrepetible, tenemos alguna opción más:

  • Avales: podemos recurrir a algún familiar o amigo cercano que esté dispuesto a avalar nuestra operación, de tal manera que nos cubra en el caso extremo de que no podamos afrontar nuestras deudas.
  • Patrimonio: esto supone pignorar o poner en garantía otros bienes en propiedad para complementar una tasa de esfuerzo justa para el banco, de tal manera que desde el departamento de riesgos del banco aprueben la operación. Puede suponer pignorar fondos de inversión, acciones o tomar como garantía otra vivienda que en ese momento esté libre de cargas, por ejemplo.
  • Pagos alternativos o futuros: pueden ser ingresos futuros o un patrimonio, ya sea financiero, inmobiliario, empresarial, etc., a la espera de ser adquirido, por ejemplo, vía hereditaria. Un ingreso futuro podría venir de la venta de un inmueble próxima, pero posterior a la formalización del préstamo, lo que daría pie a los llamados préstamos puente.
  • Potencial: un intangible que medirá siempre el banco será el potencial de aquel que solicita la financiación y si en un futuro será capaz de generar más ingresos que en el presente, debido a su edad, formación, experiencia, idiomas, entre otras características.
  • Destino: también si el endeudamiento es productivo o no, será clave para obtener la financiación en mejores condiciones. Por ejemplo, un préstamo al consumo (ejemplo: compra de un coche, o el pago de un viaje) suele ser más caro y las condiciones más duras al ser improductivo, mientras que la financiación para un negocio, cuanto más consolidado mejor, o para una vivienda, será más barata y llevadera.

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Publicado por Pablo del Barrio
- 10 Oct, 2022
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