Con bastante frecuencia se tiende a confundir un certificado de profesionalidad con un título de formación profesional. Aunque en ambos casos se trata de un documento que tiene carácter oficial, las principales diferencias radican en el fondo y en el órgano de expedición.

En el primer caso del certificado de profesionalidad, únicamente tiene validez profesional y es remitido por el SEPE (Servicio de Empleo Público Estatal) y los órganos competentes de las comunidades autónomas, ya que es competencia del Ministerio de Empleo. Sin embargo, un diploma de FP tiene validez tanto académica como profesional y es expedido por el Ministerio de Educación.

¿En qué consiste un certificado de profesionalidad?

Según el SEPE, los certificados de profesionalidad son un instrumento de acreditación oficial de las cualificaciones profesionales del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales en el ámbito de la administración laboral. En total, se clasifican en 26 familias profesionales y 3 niveles de cualificación (sin formación previa, ESO y bachillerato).

Este documento avala las competencias profesionales que ha adquirido un trabajador y que le capacitan para desarrollar una determinada actividad laboral. Para ello, cada certificado se corresponde con un perfil profesional e incluye los módulos formativos que se hayan realizado, junto con un módulo de prácticas en centros de trabajo.

Esta titulación oficial está regulada por el Real Decreto 34/2008, de 18 de enero, dentro del marco formativo a nivel europeo que identifica y reconoce competencias profesionales en toda Europa. Por lo tanto, este tipo de certificados no solo tienen validez en todo el territorio nacional, sino que también facilita el acceso al mercado laboral de cualquier país de la Unión Europea.

¿Cómo se consigue un certificado de profesionalidad?

Según establece el SEPE, un certificado de profesionalidad se puede obtener a través de dos vías:

  • Realizando una formación formal y superando todos los módulos de las distintas unidades de competencia que componen el certificado.
  • Reconociendo la experiencia laboral o vías no formales de formación.

En caso de compaginar formación y empleo, el certificado de profesionalidad se puede conseguir a través de los contratos para la formación y el aprendizaje, así como participando en programas de Escuelas Taller y Talleres de Empleo.

En el primer caso, los centros autorizados que se dedican a impartir los módulos formativos deben entregar a la administración la evaluación de los alumnos, indicando si son aptos o no. Esta reseña sirve como base para certificar la unidad de competencia.

Asimismo, los interesados pueden elegir entre realizar la formación de los certificados de profesionalidad de forma presencial o telemática. En ambos supuestos, el documento acreditativo tiene la misma validez.

¿Para qué sirve un certificado de profesionalidad?

Un certificado de profesionalidad acredita las cualificaciones profesionales que tiene una persona. Por lo tanto, sirve para justificar que se poseen unos determinados conocimientos y habilidades para desempeñar un puesto de trabajo concreto tanto en la Administración Pública como en la empresa privada.

Algunas de las ventajas que ofrecen estos certificados son las siguientes:

  • Son una alternativa educativa a la formación profesional que impulsa la empleabilidad.
  • El alumno recibe una formación completa teórica y práctica.
  • Los certificados de profesionalidad acreditan de manera oficial, ya que es un título emitido por un organismo público.
  • Constituyen un valor añadido en el CV de cara a ocupar puestos de trabajo cualificados.
  • Además de facilitar la inserción laboral, este tipo de formación incide de forma positiva en el desarrollo personal.
  • Dado que estos certificados facilitan la formación, también sirven para potenciar el aprendizaje continuo a lo largo de la vida profesional.

Sin duda, aumentar la formación siempre es una decisión acertada tanto si se está parado como si se tiene un empleo. De este modo se pueden conseguir mejores oportunidades laborales y pensar en ahorrar para el futuro a través de un Plan de Pensiones MAPFRE que garantiza una total tranquilidad.