Cada nuevo año, a partir del segundo trimestre, llega la obligación fiscal más popular y conocida, puesto que son pocos los españoles que no están obligados a hacer la declaración de la renta. Si tienes dudas sobre si es la mejor opción para ti contratar un gestor o hacer tú mismo tu declaración de la renta, aquí tienes un compendio básico de pros y contras.
Ventajas de hacer tú la renta
Ahorro económico
Es evidente que si haces tú mismo tu declaración de la renta, te ahorras el coste de pagar un asesor, gestor o servicios para la realización de este impuesto. Si tienes una póliza de Seguro de Hogar MAPFRE cuentas con asesoría fiscal, por lo que no supone un desembolso extra consultar tus dudas fiscales.
Libertad de organización
Respetando los plazos establecidos por la Agencia Tributaria, si haces tú declaración, tú eliges el momento y la organización según tu tiempo libre o disponibilidad. Las gestorías te impondrán unos plazos para facilitarles la documentación pertinente, según el caso, y si se trata de consultar tendrás que ceñirte – por lo general- a horarios comerciales de atención al cliente.
Asumes tu responsabilidad
Aunque otra persona haga tu declaración, la responsabilidad ante Hacienda es tuya. Son muchos los contribuyentes que prefieren hacer ellos mismos sus declaraciones para ser conscientes de qué incluyen y qué supone. Si te la hace una tercera persona, puedes revisarla e informarte, pero es evidente que la implicación y profundización en tus impuestos es mucho menor.
Contras de hacer tú mismo tu declaración del IRPF
Necesitas tiempo
Cuanto más complicada sea tu declaración de la renta, más tiempo tendrás que dedicarle, suponiendo que no seas un experto en contabilidad fiscal. El tiempo que empleas en informarte por tu cuenta sobre las novedades fiscales, desgravaciones… se lo restas a tu tiempo libre o de trabajo.
¿Y si se te escapa algo?
La normativa fiscal está en continuo cambio, los profesionales que se dedican a hacer declaraciones de la renta y presentación de impuestos en general están al tanto de todas las novedades, puesto que es su trabajo. Es cierto que cuando uno hace su propia declaración de la renta es fácil que se les escape algún detalle o novedad debido a los cambios frecuentes.
Falta de experiencia y dedicación
Un gestor profesional estudiará tu declaración de la renta desde todos los puntos de vista posible. No escatimará en desgravaciones aunque supongan trabajo extra. Por ejemplo, en caso de que estés casado, el asesor fiscal hará una declaración individual y otra conjunta para que puedas elegir la más ventajosa.
Un error habitual: contribuyente único responsable
Los gestores fiscales recuerdan que su trabajo es asesorar, sugerir formas de desgravación de acuerdo a la ley, rellenar impresos y formularios… pero no son responsables de las declaraciones de sus clientes. Ni asumen multas por ellos.
La presentación, la obligación y la responsabilidad con Hacienda es personal e intransferible, por ello, las declaraciones de la renta con independencia de quién las haya hecho van a nombre y firmadas por el contribuyente que asume así toda la responsabilidad de lo declarado.
Puedes contar con el asesoramiento de un profesional para presentar tu declaración anual de IPRF, pero si él incurre en omisiones, ilegalidades o cualquier otros errores, ten presente que tú serás el responsable último.
Como consejo general se recomienda recurrir a un gestor para elaborar la renta cuando no se tiene borrador de Hacienda o las modificaciones necesarias son profundas y complicadas. Cuando se tienen diferentes fuentes de ingresos, bienes de distinta naturaleza o rentas complicadas, contar con un profesional es la mejor opción.
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