La Seguridad Social en España es el principal sistema de protección social con el que cuenta el Estado para garantizar a los ciudadanos una serie de prestaciones mínimas con la finalidad de que estos puedan afrontar determinadas contingencias (enfermedad, accidente de trabajo, invalidez, desempleo, jubilación, etc.) que, de no existir esta protección, podrían situarlos en una situación de necesidad. Al mismo tiempo, se ofrece también protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos.

Veamos detalladamente el funcionamiento del sistema de la Seguridad Social en España.

¿Cómo funciona la Seguridad Social española?

El sistema de la Seguridad Social es público, ya que es el propio Estado el que lo proporciona. Está regulado en el artículo 41 de la Constitución y en el texto refundido de la ley General de la Seguridad Social (Real Decreto Legislativo 8/2015).

Principios que sustentan el sistema de la Seguridad Social

El sistema público de prestaciones se apoya en varios principios básicos:

  • Proporcionalidad contributiva. La prestación será proporcional a las cantidades aportadas al Sistema.
  • Universalidad: extensión máxima de la acción protectora.
  • Solidaridad intergeneracional: las cotizaciones de los trabajadores en activo financian las prestaciones actuales.
  • Equidad e igualdad de derechos, con independencia del momento y lugar de residencia del asegurado.
  • Suficiencia: garantía y perfeccionamiento de los niveles de bienestar mediante prestaciones adecuadas.
  • Unidad de Caja: el Estado es el único titular de todos los recursos, obligaciones y prestaciones de la Seguridad Social.

¿Cómo se financia la Seguridad Social?

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La Seguridad Social española se financia con un sistema mixto en el que entran distintos medios para la obtención de recursos que permitan atender sus obligaciones.

Los más importantes son las cotizaciones o cuotas a la Seguridad Social que aportan tanto empresarios como trabajadores y las aportaciones del Estado para el sostenimiento de la Seguridad Social.

El origen de estas aportaciones permite concretar el sistema de protección de la Seguridad Social en dos modalidades: una modalidad contributiva y otra no contributiva.

A) Modalidad contributiva

La modalidad contributiva requiere haber cotizado a la Seguridad Social durante un número determinado de años para poder recibir la prestación.

Las cotizaciones o cuotas son el porcentaje que empresas y trabajadores aportan a la Seguridad Social sobre el salario de los propios trabajadores. Las empresas aportan un 23,6 por ciento y los trabajadores un 4,7 de su salario.

B) Modalidad no contributiva

La modalidad no contributiva es más de tipo asistencial y universal, ya que va dirigida a todo tipo de personas independientemente de si han cotizado o no.

Su financiación corre a cargo de las aportaciones de los Presupuestos Generales del Estado. Con ellas se financian la asistencia sanitaria, los complementos para mínimos de las pensiones y el presupuesto del Instituto de Mayores y Servicios Sociales.

Afiliación e inscripción

La afiliación es obligatoria y única para la vida de la persona y para todo el sistema. Asimismo, es obligatorio el pago de las cuotas o cotizaciones.

Los empresarios y empleadores solicitarán su inscripción en el Régimen General de la Seguridad Social, como requisito previo e ineludible a la iniciación de sus actividades.

Acción protectora

En la modalidad contributiva se producen las prestaciones económicas que perciben los beneficiarios cuando se reúnen determinadas condiciones. Estas prestaciones pueden ser de cuatro clases:

  • Pensiones: son prestaciones económicas de devengo periódico y de duración vitalicia o hasta alcanzar una edad determinada.
  • Subsidios: prestaciones de devengo periódico y de duración temporal.
  • Indemnizaciones: prestaciones económicas abonables por una sola vez.
  • Otras prestaciones, como las prestaciones por desempleo y la protección familiar de carácter no económico.

Además de estas prestaciones económicas, hay que mencionar la asistencia sanitaria, la prestación farmacéutica y los servicios sociales que, en realidad, son prestaciones en especie pero que tienen una indudable repercusión económica.

Ahora que ya conoces algo más del funcionamiento del sistema de la Seguridad Social en España, puedes hacerte una idea de la importancia de la solidaridad entre comunidades para poder atender las pensiones de todos los jubilados, independientemente de su lugar de residencia. La jubilación es un tiempo de vida vital que conviene planificar cuanto antes, ahorrando, si es posible, desde el comienzo de la vida laboral. Los Planes de Pensiones de MAPFRE te ofrecen una amplia rentabilidad y se adaptan a tu perfil para atender a tus necesidades.