La tecnología Blockchain, la misma que posibilita los bitcoins o monedas virtuales, está detrás también de los smart contracts. Como cabe esperar, este tipo de contratos son digitales y existen solo en la realidad virtual. De momento, el smart contract en España no es muy habitual, pero es posible y ya opera en algunos sectores con interesantes ventajas.

Smart contract, el contrato inteligente

Como definición general, un contrato regula una relación entre dos partes, pueden ser personas físicas o jurídicas. Esta concepción del contrato ya solo es válida para los contratos tradicionales con independencia de cuál sea su soporte. El smart contract, también denominado contrato inteligente, ya sobrepasa los límites de este concepto.

  • A las personas físicas y jurídicas que pueden interactuar en un contrato, se suman ahora las máquinas que también toman parte de los smart contract como sujetos activos.
  • Los Smart contracts pueden ejecutarse por sí mismos sin necesidad de que terceras personas los interpreten ni los validen. Esta es una de las grandes novedades que presenta este tipo de pacto.
  • El smart contract es un robot virtual que trabaja en favor y de acuerdo con lo estipulado por las partes implicadas en el contrato.
  • El uso de smart contracts está especialmente indicado para Internet y para empresas que operan en diferentes jurisdicciones combinadas en sus negocios.
  • Un contrato inteligente tiene autonomía y puede programarse para su ejecución inmediata, pero también a corto, medio o largo plazo.
  • La gran mayoría de dispositivos smart que ya funcionan hoy: coches, relojes… son capaces de ejecutar contratos inteligentes con su conexión a Internet. Ordenadores, televisión y demás soportes electrónicos domésticos son cada día más prioritarios y el Seguro de Hogar MAPFRE los protege de forma concreta y de acuerdo con las necesidades más actuales para que estén siempre a tu servicio.

Ejemplos de smart contracts

Aunque el concepto de contrato inteligente no es extremadamente complicado, es cierto que en la práctica y fuera del sector –no siendo un experto en tecnología Blockchain– resulta algo difícil entender su utilidad en el día a día.

    Algunos ejemplos de smart contracts que ya se están usando facilitan la compresión de la idea.

    Bancos y entidades financieras

    Son varios los bancos españoles que ya se han manifestado a favor de utilizar estos nuevos instrumentos –contratos inteligentes- en diferentes áreas de su gestión y administración de procesos internos. Según los expertos, los smart contracts suponen una ahorro de millones de euros.

    Aplicaciones civiles: testamento inteligente

    Los smart contracts son capaces de mejorar muchos trámites de la vida doméstica, según sus propulsores. En el marco de la aplicación civil ya están disponibles los testamentos digitales, que son smart contracts que se ejecutan en el momento que una persona fallece, repartiendo sus bienes y servicios digitales, y encargándose –si es voluntad del titular- de publicar noticias o liberar información según haya dispuesto el interesado.

    Gestiones habituales: cambios de titularidad

    Otro ejemplo clásico de lo que un robot contrato puede hacer por cualquier persona es un trámite tan habitual como un cambio de titularidad de una bien cualquiera, por ejemplo, una vivienda. Sin necesidad de más trámites, el propio smart contract ejecuta el cambio previsto liberando un documento previamente firmado de cambio de titularidad.