En menos de un año la inflación pasó de estar en negativo a experimentar su mayor subida en tres décadas. Así lo atestigua la evolución del IPC, que desde febrero prácticamente no ha dejado de subir.

El incremento inicial entraba dentro de los planes, el estallido del último trimestre del año por el aumento de los precios, la energía, no tanto. Y la actual coyuntura de inflación elevada prolongada, todavía menos.

Si en un primer momento se habló de una inflación coyuntural, gobiernos, bancos centrales e instituciones se preparan para algo más duradero. El motivo principal: la guerra en Ucrania. Hasta dónde y hasta cuándo es lo que todavía está por determinar.

Previsiones de inflación: ¿Qué puede pasar ahora?

Que la inflación preocupa a los estados parece claro. En Estados Unidos la Reserva Federal (Fed) ha acometido la mayor subida de tipos de interés desde 2000, mientras que en Europa el Banco Central Europeo (BCE) prefiere esperar a terminar con su programa de compra de activos. Cuándo y cómo aumente el precio del dinero, el BCE afectará también a la evolución de la inflación.

Este aumento del precio del dinero busca reducir la inflación y las tensiones alcistas en el IPC en 2022 y también para 2023.

Estimaciones

Según las últimas estimaciones de Funcas la inflación se mantendrá alta durante todo 2022, aunque empieza a remitir y los expertos cifran en 7% la media anual de inflación, que cerraría diciembre en el 4,8% en tasa interanual. Estas previsiones son dos décimas superiores a las realizadas hace apenas un mes.
Detrás de la evolución de precios sigue el precio de la energía, tanto de la electricidad como del petróleo, y su efecto arrastre. A diferencia de lo que ocurre cuando aumentan los precios de otras materias primas (por ejemplo, el metal), la energía está presente en todos los productos y en toda la cadena productiva. Eso hace que, tarde o temprano esa energía más cara se traslade al precio final, que es el que paga el consumidor. Eso es lo que se puede esperar en el IPC de aquí a final del año.

Funcas

Las proyecciones del BCE apuntan en esa misma dirección. Su estimación es que la inflación armonizada en España cierre 2022 en el 7,1% para el escenario más severo y en el 5,9% en un simplemente adverso.

¿Y más allá de este curso? Tanto Funcas como el BCE creen que las tensiones inflacionarias se relajarán a largo plazo a partir de comienzos de 2023. Funcas espera que tanto el precio de la energía como el de los productos no elaborados se estabilice y se acerque a los objetivos marcados por el BCE: 2% con carácter general.

En concreto, la media anual para 2023 sería del 3,6%, si bien diciembre cerraría en el 2,7% en tasa interanual. Por su parte, el BCE prevé que la inflación armonizada en 2023 se sitúe entre el 21,1 y el 2,7 de media, para bajar al rango del 1,6-19% en 2021.

¿Qué puedes hacer en un entorno de inflación?

El bolsillo del consumidor no es ajeno a la inflación y la subida del IPC. A fin de cuentas, la inflación no es más que el aumento generalizado de precios, en este caso impulsados por la energía.

En esta ocasión ese drástico aumento de precios ha sido más duro y visible. En primer lugar, porque ha afectado directamente a la factura de la luz, en segundo lugar, porque ha subido la gasolina y en tercero, porque todo ha llegado incluso a la cesta de la compra.

Esta es una de las raras ocasiones en las que se ha podido ver cómo la inflación afecta a los ahorros destruyendo su valor. Si con un euro compras un kilo de tomates, pero al día siguiente el mismo kilo cuesta 1,1 euros, es que tu dinero vale menos.

¿Qué se puede hacer para evitar este efecto? Tratar de rentabilizar los ahorros para que, por lo menos, igualen el dato de inflación, aunque lo ideal es que lo superen. Aquí es donde surgen alternativas de ahorro e inversión como los seguros de ahorro o los fondos de inversión que ofrece MAFRE, podrás elegir la mejor forma de ahorrar o invertir tu dinero.