La caída de los mercados suele provocar en muchos inversores miedo y angustia. A ello contribuyen, además, las noticias alarmistas de los medios de comunicación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los índices bursátiles sufren con cierta frecuencia oscilaciones tanto al alza como a la baja derivadas de la propia naturaleza del mercado que, en ocasiones y en activos de mucha volatilidad, pueden ser muy acusadas. Entonces, ¿Qué hacer si la bolsa cae?

Qué hacer si la bolsa cae

Cuando los mercados caen, los inversores se preocupan por su patrimonio y se preguntan si su inversión es la adecuada o si, por el contrario, deberían aumentarla. Deshacer posiciones tras una caída imprevista, es un grave error, ya que, sin un análisis previo, no se puede conocer el motivo de la misma.

Se impone, pues, analizar en primer término la causa por la cual cae el mercado, si se debe a un hecho puntual, en cuyo caso se deben mantener las posiciones, o si se trata de una caída con fundamento, en cuyo caso se debe cambiar la estrategia de inversión.

Lo normal en estos casos es reaccionar de manera emocional y hacer lo que sea con tal de evitar que el dinero se esfume, pero lo cierto es que, en muchas ocasiones, ese tipo de reacción puede ser la causante de que se generen más pérdidas aún. Por lo tanto, en semejantes circunstancias, se impone guardar la calma y controlar los impulsos con un oportuno ejercicio de paciencia.

Según los expertos, en caso de caída de los mercados, lo mejor es no hacer nada y centrarse en el objetivo de inversión y rentabilidad a largo plazo; abstraerse del ruido mediático; y no comportarse con miedo o por impulsos, porque las decisiones precipitadas que se pueden tomar al dejarse llevar por las emociones como el miedo o la avaricia, pueden lamentarse posteriormente.

¿Qué estrategia adoptar?

Ante esta perspectiva, hay que analizar las distintas situaciones que se producen cuando un mercado cae, para adoptar la estrategia que mejor se acomode a nuestro perfil de inversor:

Oportunidad de compra

Una de las situaciones es que se considere la bajada como una oportunidad de compra. Los activos que antes eran demasiado caros, ahora están al alcance. Se suele decir que las mejores acciones están a la venta después de una caída del mercado.

Mantener la posición

Que la caída no influya en la estrategia de inversión y se mantenga la posición a toda costa en espera de tiempos mejores. No hay que olvidar que el comportamiento general del mercado se basa en ciclos, ni las bajadas ni las subidas son, por norma general, permanentes. La oscilación es continua. La historia demuestra que, aunque el mercado baje, siempre tiende a recuperar. Si se vende cuando el mercado cae, además de asumir pérdidas, se puede perder la posible futura subida.

Vender la posición

Por último, puede darse la situación de que, abrumados por la pérdida de valor de la inversión, se venda la posición entera asumiendo las pérdidas que conlleve.

De las tres situaciones, se debe evitar la tercera, a no ser que la caída provoque un cambio en el riesgo asumido.

Invertir cuando los mercados caen, ¿un riesgo o una oportunidad?

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No obstante, hay que tener en cuenta que invertir cuando los mercados caen no es tarea fácil y que conseguir el momento óptimo para una inversión es poco probable, sin dejar de lado los riesgos que se asumen. Entre estos, el más peligroso es la posibilidad de que se invierta en una trampa de valor, que se produce cuando se invierte en:

  • Activos en proceso de cambio estructural.
  • Empresas apalancadas que se hunden por la deuda.
  • Empresas con una mala gestión del flujo de caja.

Hay que añadir otro riesgo importante, que es cuando los activos siguen siendo caros.

En cualquier caso, invertir tanto en etapa de caídas como de alzas del mercado no es una buena opción. Si se quiere que se cumplan las expectativas de rentabilidad no hay que dejarse llevar por los sentimientos de mercado.

Por eso, para alcanzar los objetivos de inversión, lo mejor es centrarse en invertir en el medio y largo plazo dejando a un lado las emociones como el miedo y la avaricia. Invertir a corto plazo es especular y supone quedar expuesto a los movimientos imprevistos que se puedan originar y verse en el trance de tener que tomar decisiones precipitadas e inadecuadas.

Diversificar para obtener la máxima rentabilidad

En otro aspecto, existe una máxima esencial en el mundo de la inversión que hay que tener muy presente a la hora de invertir: la diversificación, o como coloquialmente la expresan los inversores, «no poner todos los huevos en la misma cesta». En una inversión, el riesgo cero no existe. Por eso es muy recomendable no invertir todo en un mismo valor, sino considerar las opciones que nos pueden ofrecer, según nuestro perfil, diferentes productos financieros.

En este sentido, los Planes de Pensiones MAPFRE permiten diversificar e invertir en carteras globales desde cantidades pequeñas, y ofrecen interesantes ventajas fiscales.

Asimismo, si la inversión es fuerte, lo recomendable es no invertir el importe total de una sola vez, sino hacerlo espaciado en el tiempo, cada tres o cuatro meses, siguiendo un calendario de compras. De este modo, si se produce una caída del mercado al empezar, se pueda hacer una nueva inversión a un precio más barato.

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