En los últimos años estamos escuchando casi a diario cómo se está gastando el dinero público destinado a cubrir las pensiones de los próximos años y que la hucha de las pensiones está en mínimos. De cara a tener un ingreso extra cuando llegue el momento de jubilarse es muy interesante tener un Plan de pensiones que nos asegure un complemento a la pensión por jubilación.

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Además, este tipo de aportaciones se pueden beneficiar de interesantes ventajas fiscales. En este artículo te explicamos cómo optimizar el dinero destinado a este sistema de ahorro.

Aportaciones máximas deducibles

Los planes de pensiones, al tener beneficios fiscales, también tienen un techo, una cuantía máxima que se permite destinar a esta partida de ahorro. Es una cifra que ha ido disminuyendo progresivamente en los últimos años.

A fecha de hoy, ese límite de aportación se sitúa en 1.500 € anuales, mientras que en 2020 ese techo estaba situado en los 8.000 €.

Esa es la regla general, la que aplica si no se cumplen alguno de estos dos requisitos:

  • Para personas cuyo cónyuge no esté obteniendo rendimientos del trabajo o bien que estas sean inferiores a 8.000 € al año, se podrán aportar 1.000 € extra al plan de pensiones del cónyuge.
  • Las personas con un grado de minusvalía física igual o superior al 65% o minusvalía psíquica de un 33% o superior podrán aportar hasta un máximo de 24.250 € incluyendo las aportaciones hechas por terceros, que no podrán ser superiores a 10.000 € anuales.

Hay una excepción a estos límites de aportaciones y es que, si un año, por la razón que sea, un particular aporta más cantidad de la permitida, ese exceso podrá deducirse en las declaraciones de los 5 ejercicios fiscales siguientes.

Beneficios fiscales de los planes de pensiones

Conocer los límites y utilizarlos correctamente tienen un doble beneficio, por un lado, genera un ahorro a futuro que nos ayudará a tener unos ingresos pasivos y, en el corto plazo, las aportaciones sirven para minorar la base imponible de nuestro IRPF, es decir, todo lo que aportemos a nuestro plan de pensiones se reducirá de nuestra base imponible cuando hagamos la declaración de IRPF pudiendo incluso hacernos bajar de tramo impositivo.

Por ejemplo, si nuestra base de cotización es de 61.000€ se nos aplicará un gravamen del 37%, pero si hemos aportado 1.500€ al plan de pensiones, bajaríamos al tramo inferior cuyo gravamen es de un 30%, nos ahorraríamos el 7% de del 60.000€, es decir unos 4.200€.

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Utilización del plan de pensiones

Como decíamos al principio, el plan de pensiones sirve para tener un ingreso extra cuando nos jubilemos, por lo que las aportaciones realizadas al plan no se pueden utilizar hasta que estemos oficialmente jubilados en la Seguridad Social.

No obstante, hay determinadas situaciones específicas que si permiten la recuperación total o parcial de las aportaciones realizadas:

  • En caso de incapacidad laboral: sólo en los casos tipificados como total y permanente o gran invalidez.
  • Enfermedad grave: siempre y cuando limite total o parcialmente la ocupación.
  • Dependencia: en las tipificadas como graves o gran dependencia
  • Fallecimiento del titular: el plan de pensiones sería un activo heredable por los herederos designados.
  • Desempleo: en caso de haber agotado las prestaciones contributivas y se esté inscrito como tal en el INEM.
  • Desahucio: si el titular se encuentra en situación de desahucio de su vivienda.

Disponer de un plan de pensiones es útil, rentable y sin duda, una buena alternativa de futuro.