Cuando uno de los dos cónyuges fallece, el nivel de ingresos baja, sobre todo para las viudas: ven reducida su capacidad económica en un 33 % (con unos 807 euros menos de ingresos al mes), frente al 10 % de los viudos (sus ingresos merman unos 207 euros al mes).

Los ingresos de las familias bajan de media un 28 %, esto es, unos 656 euros mensuales, según el estudio «La viudedad y la importancia del seguro de vida-riesgo en España», elaborado por Random para MAPFRE VIDA, con entrevistas personales a viudos y viudas de entre 25 y 60 años, la franja de edad en la que hay más necesidades y en la que más se requiere de un complemento adicional a la pensión de viudedad de la Seguridad Social.

A las mujeres les afecta más económicamente porque los hombres aportan todavía un 75 % de los ingresos en la familia, que el estudio cifra de media en 2.344 euros al mes. Otro motivo por el cual ellas ingresan menos si el cónyuge muere: el 96 % de los viudos trabajaban antes del óbito, mientras que solo el 56 % de las viudas tenían un empleo antes de que falleciera su marido.

En el 82 % de los casos, la causa de muerte se debe a una enfermedad. El 13 % a accidentes de tráfico y el 5 % a un accidente laboral o doméstico. Además, la enfermedad provoca un aumento de los gastos del hogar en siete de cada diez casos.

Uno de cada tres entrevistados recibió ingresos extraordinarios tras el fallecimiento del cónyuge (52.700 euros). Casi el 40 % de esos ingresos procedían de seguros. Para el 90 % de los entrevistados, sin el seguro de vida su situación económica sería peor. Uno de cada cuatro cree que no podría haber pagado los estudios de sus hijos.

Para un 28 % de los entrevistados, el capital recibido del seguro le ayudó a compensar la pérdida de ingresos por enviudar entre 1 y 2 años. Para el 25 %, entre 2 y 4 años; para el 17 % entre medio año y 1; para el 15 % hasta medio año. Así, el estudio constata un nivel bajo de aseguramiento «tanto en número de asegurados como en la cobertura, lo que llamamos infraseguros», explicó Juan Fernández Palacios, consejero delegado de MAPFRE VIDA.

«No es un nivel de aseguramiento suficiente, ya que solo en un 10 % de los casos la cobertura para mantener su nivel de vida duró cinco años», que es el tiempo recomendado que como mínimo debe cubrir la póliza. «Hay que valorar el gasto anual y cuál es el tiempo que la familia tardará en recuperarse.

Lo que tendría que cubrir el seguro es ese periodo hasta que se recupere», explicó Fernández Palacios. «En España, hay una falta de cultura financiera y aseguradora», afirmó el consejero delegado de MAPFRE VIDA, que puso un ejemplo de ese desconocimiento: cuando preguntas a alguien qué capital tiene en el seguro de vida de la hipoteca, no sabe decir cuánto.

La idea extendida es que los seguros de vida-riesgo son productos que no están al alcance de todos los bolsillos. Pero la realidad es que las primas son bastante asequibles. Os lo contamos con un ejemplo práctico.   Supongamos una familia en la que solo trabaja el padre, con unos ingresos de 40.000 euros al año, con dos hijos pequeños y una mujer dependiente económicamente. La recomendación sería contratar un capital en el seguro de vida de cinco veces esos ingresos, es decir, 200.000 euros.

A la edad de 40 años, la prima anual de un seguro de vida-riesgo en MAPFRE, que le ofrece esa cobertura en caso de fallecimiento e invalidez, sería de 68 euros al mes, con las siguientes prestaciones:

– 200.000 euros por fallecimiento por cualquier causa.

– 200.000 euros por fallecimiento accidental (esto quiere decir que en caso de un fallecimiento por accidente de cualquier tipo, el beneficiario recibiría 400.000 euros)

– 200.000 euros por invalidez absoluta y permanente.

– 200.000 euros por invalidez absoluta y permanente derivada de un accidente. – 15.000 euros por cáncer invasivo de mama.

Fernández Palacios explicó que los seguros idóneos para proteger a la familia de la pérdida de ingresos por viudedad son los de vida-riesgo porque la familia está cubierta por el importe total de la póliza contratada.