El beneficiario de un seguro de vida es quien percibe la indemnización establecida en las condiciones de la póliza cuando fallece el asegurado. Normalmente, se trata de personas que el usuario que contrata el seguro pretende proteger, por lo que suele existir un vínculo familiar, personal o económico entre las dos partes.

No obstante, en estas pólizas se puede establecer cualquier sujeto que reciba el beneficio fijado, ya sea uno o varios, así como también empresas. Para ello, es necesario que el contratante señale los nombres concretos en la declaración de beneficiarios. Este documento debidamente firmado se incluye en la póliza para todos los efectos legales.

¿Qué es un beneficiario contingente?

A la hora de contratar un seguro de vida, las principales personas que indica el asegurado para percibir la prestación en caso de fallecimiento reciben el nombre de beneficiarios primarios. Por otro lado, también existen los beneficiarios contingentes, que hace referencia a los usuarios designados para cobrar la indemnización en caso de que los beneficiarios directos fallezcan antes que el tomador de la póliza.

Aunque no suele ser habitual nombrar un beneficiario contingente, es recomendable hacerlo para asegurarse de que únicamente las personas elegidas van a contar con la indemnización correspondiente. En el supuesto de que el beneficiario principal no viva en el momento de abonar el capital y no se haya incluido a ninguna persona adicional, la cantidad pasaría de forma directa a los herederos legales.

Los beneficiarios primarios más comunes siempre son los hijos o la pareja, aunque también las entidades bancarias en caso de solicitar un préstamo hipotecario. En el primer caso, si no se cuenta con más familia, es posible especificar como beneficiarios contingentes una organización sin ánimo de lucro o una fundación.

Nombramiento de los beneficiarios de un seguro de vida

La ley permite designar de forma explícita a una o varias personas como beneficiarios de un seguro de vida, ya sean primarios o contingentes. En cualquier caso, cuando el asegurado nombra a varios sujetos en la póliza, es importante especificar el porcentaje de indemnización que corresponderá a cada uno.

Además, para evitar problemas en el reparto del capital, es aconsejable que cada beneficiario conozca la existencia de la póliza, así como las modificaciones que se produzcan en la misma y cuántas personas tienen derecho al dinero. En este último caso, si alguno de los beneficiarios fallece antes que el asegurado, su porcentaje se divide entre el resto de personas sobrevivientes que se reflejen en la declaración.

En caso de que no se haya especificado ningún beneficiario en el seguro de vida, la ley establece que el capital asegurado se reparte entre los herederos designados en el testamento. En otro supuesto, y al igual que el resto del patrimonio del fallecido, tendrían derecho los familiares directos.

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