Antes de crear una empresa, si se quiere tener éxito en la aventura, hay que resolver muchas preguntas cruciales, y no todas tienen que ver con números, previsiones financieras y objetivos económicos. De hecho, la mayoría de los especialistas coincide en que eso es secundario: lo principal, al inicio, es responder ciertas cuestiones de carácter casi filosófico: ¿por qué debe existir esa compañía? ¿Cuál es su propósito? ¿Cuáles son su misión, su visión, sus valores?

Una vez resueltas estas dudas existenciales, llega el momento de ponerse prácticos y convertir ese ‘alma’ de la empresa en algo real. En ese momento, surge otro problema fundamental: ¿Quién va a gestionar la empresa? En negocios pequeños, es un reto trascendental. Si no se resuelve bien, puede dar pie a numerosos problemas y conflictos que causen incluso la disolución de la empresa. Para evitarlo, existe una figura a la que recurren muchas sociedades limitadas: el administrador solidario. Pero, ¿Qué es un administrador solidario y cuáles son sus funciones? A continuación, te lo explicamos.

Definición de administrador solidario

El diccionario panhispánico del español jurídico ofrece la siguiente definición: “Administrador que puede ejercer válidamente sus atribuciones sin concurso con otros, pero cuyas decisiones comprometen a los demás administradores”.

Como probablemente esta explicación no sea de mucha ayuda, vamos a traducirla. Un administrador solidario es una persona física o jurídica (es decir, puede ser otra empresa) que representa y gestiona una sociedad. Tiene plena autoridad para tomar muchas decisiones sin necesidad de contar con el visto bueno de los dueños de la compañía, los socios u otros administradores. Una empresa puede tener varios administradores solidarios.

Tipos de administración de una empresa

La Ley de Sociedades de Capital de España establece estos “modos de organizar la administración”:

  • La administración de la sociedad se podrá confiar a un administrador único, a varios administradores que actúen de forma solidaria o de forma conjunta o a un consejo de administración.

  • En la sociedad anónima, cuando la administración conjunta se confíe a dos administradores, éstos actuarán de forma mancomunada y, cuando se confíe a más de dos administradores, constituirán consejo de administración.

  • En la sociedad de responsabilidad limitada, los estatutos sociales podrán establecer distintos modos de organizar la administración, atribuyendo a la junta de socios la facultad de optar alternativamente por cualquiera de ellos sin necesidad de modificación estatutaria.

En definitiva, los administradores de una empresa pueden actuar de dos formas: mancomunada o solidaria.

En el primer caso, los administradores no pueden actuar por su cuenta, sino que las decisiones que adopten deben contar con la firma de todos ellos. Hay compañías que tienen este modelo de gestión, pero establecen un sistema en el que basta con alcanzar una mayoría simple, por lo que las decisiones no tienen por qué ser unánimes. El sistema mancomunado busca el consenso de todas las personas, físicas o jurídicas, que tengan el cargo de administrador de una compañía, y por ello permite tener un mayor control sobre lo que ocurre. Sin embargo, también es una forma de gestión más lenta y puede desembocar en un callejón sin salida, si se llega a alguna situación en la que sea imposible alcanzar un acuerdo entre los administradores.

Por su parte, en la administración solidaria, cualquier persona o personas con ese cargo puede tomar cualquier decisión sin necesidad de contar con la opinión o el visto bueno de los demás. Es un sistema más ágil, pero que depende mucho de la visión de unos pocos gestores (o de uno solo), lo que puede complicar las cosas en situaciones delicadas en las que haya que adoptar decisiones difíciles.

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Funciones del administrador solidario

Como hemos visto, un administrador solidario es una persona que actúa en nombre y en representación de una sociedad. Entre sus funciones, destacan:

  • La planificación de la empresa, estableciendo objetivos y metas.

  • La organización de la compañía, incluyendo la estructura y el reparto de responsabilidades y tareas.

  • La gestión del funcionamiento diario. El administrador solidario toma decisiones comerciales o ejecutivas que afecten al negocio, desde la contratación de proveedores y deudas a la compra o venta de bienes y servicios.

  • La capacidad de otorgar poderes a terceras personas para que realicen ciertas labores en nombre de la compañía.

  • La contratación y el despido del personal.

En resumen, el administrador solidario se encarga de llevar las riendas de la empresa.

¿Un administrador solidario puede firmar solo?

Sí. El administrador solidario tiene el poder de actuar en representación de la empresa, y por tanto no se necesita la firma de nadie más. Si hay más de un administrador solidario, cualquiera de ellos puede firmar operaciones por sí solo, sin que se requiera la participación del otro.

¿Quién puede ser administrador solidario?

Cualquier persona mayor de edad que no esté incapacitada o inhabilitada por ley. Por ejemplo, hay condenados penalmente que no pueden ejercer esta labor, igual que algunos funcionarios, por temas de conflicto de interés.

El administrador solidario puede ser uno de los socios fundadores de la empresa, pero no es un requisito. También puede ser alguien contratado para ejercer ese cargo o incluso un trabajador por cuenta propia.

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