El plan general contable indica que se deben de considerar financieramente las obras de reforma que se realicen en los locales de una compañía. Para realizar correctamente la contabilidad de este tipo de acciones es necesario tener en cuenta el mayor número de factores posibles.

Aunque las grandes corporaciones cuentan con un equipo de contables capaz de determinar en qué partida debe de incluirse cada gasto o inversión, los pequeños comerciantes pueden tener problemas a la hora de aplicar el plan general contable realizado por el Ministerio de Economía y Hacienda. Es por esa razón que es conveniente valorar qué tipo de reforma se va a realizar y en qué partida contable es más recomendable haberlo.

¿Dónde incluir de manera general las reformas de la sede en el plan general contable?

    En el caso de que se trate de una construcción que la empresa no usa, sino que posee para obtener de él rentas o plusvalías se debe consignar en la cuenta 221. Es decir, siempre que no se usen en la producción o suministros de bienes o servicios, o bien para fines administrativos o se vendan en el curso ordinario de las operaciones.

    En el caso de que las obras supongan una mejora del inmueble, se deben activar los gastos generados en incluir el importe en la cuenta 211 del plan general contable, dedicado a construcciones.

    Por otro lado, si el objetivo de la reforma es la conservación y la reparación del inmueble, los gastos se llevarán a la cuenta del grupo 6 de gastos del plan general contable. Los materiales y la mano de obra deberían de aparecer en la factura total e incorporarse a la cuenta 622 si se considera que han sido usados para la sostenibilidad de los bienes inmovilizados.

    La ventaja de los gastos es que permiten realizar una deducción fiscal durante el año en el que se realicen, pero tiene como inconvenientes que se corre el riesgo de distorsionar el resultado contable. Por el contrario, si se considera una inversión en inmovilizado, el desembolso se realiza de manera paulatina y se produce una deducción durante varios ejercicios por medio de la amortización.

     

     

    ¿Cómo aplicar el plan general contable según la propiedad de la sede?

     Además del tipo de reforma actividad que se realiza, para aplicar correctamente el plan general contable es necesario valorar quién es el dueño de los edificios en los que se van a aplicar los cambios.

      • Inmueble en propiedad. En el caso de que la empresa sea la dueña de la sede el precio de la reforma se debe de incluir al activo como valor del bien cuando suponga un aumento de la capacidad productiva o un alargamiento de la vida útil. Se trata de una obligación que también se aplica en la puesta en funcionamiento de un inmueble.
      • Inmueble alquilado. Si se trata de un arrendamiento operativo, el plan general contable establece que las inversiones que no sean separables del activo se contabilizarán como inmovilizado material y su amortización dependerá de la vida útil que se estime, la cual suele coincidir con la duración del contrato si éste es menor que la estimación inicial.

    El plan general contable sirve para poder categorizar en qué grupos del balance empresarial debe de incluirse las reformas de la sede de una institución. Los inmuebles de una compañía son muy importantes y por esa razón las organizaciones los mejoran de manera constante y contratan pólizas para protegerlos. Este tipo de actitud también debería de trasladarse a las viviendas particulares, las cuales pueden ser cubiertas ante imprevistos gracias al Seguro de Hogar MAPFRE.