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El calendario de reformas fiel a las promesas hechas por Donald Trump durante su campaña sigue adelante. En otoño, se espera que se apruebe la reforma fiscal que acaba de presentarse, aunque en el papel no parece sencillo.
La reforma fiscal de Estados Unidos llegará al Congreso de Estados Unidos pasado el 4 de septiembre, según se ha anunciado desde la Casa Blanca.
Impuesto de sociedades
La propuesta es que el impuesto de sociedades pase del 35 por ciento actual al 15 por ciento. Además, se aprobará una amnistía fiscal para que las empresas estadounidenses puedan repatriar sus beneficios obtenidos fuera de Estados Unidos. Dentro de este capítulo, también se propone un cambio en el régimen fiscal estadounidense para que los impuestos de sociedades que las empresas paguen en el extranjero pueden ser desgravados del Impuesto de Sociedades estadounidense.
Impuesto de Renta sobre las Personas Físicas
El IRPF que propone Trump solo tiene tres tramos en lugar de los siete actuales y con tipos más bajos: 10, 25 y 33 por ciento respectivamente. Se incluye también una subida de la base imponible y diferentes deducciones para las madres con hijos pequeños. En el capítulo de eliminaciones, se propone acabar con una serie de deducciones que benefician sobre todo a los contribuyentes en estados con impuestos más altos, como Nueva York y New Jersey.
Fiscalidad en sociedades
Las sociedades más pequeñas se verán recompensadas en la reforma Trump, si se aprueba según las propuestas presentadas. El plan prevé una fuerte reducción de la fiscalidad de un amplio número de sociedades que ahora tributan a través del IRPF con un máximo del 39,6 y que pasarían a contribuir a través del impuesto de sociedades y con un máximo del 15 por ciento.
Al margen de que las reformas fiscales puedan ser más satisfactorias para unos grupos que para otros, lo cierto es que el punto más delicado es convencer de cómo se va a compensar la fuerte caída en la recaudación que se produciría de aprobarse este nuevo plan fiscal.
La teoría por la que apuesta el gobierno Trump para defender el punto más delicado de su nueva ley fiscal es que con menos impuestos, la actividad económica va a crecer más, y, por tanto, los ingresos fiscales subirán, aunque los impuestos sean más bajos. De darse esta situación, los fondos públicos no se verían afectados por problemas de liquidez ya que los ingresos seguirían siendo similares.
Los expertos esperan los próximos meses para descubrir cómo queda definitivamente configurada y aprobada la nueva ley fiscal. En España, si quieres proteger tu jubilación al margen de reformas o cambios económicos, contrata un Plan de Pensiones MAPFRE que te permite ahorrar a tu ritmo con la máxima rentabilidad para que en el futuro puedas disfrutar del complemento perfecto a tu prestación por jubilación.