Quien más y quien menos tiene una idea de qué es un litigio. Una definición más técnica del litigio sería la de un conflicto o enfrentamiento entre dos partes que termina llegando a juicio.

La diferencia entre una disputa y un litigio es el carácter judicial de esta última. Se habla de litigio o pleito cuando dos partes tienen intereses enfrentados que no consiguen resolver de forma amistosa y necesitan que un tribunal y un juez medie para resolver la situación.

Elementos de un litigio

Una buena forma de entender en qué consiste en verdad un litigio es saber qué partes lo componen. Estos son los elementos que lo definen:

  • Los puntos litigiosos: que son los puntos de conflicto o desacuerdo. Estos pueden ser la base del problema si, por ejemplo, hablamos de una demanda por no haber recibido un servicio, o solo una parte del litigio global. Un caso práctico es un divorcio donde solo existe desacuerdo en algún punto, como puede ser la custodia de los niños o en una herencia, quién se queda con una obra de arte concreta.
  • Las partes del litigio: que son las personas físicas o jurídicas que presentan intereses enfrentados.
  • Los intereses contrapuestos: que son las posturas que defiende cada una de las partes para justificar sus demandas. Son los motivos por los que creen que sus derechos están siendo vulnerados o no se están respetando.
  • La autoridad judicial: que es el órgano que se encargará de evaluar y solucionar el litigio a través de una sentencia. Esta autoridad judicial será el juez o el tribunal según sea el caso.
  • El proceso judicial: que más que un elemento es la forma en la que se desarrolla el litigio y que puede variar según el tipo de hechos que se estén tratando.

Fuente: http://bitly.ws/t7bG

Cómo funciona un litigio

Se llega a un litigio o pleito cuando existe controversia entre dos partes enfrentadas que tiene que resolverse en los tribunales.

El motivo de enfrentamiento puede ser de lo más diverso, desde el reparto de una herencia hasta un divorcio pasando por una demanda por daños o un desacuerdo con un proveedor. Primero, las partes tratarán de llegar a un acuerdo entre ellas para resolver su conflicto de intereses.

En caso de que no lo consigan pasarían a litigar. Al hacerlo, un juez analizará la situación y después de escuchar a las partes fallará en favor de una u otra dictando sentencia. Durante el proceso es posible llegar a un acuerdo entre las partes y abandonar el litigio.

Para entablar un pleito es necesario contar con representación legal. Es decir, con abogados y expertos en la materia. Si tienes dudas sobre si entrar o no en litigio, el Seguro de Defensa Jurídica MAPFRE te ayudará a valorar la situación o a defenderte ante una demanda.

Consecuencias de iniciar un litigio

Llevar una disputa a los tribunales tiene consecuencias económicas y legales. En el plano económico, tendrás que contar con un abogado y, dependiendo del tipo de litigio, también un procurador.

Desde un punto de vista legal, una vez inicias un litigio en un juzgado, no podrás volver a presentar el mismo conflicto en otro juzgado. Del mismo modo, una vez el juez dicte sentencia, no se podrá volver a llevar a juicio ese mismo litigio, al ser una cosa juzgada.

Lo que sí se puede hacer es recurrir la sentencia ante una instancia superior. Del mismo modo, se puede alcanzar un acuerdo entre las partes durante el juicio antes de que el juez dictamine sentencia.

Litigar es una solución a conflictos entre partes que implica un gasto económico y también tener que esperar más tiempo hasta alcanzar una solución. El motivo es sencillo, para resolver la disputa debe pasarse por todo el proceso judicial. Por eso mismo, la mayoría de expertos recomendarán siempre buscar una solución amistosa antes de litigar.

José Trecet

Experto en finanzas, economía, inversión e impuestos
Colaborador de MAPFRE