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La Covid-19 ha puesto el mundo patas arriba. En el plano laboral, ha conseguido instaurar una forma de trabajo que hace años hubiera sido impensable en nuestro país: el teletrabajo. Antes de la pandemia, los trabajadores en esta modalidad no llegaban al 5 por ciento a nivel nacional. Ahora, superan el 30 por ciento.
No cabe duda de que el teletrabajo ofrece muchas ventajas tanto al empleado como a la empresa: mayor flexibilidad horaria, facilidad para la conciliación, ahorro en desplazamientos, mejora en la eficiencia y la productividad…
Eso sí, para disfrutar de estas ventajas las empresas deben respetar el derecho a la desconexión de sus empleados, algo más difícil en esta modalidad, ya que los límites entre trabajo y vida privada quedan más difusos. Según diversos estudios, con el teletrabajo las jornadas laborales han pasado de 8 a 10 horas al día.
¿Qué es el derecho a la desconexión?
El derecho a la desconexión no es un concepto nuevo, aunque sí es cierto que está muy en boga tras el aumento del teletrabajo.
El derecho a la desconexión digital es el derecho que tienen los empleados a no responder mensajes, llamadas, etc., de trabajo fuera de su horario laboral habitual, y a permanecer desconectado de cualquier dispositivo durante sus tiempos de descanso.
Este derecho está recogido en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos y Garantías de los Derechos Digitales:
“Los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar”.
En la actualidad, dado el aumento del teletrabajo, este derecho se ha reforzado con la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia, de la que hablaremos más adelante.
¿Por qué es necesaria la desconexión?
La falta de desconexión en el teletrabajo crea un conflicto entre el trabajo y la vida personal y puede llevar a hacer jornadas más largas y descansos más cortos y de peor calidad.
Todo esto puede desembocar en problemas de salud física y mental, como trastornos del sueño, estrés, ansiedad, e incluso problemas de pareja, con los hijos o con la familia.
La desconexión es muy necesaria, ya que, entre otras cosas, reduce la sobrecarga mental, aumenta la productividad, mejora la concentración, el estado de ánimo, etc.
Teletrabajo y desconexión, ¿Qué dice la normativa?
La Ley 10/2021, de 9 julio, en su artículo 18, enfatiza el derecho a la desconexión digital recogido en la Ley Orgánica 3/2018:
“Las personas que trabajan a distancia, particularmente en teletrabajo, tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo en los términos establecidos en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre”.
Además, impone a las empresas la obligatoriedad de garantizar la limitación del uso de dispositivos de comunicación con la empresa y teletrabajo durante los períodos de descanso.
Para ello, la empresa, tras una audiencia con los representantes legales de los trabajadores, debe redactar una política interna en la que queden claramente definidas las formas en las que va a hacer efectivo este derecho, las acciones que va a emprender y cómo va a sensibilizar a sus empleados sobre la necesidad de la desconexión.