El fondo de reserva de la Seguridad Social, también conocido como «hucha de las pensiones» o «caja de pensiones», es un fondo soberano de inversión creado por el Gobierno de España en el año 2000, con el propósito de atender a las necesidades futuras del sistema de la Seguridad Social en materia de prestaciones contributivas.

La dotación del fondo proviene, fundamentalmente, de los recursos excedentarios de la Seguridad Social destinados a las prestaciones contributivas si hay superávit (es decir, si los ingresos superan a los gastos).

Asimismo, se financia también del exceso de excedentes derivado de la gestión por parte de las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales de la Seguridad Social de la prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes.

El objetivo básico del fondo es ahorrar en tiempo de prosperidad para tener un colchón financiero con el que poder hacer frente al pago de las pensiones en momentos económicos menos halagüeños.

La buena gestión que han realizado las mutuas a lo largo de estos años ha permitido superar en cada ejercicio el coste de las prestaciones; y la devolución -cubiertas las reservas- se ha efectuado cada ejercicio al sistema de pensiones. De esta manera, han podido inyectar durante la última década un total de 12.755 millones de euros a la caja de las pensiones.

Evolución de las aportaciones de las mutuas a las pensiones

La evolución histórica de la aportación derivada de la gestión por parte de las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social de la prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes, en millones de euros, es la siguiente:

Las aportaciones periódicas que fue recibiendo el fondo desde su puesta en funcionamiento hizo que llegase, en 2011, a su nivel máximo de ahorro. Fue un tiempo de bonanza económica en el que la Seguridad Social ingresaba más de lo que gastaba en prestaciones públicas, lo que permitía llenar el fondo con cerca de 10.000 millones de euros al año.

Ese año, el gobierno eliminó los topes de reservas que podían acumular las mutuas, permitiendo a estas entidades sumar reservas de hasta 3.000 millones.

En 2012, el sistema recurrió al fondo de prevención de las mutuas y destinó 4.400 millones de euros (casi la totalidad de la dotación que tenía el fondo) para el pago de las prestaciones. Dos años más tarde, con la aprobación de la Ley de mutuas, se volvió a la situación anterior a 2011, con lo que las cotizaciones sobrantes volvieron a la caja común en un momento en el que el sistema necesitaba liquidez.

Hoy en día, el Fondo pasa por sus peores momentos debido a la continua retirada de fondos que, desde hace varios años, han realizado los distintos gobiernos para hacer frente al pago de las pensiones y que ha alcanzado una cifra superior a los 80.000 millones de euros.

En 2019, la denominada «hucha de las pensiones» terminó con algo más de dos mil millones de euros.

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¿Qué gestionan las mutuas?

Las mutuas son asociaciones de empresarios sin ánimo de lucro, autorizadas por la Administración central -actualmente, por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones- que colaboran con la Seguridad Social en la gestión de las prestaciones del sistema de la Seguridad Social, como son las contingencias profesionales, la incapacidad temporal o el cese de la actividad de los trabajadores autónomos.

Se fundaron para hacer frente a los accidentes de trabajo. Progresivamente, han ido asumiendo la gestión de otras prestaciones.

Hoy en día, bajo la dirección y tutela de la Secretaría de Estado de Seguridad Social y sus organismos adscritos, gestionan los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y la prevención de riesgos laborales y mejora de las condiciones de trabajo y salud en las empresas; cubren la prestación económica de la incapacidad temporal por contingencias comunes; y cubren también la protección por cese de actividad de los trabajadores autónomos o por cuenta propia.

¿Cómo se financian las mutuas?

La financiación de las mutuas se realiza a partir de la aportación de dos cuotas independientes:

  • Por la gestión de las contingencias profesionales.
  • Por las contingencias comunes.

En lo que respecta a las contingencias comunes, la financiación se obtiene a través de un porcentaje sobre las cuotas por dichas contingencias -recaudadas por la Tesorería General de la Seguridad Social-, que corren a cargo de los empresarios y de los trabajadores.

En la gestión de estas contingencias comunes, las mutuas dotan una Reserva de Estabilización con una cuantía mínima equivalente al 5 por ciento de las cuotas ingresadas durante el ejercicio por estas contingencias, y el excedente que resulte se ingresa en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.