Una de las funciones más reconocidas y valoradas de la Iglesia Católica es su labor social y caritativa, gracias a la cual atiende a millones de personas en todo el mundo en situación de dificultad. John Agnew, profesor de Geografía Política en la Universidad de California, sostiene que «la Iglesia, de hecho, es la mayor proveedora no gubernamental de educación y servicios médicos del mundo».

La preferencia por los más necesitados no es más que la continuación de la labor iniciada en sus primeros años de historia, reconocida incluso por sus más encarnizados enemigos. En la Edad Media, la Iglesia Católica fue la fundadora de los primeros hospitales, asilos y orfanatos de la historia. Asimismo, las primeras escuelas y las más prestigiosas universidades nacieron también en su seno.

Actualmente, cuenta en todo el mundo con numerosas escuelas, dispensarios, centros de acogida para niños y ancianos, hospitales, centros de rehabilitación de toda índole, leproserías, etc. Cáritas y Manos Unidas son las dos organizaciones católicas de mayor representación, que realizan labores humanitarias y dirigen proyectos en todo el mundo.

La labor de la Iglesia Católica en el mundo

Aunque el Papa Francisco reconoce que «la Iglesia no es una empresa o una ONG. Es una comunidad de personas animadas por la acción del Espíritu Santo que viven la maravilla del encuentro con Jesucristo», lo cierto es que la Iglesia Católica presta también en todo el mundo una valiosísima función de interés público, especialmente benéfico docente, como recoge el Anuario Estadístico de la Iglesia.

Según estos datos servidos por la agencia vaticana Fides, a 31de diciembre de 2015, en el campo de la instrucción y de la educación la Iglesia Católica administra en el mundo:

  • 489 escuelas infantiles frecuentadas por 7.043.922 alumnos.
  • 644 escuelas primarias con 33.289.532 alumnos.
  • 415 institutos de secundaria con 20.015.659 alumnos.

Además sigue a 2.535.327 alumnos de escuelas superiores y a 2.904.964 estudiantes universitarios.

 

En el campo sanitario, de beneficencia y asistencial, la Iglesia Católica gestiona 117.986 centros, en las zonas más deprimidas y olvidadas de todo el mundo, en las que en la mayoría de los casos solo llega su ayuda. Allí, atienden principalmente a los más necesitados, pobres y excluidos de la sociedad:

  • 391 hospitales, con mayor presencia en América y en África.
  • 610 dispensarios, la mayor parte en África, América y Asia.
  • 604 leproserías, distribuidas principalmente en Asia y África.
  • 270 casas para ancianos, enfermos crónicos y discapacitados, la mayor parte en Europa y América.
  • 924 orfanatos, en su mayoría en Asia.
  • 376 guarderías, con el mayor número en América y en Asia.
  • 551 consultorios matrimoniales, en gran parte en Europa y América.
  • 776 centros de educación o reeducación social.
  • 484 instituciones de otros tipos.

La Iglesia Católica en España

En nuestro país, según las cuentas presentadas por la Conferencia Episcopal Española, el año pasado, la Iglesia Católica en España prestó atención en los siguientes campos:

Cuidado y acompañamiento de muchas personas recluidas en centros penitenciarios, que se llevó a cabo a través de la pastoral penitenciaria desarrollada por 792 parroquias e instituciones colaboradoras y la ayuda de 2.526 voluntarios.

En el campo educativo, millones de españoles, de cualquier creencia y condición, se forman en estos centros de la Iglesia creados para la difusión de la cultura y el conocimiento. Así, para ayudarles a descubrir sus talentos y poder ponerlos al servicio de los demás, 1.476.918 niños y jóvenes fueron atendidos por 96.825 profesores en 2.593 centros de enseñanza. Asimismo, con la ayuda de 30.936 profesores, la Iglesia se ocupó de la formación religiosa de 3.521.270 alumnos que se inscribieron en clase de religión. A nivel universitario, 86.000 alumnos cursaron estudios en las quince universidades de la Iglesia.

En su labor caritativa y asistencial, la Iglesia Católica se acerca a los más necesitados a través de miles de personas que voluntariamente entregan parte de su vida a esta tarea, donde son atendidas todas las personas que lo necesiten sin importar la cultura, la religión, ni la condición social.

Cerca de cinco millones de personas fueron acompañadas en los 8.796 centros asistenciales. Con la ayuda de 18.714 voluntarios, se acompañó –tanto en domicilios como en hospitales- a 63.589 enfermos. Casi tres millones de personas fueron atendidas en centros para mitigar la pobreza y a más de 22.000, en centros para el tratamiento de drogodependencias.

Se prestó ayuda a más de 25.900 mujeres víctimas de la violencia; a más de 10.500 niños y jóvenes en centros de atención y tutela de menores; a más de 170.000 inmigrantes. Más de cien mil personas recibieron orientación y acompañamiento en la búsqueda de empleo. Los centros de orientación familiar y de ayuda a la infancia y los de asesoría jurídica ayudaron a más de 125.000 y 18.000 personas, respectivamente.

Toda esta labor está centralizada principalmente en Cáritas que divide la ayuda que presta en tres líneas de trabajo:

  • Cáritas Parroquiales. Su principal trabajo es la acogida y acompañamiento a las personas en situación de pobreza, exclusión y vulnerabilidad. El pasado año invirtió en este apartado 80,32 millones de euros.
  • Atención a las personas vulnerables: niños, jóvenes, familias, mayores, emigrantes… Invirtió 73,08 millones de euros.
  • Atención a personas excluidas víctimas de trata y prostitución, reclusos y ex reclusos, personas sin hogar, con discapacidad, salud (drogodependencia, VIH-SIDA y salud mental), en cuyo apartado invirtió 53,65 millones de euros.

De la ayuda exterior se encarga, principalmente, Manos Unidas Campaña Contra el Hambre, que el pasado año financió 595 proyectos de cooperación repartidos por los cinco continentes y en diferentes sectores (educativo, sanitario, agropecuario, promoción de la mujer, promoción social, etc.) en 58 países.

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