En nuestro día a día surgen numerosos gastos extraordinarios. También hay veces en las que queremos adquirir un bien costoso o que sobrepasa nuestro presupuesto. Es en esos momentos, cuando nos planteamos pedir dinero prestado a una entidad financiera o crediticia y surgen las dudas: ¿por qué producto nos deberíamos decantar? Conocer las principales diferencias entre un préstamo y un microcrédito te ayudará a tomar la decisión correcta a la hora de solicitar un monto prestado.

PRÉSTAMO MICROCRÉDITO
Objetivo Financiar un bien o un gasto Necesidad de dinero urgente
Cantidad solicitada Superior a 1.000 euros No suele superar los 1.000 euros
Gestión En la entidad bancaria A través de Internet
Requisitos Estudio personal exhaustivo Ser mayor de edad, tener cuenta bancaria e ingresos estables
Avales Sí necesitan avales No se necesitan avales ni garantías
Amortización Plazo medio-largo Plazo corto (un mes aproximadamente)
TAE Entre 7-10 por ciento Entre 200-300 por ciento

Préstamo

Un préstamo es un contrato mediante el cual una entidad financiera (prestamista), tras un estudio de viabilidad, concede a uno o más beneficiarios (prestatarios) una determinada cantidad de dinero a cambio de devolverla en el plazo establecido, abonando las comisiones pactadas y los correspondientes intereses.

A la hora de conceder el préstamo, la entidad necesita saber el nivel de riesgo que asume. Para ello, hace una evaluación personal y exhaustiva del interesado. Por ejemplo, puede requerir su nómina o contrato de trabajo, comprobar que no esté incluido en una lista de morosos, etc.

Una vez concedido el préstamo, el prestatario debe devolverlo en cuotas del mismo importe y periodicidad, en las que se incluyen los intereses.

Microcrédito

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Un microcrédito es un tipo de préstamo de poca cuantía y duración que se concede de forma casi instantánea a personas o empresas que necesitan liquidez a corto plazo. Para solicitarlos, los requisitos no son tan exigentes como en los préstamos y no se requieren avales.

El proceso es mucho más sencillo y rápido que otro tipo de préstamos tradicionales, y no se necesita avales ni garantías. Sin embargo, el coste que el usuario tiene que pagar por estas ventajas es muy elevado, ya que las entidades que los conceden aplican una Tasa Anual Equivalente (TAE) muy por encima de la media de los préstamos al consumo que publica el Banco de España, y que se establece normalmente entre el 7 y el 10 por ciento.

Si una vez solventada tu necesidad crediticia quieres comenzar a ahorrar, piensa que los Planes de Pensiones  y los Planes de Previsión Asegurados (PPA) son dos excelentes herramientas para hacerlo. Ambos te permiten un interesante ahorro fiscal y, en el caso de los PPA, te garantizan un capital llegado el momento de tu jubilación.