Los años de vida laboral que se utilizan para calcular la pensión de jubilación son claves para saber la prestación que se percibirá en la retirada. En 2020, en España para recibir el 100 por cien se exige haber cotizado a la Seguridad Social al menos 35 años y 10 meses, cifra creciente que alcanzará los 37 años y medio en 2027, por el retraso de la edad de retiro a los 67 años.

Para el cálculo de la prestación, este año se tendrán en cuenta los últimos 23 años de cotización, que se elevará hasta los 24 años en 2021 y hasta los 25 años a partir de 2022.

Esta normativa de cálculo de la pensión está vigente desde 2011 y se prorrogó en 2018, tras la última reforma, y hay expertos que reclaman que se tenga en cuenta toda la carrera laboral para la prestación de jubilación.

Este cambio, que, en la mayoría de los casos, reduciría el importe de la prestación al incluir los primeros años cotizados, se propone como mecanismo para la sostenibilidad de las pensiones públicas.

¿A quién beneficia?

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La extensión del periodo de cálculo de la pensión a toda la vida laboral del trabajador beneficia a aquellos empleados que han tenido mejores condiciones salariales en los primeros años de su carrera que en los últimos.

También es una medida que favorece a aquellas personas que han perdido su trabajo en los últimos años de carrera, lo cual ha impactado significativamente en sus bases de cotización.

A quién perjudica

Este cambio normativo penaliza a los trabajadores que han tenido una carrera profesional con incrementos graduales de salario, y, por lo tanto, mayores cotizaciones año tras año.

Esta es una de las principales críticas, ya que, si se tiene en cuenta toda la vida laboral, los años de entrada en el mercado de trabajo, con salarios generalmente más bajos, penalizan el cómputo global.

¿Cómo se calcula en Europa?

Entre las principales potencias de Europa, sólo España y Francia no tienen en cuenta toda la vida laboral para el cálculo de la pensión. En el caso de la economía francesa, la prestación se calcula teniendo en cuenta los mejores 25 años de cotización, siendo el trabajador el que elige cuáles son.

En el caso de Holanda, el hecho de haber trabajado o residido legalmente otorga derecho a percibir una pensión de jubilación a los 65 años, que se calcula en función del periodo de tiempo y de la situación familiar.

En Alemania, Italia, Bélgica o Portugal, la base de cotización se calcula con toda la carrera laboral, mientras que en Irlanda existe una “tarifa plana”. La pensión la recibirán a partir de los 66 años quienes hayan pagado suficientes contribuciones al Sistema.