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La mayoría de las entidades bancarias ofrecen la posibilidad de abrir una cuenta común, pero, ¿qué beneficios trae aparejada?, ¿tiene alguna desventaja? Lo primero de todo es descubrir qué es una cuenta común y los diferentes tipos de opciones existentes en el mercado para así decidir la que mejor se adapte a las necesidades de sus usuarios.
Una cuenta común o cuenta conjunta es aquella que tiene varios titulares. Estos deben firmar un contrato con el banco y serán los propietarios de los fondos depositados. Eso sí, hay que atender al tipo de cuenta que se abre, puesto que, dependiendo de la modalidad, cada persona tendrá diferentes responsabilidades y obligaciones.
¿Qué tipos de cuentas conjuntas existen?
A grandes rasgos existen tres tipos de cuentas conjuntas:
- Indistinta: también llamada solidaria. Todos los titulares tienen potestad para efectuar movimientos bancarios con total libertad. Es la opción predilecta en el ámbito familiar para tener el control de las finanzas del hogar
- Conjunta: también se conoce como cuenta mancomunada. Para efectuar una operación se necesita la autorización de los demás titulares. Suele ser la modalidad escogida para controlar las finanzas de una empresa
- Subordinada: en este tipo de cuenta existen diferentes niveles de autorización. Los titulares de nivel superior pueden operar sin ninguna restricción, mientras que los de menor rango requerirán del consentimiento de los demás cotitulares para poder efectuar cualquier operación
¿Cómo abrir una cuenta bancaria conjunta?
El primer paso a la hora de abrir una cuenta conjunta es decidir la entidad bancaria en la que se quiere depositar el dinero. Para ello, resulta muy interesante valorar las diferentes opciones, pero ¿Qué aspectos hay que tener en cuenta?
- Debe ofrecer la domiciliación de diferentes tipos de recibos.
- Debe permitir ingresar dinero tanto a través de cheques como por medio de cajero o transferencia bancaria.
- Facilita tarjetas (tanto de débito como de crédito si los titulares así lo solicitan) a todos los titulares asociados a la misma cuenta.
- También hay que prestar especial atención a los gastos de mantenimiento de la cuenta, puesto que, en algunos casos, si no hay domiciliada una nómina, se suelen aplicar distintas comisiones que, a la larga, pueden no resultar demasiado rentables.
Actualmente se puede abrir una cuenta conjunta de la manera tradicional (acudiendo a la entidad bancaria y suscribiendo el contrato de apertura de cuenta pertinente) o de forma online (muchos bancos ofrecen esta modalidad para evitar esperas y desplazamientos innecesarios). En ambos casos, es necesario disponer de un documento identificativo y aportar los datos de contacto de los interesados.
Ventajas de abrir una cuenta bancaria conjunta
Los principales beneficios a la hora de compartir las finanzas en una cuenta conjunta en la que todos los titulares tengan el mismo poder sobre el dinero son:
- Útil para pagar facturas comunes. Cuando se comparte un hogar, es interesante llevar un control de los diferentes recibos a los que se tiene que hacer frente: desde los suministros, impuestos, así como el pago de la hipoteca.
- Cada titular puede disponer de dinero libremente: si hay que pagar la compra del mes, comprar material escolar para los hijos o pagar un tratamiento médico, no es necesario contar con la autorización de la pareja. Como los titulares pueden acceder a la información relativa a los movimientos bancarios, no debería haber compras secretas ni un derroche excesivo.
- Se optimiza la gestión de las finanzas, ya que siempre resulta más motivador establecer objetivos comunes de ahorro que permitan a los titulares conseguir fondos para un viaje o para reformar la vivienda.
- Otro beneficio es la opción de acceso a la banca en línea, para que cualquiera de los titulares pueda operar fácilmente.
- Si hemos contratado una cuenta en la que no es necesario domiciliar una nómina ni abonar comisiones, resulta una herramienta fundamental a la hora de tener control sobre la economía familiar.
Inconvenientes de compartir cuenta bancaria
Al igual que existen ventajas al abrir una cuenta conjunta, existen unos inconvenientes que pueden ser potencialmente peligrosos para las finanzas familiares y que conviene valorar:
- Se debe ser corresponsable del funcionamiento de la cuenta. Si uno de los titulares realiza cargos excesivos y se adeuda, las responsabilidades contraídas recaerán en ambos. Para evitar este problema, convendría establecer límites en las tarjetas (tanto de débito como de crédito) para evitar sorpresas indeseadas.
- Hay que prestar atención a los gastos originados por dicha cuenta. Como se ha comentado, hay entidades que no cobran por mantenimiento y ofrecen tarjetas gratuitas. Por ello, conviene asesorarse bien de las condiciones antes de abrir una cuenta conjunta en una entidad bancaria.
- A la hora de cerrar la cuenta (sobre todo si se ha abierto de forma presencial) ambos titulares deben acudir a la entidad bancaria para firmar el fin del contrato. Esta situación, por ejemplo, en casos de divorcio, suele ser algo peliaguda. Aún así, muchos bancos ya ofrecen la opción de que los titulares puedan acudir de forma separada.
¿Cómo tributa una cuenta conjunta?
Muchos usuarios se preguntan si de cara a la perspectiva fiscal resulta favorable tener una cuenta conjunta. Por ello, hay que saber que, por norma general, la Agencia Tributaria entiende que, en una cuenta con dos titulares, los fondos se dividen a partes iguales y, por tanto, cada uno deberá tributar por la mitad de los fondos depositados.
Eso sí, es posible señalar que una parte tiene más fondos que la otra y que, por tanto, no se divide al 50 %. En este caso, cada titular tributará por el porcentaje de fondos que posea.
Cuenta bancaria conjunta, ¿sí o no?
Tal y como se ha visto, conviene valorar los beneficios e inconvenientes a la hora de abrir una cuenta conjunta. En principio, resulta una fórmula interesante para controlar las finanzas familiares, pero nunca está de más que cada miembro de la unidad familiar tenga su propia cuenta. Así, se podría disponer de un dinero para gastos personales o caprichos sin que eso afecte a la economía del hogar.
Así pues, una cuenta conjunta puede servir, por ejemplo, para domiciliar los gastos ocasionados por un seguro de hogar. Y, como mirar por la economía familiar es primordial, siempre hay que buscar las mejores opciones. El Seguro de Hogar MAPFRE te ofrece hasta un 25 % de descuento e incluye servicio de bricolaje o de robo y hurto, incluso fuera de la vivienda. Para que tú y tu familia podáis disfrutar de “y tantos + momentos de tranquilidad”.