Resumen del contenido
El Tai Chi es un arte marcial milenario desarrollado en China que, hoy en día, se practica como una forma de ejercicio por sus múltiples beneficios. Para los que forman parte de la Generación Senior esta actividad es altamente aconsejable y se utiliza como una forma de reducir una gran variedad de afecciones de salud.
¿Qué es el Tai Chí?
El Tai Chí es un sistema no competitivo de ejercicios que se trabajan con el cuerpo y la mente. Se suele decir que el Tai Chi es “meditación en movimiento”, pues combina movimientos suaves y lentos con técnicas de respiración profunda, concentración y relajación.
Al ser un ejercicio de bajo impacto tanto en los músculos como en las articulaciones, se puede realizar a cualquier edad. De hecho, es una gran alternativa para aquellas personas que por su estado físico no podrían realizar ejercicio de otra forma.
Beneficios de practicar Tai Chi
Peter Wayne, investigador de la universidad de Harvard, ha realizado diversos estudios científicos sobre los beneficios del Tai Chi para la salud, en los que concluye que “mientras que la mayoría de los medicamentos tienen un solo ingrediente activo, el Tai Chi es una combinación de múltiples medicamentos que usa diferentes componentes para producir una variedad de efectos”.
Otros estudios también demuestran que practicar Tai Chi con cierta regularidad resulta muy apropiados para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores debido a sus beneficios:
- Mejora la flexibilidad.
- Aumenta el equilibrio.
- Incrementa la capacidad aeróbica.
- Potencia la resistencia y fuerza física.
- Mejora el sistema inmunológico.
- Reduce la presión arterial.
- Amortigua el dolor articular.
- Minimiza el riesgo de caídas.
- Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
- Mejora el estado de ánimo.
- Optimiza la calidad del sueño.
- Desarrolla el bienestar general.
Ejercicios de Tai Chi para practicar en casa
Busca un lugar cómodo y tranquilo para hacer los ejercicios, utiliza ropa cómoda y descálzate. Puedes acompañar esta actividad con música relajante. Recuerda que estos ejercicios deben realizarse de forma lenta y suave.
La grulla de oro
Se trata de un ejercicio que requiere equilibrio, por lo que al principio es recomendable apoyarse en una pared.
- Ponte en posición de pie y cierra los ojos.
- Siente el contacto de los pies con el suelo.
- Pon todo el peso del cuerpo sobre el pie derecho.
- Levanta el pie izquierdo flexionando la rodilla.
- Extiende los brazos.
- Mantén el equilibrio unos segundos.
- Vuelve a la posición inicial y repite con el otro pie.
- Repite todo el ejercicio tres veces.
Abrir y cerrar la puerta
- En posición de pie, pon todo el peso del cuerpo sobre el pie izquierdo.
- Extiende el pie hacia adelante como si dieras un paso grande, y quédate en esta posición.
- Mantén los brazos a ambos lados con las palmas apuntando hacia el suelo.
- Ve pasando el peso del cuerpo al pie derecho, mientras sube los brazos con las manos hacia dentro formando un arco hasta dejarlos extendidos con las palmas de las manos apuntando hacia delante.
- Haz una respiración profunda.
- Pasa el peso del cuerpo al pie izquierdo mientras vuelves a poner los brazos a ambos lados del cuerpo con las palmas de las manos apuntando al suelo.
- Haz otra respiración profunda.
- Repite todo el ejercicio cinco veces.
El oso constante
- En posición de pie, con los hombros relajados, los brazos ligeramente estirados, las manos como si se estuviera sujetando una pelota con ellas, y las piernas ligeramente flexionadas.
- Lleva el peso del cuerpo a la pierna izquierda y, una vez ahí, ve girando hacia la izquierda.
- Lleva el peso del cuerpo a la otra pierna y, a continuación, gira también hacia ese lado.
- Luego llevamos el peso a la otra y nos giramos hacia ella.
- Repite el ejercicio cinco veces.
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