El fenómeno de las urbanizaciones para la tercera edad tiene ya algunos años de experiencia en España y décadas en Estados Unidos –zona de Florida- y algunos países europeos. Sin embargo, es en los últimos años cuando ha experimentado un importante desarrollo gracias a la demanda creciente entre las personas mayores, tanto nacionales como internacionales.

Una alternativa a la residencia

Con más de 65 años, independencia y capacidad para gestionar su rutina diaria, las personas mayores no valoran una residencia tradicional ni  la idea de una enfermera en casa como únicas salidas que respondan a sus necesidades en esta etapa de la vida.

El concepto de los complejos residenciales dirigidos de forma exclusiva y específica para la tercera edad, nace de la necesidad de dar respuesta a las demandas concretas de una parte importante de las personas mayores que no encontraba el lugar perfecto donde vivir cumplidos los 65 y retirados del mundo laboral.

  • La residencia tradicional, con un enfoque netamente asistencial y sanitario, no es adecuado para personas en los primeros años de vejez, independientes y que valoran su libertad. Muchas veces no se opta por residencias por su precio.
  • Mantener la casa propia –o de alquiler- como alojamiento, aunque suele ser lo más habitual y deseado por los mayores, pero, en muchos casos, tampoco responde a sus necesidades de atención ni presentan las condiciones de accesibilidad y habitabilidad que una persona que va cumpliendo años precisa. Especialmente, cuando ya se han superado los 70 años de edad.
  • Vivir con otros familiares como los hijos es otra alternativa habitual para las personas mayores, pero presenta grandes dificultades de adaptación en muchos casos por falta de espacios, por ejemplo, u horarios incompatibles. Por otra parte, las casas familiares no siempre están preparadas para alojar con comodidad a una persona mayor.

Cuando se hace necesario buscar otra forma de alojamiento para los mayores de una familia, las urbanizaciones para la tercera edad son una realidad que no siempre se valora pero que da respuesta concreta a las necesidades específicas de un perfil de jubilado.

Tipos de urbanizaciones para mayores

Para vivir en una urbanización o complejo residencial para mayores, es necesario ser mayoritariamente independiente y haber cumplido los 60, aunque existen modalidades diferentes y no todos los residenciales tienen la misma forma de funcionamiento.

Residenciales de grandes cadenas

Las grandes empresas constructoras, asociadas a los grupos residenciales, son las primeras en construir urbanizaciones para la tercera edad al descubrir un nicho de mercado muy potente en estas personas mayores que buscaban una respuesta a sus necesidades de alojamiento entre la residencia tradicional y la casa propia.

Estos complejos residenciales están especialmente indicados para mayores – algunos admiten residentes desde los 55 años- a partir de los 60 años con total independencia para el desarrollo de su vida cotidiana. Algunos de estos núcleos de viviendas se organizan en régimen de cooperativa y se incluyen espacios comunitarios como gimnasio, lavandería o salón social donde los propios vecinos pueden organizar sus encuentros o actividades para relacionarse con los demás.

Son espacios accesibles en cuanto a barreras arquitectónicas y suelen incluir asistencia médica y/o de enfermería, aunque con el Seguro de Salud MAPFRE tienes a tu servicio siempre un completo cuadro médico para que puedes elegir a tus especialistas según tus preferencias y necesidades.

Muchas de estas viviendas admiten mascotas, el usuario puede personalizar su vivienda totalmente y a su gusto. No existen ni horarios ni vigilancias de ningún tipo. La rutina que puede mantener el residente es la misma que en su propia casa, pero con el plus de la accesibilidad y el entorno favorable a su edad.

Complejos residenciales gestionados por empresas especializadas en el sector

    Este tipo de alojamientos son un poco más especializados y ofrecen la posibilidad de contratar servicios de atención concretos en cada caso y según las necesidades y apetencias de los mayores. Por ejemplo, muchos de ellos tienen un restaurante o comedor común y público para no tener que cocinar en casa sino se quieren o no se puede.

    La asistencia sanitaria es continuada y disponible las 24 horas en la mayoría de estos espacios residenciales, lo que incluye fisioterapia, entre otras especialidades. Las viviendas son independientes totalmente, pero se puede contratar servicio de limpieza para evitar tener que hacer las tareas domésticas.

    La teleasistencia está instalada en todas las viviendas y no existen barreras arquitectónicas mientras que se preconiza la seguridad y la accesibilidad tanto en las zonas comunes como en la intimidad de cada vivienda.

    Es habitual que, además del personal de mantenimiento y gestión de los espacios, exista una planilla de profesionales para gestionar los lugares comunes y fomentar la convivencia, la atención y la interrelación entre los usuarios. Es posible encontrar incluso viviendas tuteladas para personas mayores dentro de estos complejos.

    Residencia dentro de la urbanización

    La nueva tendencia dentro de los complejos residenciales para mayores es multiplicar aún más las facilidades para que los inquilinos siempre puedan alojarse conforme a sus prioridades y sin tener que pasar carencias de servicios y atenciones. Para ello, algunos de los últimos centros en construcción incluyen dentro de sus instalaciones una residencia de corte tradicional, además de viviendas.

    Los usuarios de urbanizaciones con residencia pueden elegir y cambiar de alojamiento sin tener que modificar su entorno y manteniendo sus amistades y relaciones, lo que es muy valorado por las personas mayores. Estos grandes espacios permiten vivir en inmuebles con diferentes grados de independencia y servicios, o en su caso y cuando sea necesario, residir en una de las habitaciones del centro asistencial ubicado dentro de su misma urbanización.

    Cuando las personas van ganando en edad y quizás en limitaciones van sumando ayudas, pero tanto para ellos como para sus familiares, la gran ventaja es que no es necesario sufrir un nuevo cambio de residencia ni buscar asistencias fuera, la propia residencia ofrece todas las alternativas.

    Las urbanizaciones de mayores, en cualquiera de sus versiones, están ubicadas en enclaves privilegiados y especialmente adecuados para la prevención de enfermedades y dolencias propias de la tercera edad. Se busca la mejor calidad de vida, pero se prefieren ubicaciones dentro de núcleos urbanos o ciudades. La costa mediterránea es la zona con más oferta de urbanizaciones para la tercera edad, el clima es un factor clave en este caso.

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