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¿Existen hipotecas para jubilados? Ninguna entidad financiera promociona así sus préstamos hipotecarios, pero eso no es sinónimo de que no exista oferta. En otras palabras, puedes pedir una hipoteca si estás jubilado y puedes incluso conseguirla.
Los pensionistas y jubilados tienen sus propias ventajas y desventajas como usuarios a la hora de pedir una hipoteca, igual que los pueden tener un funcionario o una persona más joven. En todos los casos, es importante tener claro lo que se van a encontrar antes de buscar una hipoteca para jubilados e incluso una hipoteca para mayores de 60 años.
En resumen, tener claro cómo está el mercado, qué condiciones piden los bancos, el tipo de cliente que buscan y, por supuesto, cómo funciona un préstamo con garantía hipotecaria.
Requisitos de una hipoteca para jubilados
Las condiciones para conseguir una hipoteca no cambian en función de la edad. De hecho, la edad es solo uno de los elementos que la entidad financiera analizará para decidir si concede o no la hipoteca en cuestión.
Eso sí, es uno de los más importantes porque limita en cierta medida la cantidad que se puede pedir, salvo que se esté dispuesto a afrontar una enorme cuota, como veremos a continuación.
Ventajas como jubilado a la hora de pedir una hipoteca
- Disponer de ahorros para la entrada de la casa. La mayoría de las entidades financian hasta un 80% del valor de la vivienda, por lo que es necesario disponer de ahorros para afrontar la operación. Una de las ventajas de los jubilados es que disponen de más ahorros que la media, por lo que normalmente necesitarán financiar un porcentaje menor de la vivienda. Este es un punto a favor que el departamento de riesgo de la entidad financiera valorará positivamente.
- Ingresos constantes y seguros. La falta de estabilidad en el mercado laboral y los ingresos no constantes hacen que los jóvenes sufran cada mes – en el caso de estar hipotecados- la incertidumbre de si podrán hacer frente a su hipoteca. Cuando estás jubilado y recibiendo una pensión contributiva, ese problema desaparece por completo. Un pensionista puede cerrar su cuenta de ingresos y gastos de forma mucho más certera que un joven, ya que sus ingresos son constantes, periódicos y seguros, por lo que es mucho más fácil saber cuál es su nivel de endeudamiento factible, es decir, cuánto puedes dedicar cada mes de tu pensión a pagar la letra de una hipoteca.
Desventajas del jubilado a la hora de pedir una hipoteca
- Longevidad. La mayoría de las entidades financieras limitan la edad hasta la que se puede pagar una hipoteca hasta los 75 u 80 años. Esto quiere decir que en esa fecha el préstamo deberá de estar saldado, lo que limita la duración de la hipoteca y eso afecta directamente a la cuota mensual y la capacidad de pago.
- Capacidad de pago. Otro de los elementos claves para conceder una hipoteca es la capacidad de endeudamiento, que se mide por el porcentaje de tus ingresos que destinas al pago de deuda. Como norma general, las entidades limitan a entre un 30% y un 40% ese índice de endeudamiento. A efectos prácticos, esto quiere decir que, como mucho podrás destinar un 40% de los ingresos a la hipoteca y eso si no tienes otras deudas. Las personas jóvenes compensan ese hándicap alargando el plazo del préstamo, pero con las hipotecas para jubilados el plazo de devolución también está capado por la edad.
Esto no quiere decir que no existan soluciones, como veremos más adelante. Antes, es importante entender cómo funciona la hipoteca y cómo se mezclan todos estos elementos. Sólo así es posible tener una imagen global de la cuota que se pagará cada mes y los intereses totales que se abonan por el préstamo.
Edad, cuota y e intereses totales en una hipoteca para mayores de 60 años
Las matemáticas de una hipoteca son claras. A mayor duración de la hipoteca, menos cuota mensual, pero más intereses totales abonarás por el préstamo. En el caso de las hipotecas para mayores, esa duración suele estar limitada a entre 15 y 10 años.
Por ejemplo, una persona de 60 años podrá solicitar una hipoteca hasta un máximo de 20 años si encuentra un banco que acepte que el préstamo finalice a los 80 años (los 75 años es la cifra más repetida). Este hecho influye en la cuota mensual a pagar, los intereses totales del préstamo y también los ingresos mínimos que hay que aportar.
El siguiente gráfico muestra cuánto se paga por una hipoteca de 70.000 euros a un tipo del 4% para una casa de 131.000 euros en función del plazo.
Plazo de la hipoteca en años | Cuota mensual | Importe total por la vivienda | Ingresos mínimos |
5 | 1.273,00 € | 183.594,00 € | 3.182,50 € |
10 | 692,00 € | 153.499,00 € | 1.730,00 € |
15 | 500,00 € | 160.510,00 € | 1.250,00 € |
20 | 406,00 € | 167.868,00 € | 1.015,00 € |
Como se puede ver, cuanto mayor es la duración de la hipoteca, menor es la cuota y, por lo tanto, menos ingresos hacen falta para conseguirla. Sin embargo, alargar el plazo también hace que el importe total a pagar sea mayor porque se pagan intereses durante más tiempo.
Fórmulas alternativas en hipotecas para mayores
Hay tres herramientas que pueden ayudar a conseguir una hipoteca para mayores de 60 años. Se trata de fórmulas para poder financiar un importe mayor de la vivienda o incluir en la cuota del préstamo.
Con aval juvenil
Si hace unas décadas tú avalaste a tus hijos en su hipoteca, ahora te vendrá muy bien que ellos pueden hacer lo mismo por ti. Una de las ventajas de pedir una hipoteca en edad de jubilación es que puedes contar con el apoyo de tus familiares más jóvenes, socios o amigos solventes.
Con más tiempo, tu red de posibles avalistas será mucho más extensa y viable que cuando empezabas a trabajar, por ejemplo.
Contar con el respaldo de otras personas jóvenes y solventes allanará mucho el camino hacia tu hipoteca como jubilado. Lograrás mejores condiciones y será más sencillo que puedas disfrutar de un préstamo hipotecario con más de 60 años. Otra alternativa es que incluyas como titular a una persona joven en tu crédito.
Ahorros y bienes inmuebles
Una de las grandes ventajas que tienen los jubilados frente a los jóvenes a la hora de solicitar una hipoteca es que suelen contar con más ahorro y es fácil que ya tengan, al menos, una propiedad inmobiliaria en titularidad y sin cargas.
La hipoteca inversa es una posibilidad que tienen en exclusiva los mayores de 64 no para comprar otra casa, pero sí para mejorar su bienestar económico durante la jubilación. Se trata de un crédito con garantía inmobiliaria que funciona al revés que una hipoteca.
Con ella obtendrás un capital a cambio de hipotecar la vivienda, pero, a diferencia de una hipoteca al uso, no tendrás que pagar ninguna cuota mensual. Solo cuando se cancele la hipoteca inversa habrá que devolver el dinero más los intereses y eso es algo que en la mayoría de los casos harán los hijos al heredar la vivienda con la hipoteca.
Hipoteca con doble aval
En este caso, la vivienda que ya tienes en propiedad actúa como doble aval para poder financiar un porcentaje mayor de la casa. Es decir, si no tienes ahorros y quieres financiar el 100% de la compra, la casa que ya tienes será el aval de ese 20% extra de diferencia entre lo que te financia el banco y lo que tú puedes aportar como ahorro.
En cualquier caso, antes de lanzarse a comprar una casa tras jubilarse, es importante hacer cuentas para saber si podrás abonar el préstamo y no tomar decisiones sin pensar, como por ejemplo sacar todo dinero de golpe del plan te pensiones y terminar pagando muchos más impuestos solo para comprar la casa.