Entre ellas, elevar las cotizaciones que realizan los trabajadores a la Seguridad Social. Así, en 2013 pasarán de un 11 % a un 18 %, esto es, una subida de 7 puntos porcentuales. Al tiempo, las cotizaciones sociales de las empresas disminuirán del 23,75 % al 18 % (supone una rebaja del 5,75 %). Esta medida supondrá una merma en el sueldo de los trabajadores. Por ejemplo, con un salario neto de 1.000 euros, se percibirán 930 euros una vez aplicada la nueva norma.

Esta decisión viene obligada por la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado mes de julio en la que declaraba ilegal imponer recortes solo a los funcionarios. Gracias a ella, los empleados públicos cobrarán sus pagas extras aunque no se les devolverán las dos suprimidas hasta la resolución judicial, una en 2011 y otra en 2012. En 2013, los funcionarios cobrarán solo una paga extra y prorrateada en 12 meses para compensar la reducción del poder adquisitivo.

Cómo afecta a los pensionistas

Los pensionistas no verán modificada su prestación aunque no recibirán las dos pagas extras ni en 2013 ni en 2014. Fueron congeladas en octubre de 2011 para los que percibieran más de 1.100 euros y rebajada para los que cobraran menos de esa cantidad.

Passos Coelho dijo que la sentencia del Constitucional ha obligado a “repartir el sacrificio” entre todos los trabajadores portugueses, ya que la subida de las cotizaciones afecta tanto a empleados de empresas públicas como de privadas.

Con la rebaja de las cotizaciones sociales a los empresarios se ahorrarán costes y se estimularán la creación de empleo (la tasa de paro es del 15 %), la competitividad y la inversión, justificó el primer ministro.

Portugal recibió el año pasado de la UE y el Fondo Monetario Internacional 78.000 millones de euros a cambio de acometer una serie de condiciones. Lleva inmersa en un severo plan de ajuste desde hace casi un año y medio y sigue sin recuperarse. Su PIB en el segundo trimestre de 2012 ha descendido un 3,3 % con respecto al mismo periodo del año anterior.