Y es que el envejecimiento de la población española se acelerará en el futuro. Según la proyección realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2050 un 30% de los habitantes de España serán mayores de 65 años. En 2020, el crecimiento será por primera vez negativo. Además, sigue aumentando la esperanza de vida: entre los mayores de 60 años el grupo que más rápido crece es el de los mayores de 80 años, a un ritmo anual del 4%.

Si no aumentan la tasa de natalidad, esa es la previsión para el futuro: una población envejecida que cada vez vive más años. “En la esfera social se verá afectada la estructura familiar, los estilos de vida y de ocupación de los hogares, la demanda de la vivienda, las tendencias en los movimientos migratorios, así como la epidemiología y las necesidades sanitarias. Como colectivo, el voto de los mayores condicionará los patrones de votación y la representación política”, advierte el estudio.

Las tecnologías domésticas de seguimiento de la salud

Esa longevidad se debe, en parte, a las nuevas tecnologías de salud. En el futuro estarán integradas en el día a día de las persona mayores: en su higiene personal, la seguridad, las tareas domésticas, la gestión de la medicación o la movilidad, señala el estudio. En los próximos años, se reforzarán los sistemas de teleasistencia y se implantará el acceso al historial médico desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar.

“Nuestra casa se va a convertir en un lugar que nos cuida, capaz de avisar si nos caemos o si nuestros parámetros biológicos entran en medidas anormales”, destaca Ana Morato, directora de OPTI.
Entre las más comunes, los expertos citan:

  • Sensores para seguimiento de hábitos de conducta y seguridad en el hogar.
  • Teleasistencia a través del teléfono móvil.
  • Control de la salud con biosensores y tejidos inteligentes.
  • Implantación de la videoconferencia personal para asistencia a pacientes.
  • Señales biométricas para el reconocimiento de emociones humanas y desórdenes neurológicos.
  • Sistemas de realidad virtual para estimular habilidades visioespaciales.
  • Robots para gestionar las actividades diarias a distancia.
  • Control a distancia de la salud del paciente crónico son solo algunas de las tecnologías que dibujarán el paisaje del envejecimiento.

Algunas de estas ideas y conceptos, como vanguardia del cuidado de tu salud, ya están siendo estudiadas o adoptadas por tu Seguro de Salud MAPFRE, una gran opción para estar siempre entre los primeros en beneficiarse de este prometedor futuro.

“Resolver los problemas de movilidad es urgente y un factor clave para la sostenibilidad del sistema sanitario debido a que la movilidad correlaciona estrechamente con hábitos de vida sana, incluyendo los relacionados con la inserción en la comunidad y los problemas de aislamiento”, indica el informe. Además, la tecnología necesaria para ellos se encuentra disponible desde hace años, pero no se ha implantado sobre todo por el coste que supone, especifica el estudio.

 

 

A medio plazo (unos 10 años), podrían haber prosperado nuevas tecnologías para suprimir los temblores, con dispositivos externos que compensen los efectos de este problema. Por ejemplo, un ratón de ordenador que ignora el temblor.

¿Cómo implantar las tecnologías sanitarias?

Actualmente también se trabaja para que en el futuro se extienda la rehabilitación virtual (física y cognitiva) desde el domicilio. Además del problema del coste, los usuarios todavía no están familiarizados con esta tecnología, subrayan los expertos, quienes esperan que esto cambie cuando se generalice el uso “cuando la población esté más familiarizada con aplicaciones lúdicas de realidad virtual”.

Precisamente, otro de los puntos del estudio destaca la importancia del promover el conocimiento de las nuevas tecnologías entre las personas mayores, así como en el de las redes sociales. De esta manera, dicen los expertos, podrían participar en el desarrollo de proyectos de servicios de teleasistencia y de comunicación a distancia con los profesionales sanitarios.

 

 

“El objetivo es reducir en el mayor porcentaje posible los desplazamientos para recibir atención, -lo que ayudaría, además, a disminuir los costes sanitarios-, al tiempo que permitiría a los pacientes conservar su independencia y adaptarse a sus propias circunstancias”, destaca Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin.

Contener el gasto sanitario debido a la mayor esperanza de vida y el incremento de la tasa de dependencia (indica la proporción de personas mayores de 65 años con respecto a las que están activas laboralmente, es decir, el número de personas que sostienen económicamente a los jubilados) determina, según los expertos, el desarrollo de una política tecnológica para lograr el envejecimiento activo.

Habrá un nuevo mercado de tecnologías de salud en el futuro y habrá áreas donde el esfuerzo deberá ser mayor. Entre ellas, la Geriatría, la Enfermería, la Fisioterapia, la hospitalización a domicilio, la Medicina de Familia, la Neurología y la Epidemiología. “Es en estas áreas donde España debe realizar una fuerte apuesta en I+D+i y potenciar la presencia en el mercado de soluciones propias, salvando las diferencias que actualmente existen con otros países como Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania”, afirma Miguel Ángel Valero, profesor de ingeniería y arquitecturas telemáticas de la Escuela Universitaria de Ingenieros de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid.