Los bonos son valores de deuda utilizados tanto por entidades privadas como por entidades de gobierno con el fin de obtener financiación. En realidad, se trata de un préstamo a la entidad emisora del bono, que se compromete a devolver el capital prestado en una fecha determinada más un interés previamente establecido. Pero, ¿Qué son y qué rentabilidad tienen los bonos de tasa negativa?

¿Qué son los bonos en negativo?

Un bono de tasa negativa no es otra cosa que un bono que tiene un interés por debajo del 0 por ciento. Es decir, el inversor paga por tener invertidos sus ahorros -consigue una rentabilidad negativa-, en lugar de cobrar una rentabilidad positiva por ellos, como sería lo normal.

A primera vista, una inversión de este tipo nos parece fuera de toda lógica. La finalidad de una inversión es obtener una rentabilidad y si no es así, ¿Qué sentido tiene?

Todo esto tiene su origen en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) que, con la finalidad de fomentar el consumo para reactivar la economía y subir la inflación, compra a los bancos privados los bonos de estados y corporaciones que tienen en su poder, para que utilicen esas inyecciones de liquidez en emitir crédito.

Sin embargo, los bancos no quieren correr riesgos y reinvierten ese dinero en los mercados financieros o depositándolo en el BCE, aunque renten negativamente.

La realidad es que este tipo de política se está extendiendo por todo el mundo. Actualmente, el 25 por ciento de todos los bonos en el mundo tienen rentabilidad negativa. Países como Suiza o Dinamarca tienen ya toda su deuda emitida en negativo.

A la vista de estas cifras, la pregunta es: ¿Qué puede llevar a un inversor a comprar bonos con un interés negativo?

¿Cuándo pueden ser rentables los bonos en negativo?

En ciertos casos, bajo determinadas circunstancias, se puede ganar dinero invirtiendo en bonos en negativo.

Ante la expectativa de que suban de precio

Algunos inversores compran bonos con rendimiento negativo con la expectativa de que los tipos sigan bajando y, como consecuencia, el precio de los bonos suba. Si se produce esta circunstancia, pueden ganar dinero siempre que vendan los bonos antes de su vencimiento.

Considerando la rentabilidad real

La rentabilidad real no consiste solamente en el tipo de interés que se obtiene en una inversión, sino que hay que tener en cuenta también la inflación. Es decir, en el caso de que se prevea o se produzca una deflación, quien compre un bono con rentabilidad negativa, pero superior al IPC, habrá aumentado su poder adquisitivo.

Por ejemplo, si el IPC se encuentra en -0,40 por ciento y un inversor compra bonos con un interés -0,10 por ciento, su rentabilidad real es de +0,30 por ciento.

Expectativas sobre divisas

A los inversores extranjeros que apuesten por la depreciación de su divisa de referencia frente a otra, les puede compensar adquirir deuda con rentabilidad negativa para cubrir el riesgo de fluctuaciones cambiarias.

Como refugio seguro

En tiempos de crisis, con la economía en recesión o de gran volatilidad en los mercados financieros, muchos inversores buscan seguridad en bonos AAA de países solventes, sin que les importe que la rentabilidad sea negativa, con tal de tener su dinero a buen recaudo.

¿Qué riesgos presentan los bonos en negativo?

En un entorno económico tan incierto la posibilidad de que se formen burbujas financieras es muy real. En una situación así, cualquier opción mínimamente segura o atractiva puede atraer un volumen de capital ingente y eso es lo que está ocurriendo en los mercados de bonos.

Por otra parte, los fondos de pensiones están invirtiendo en bonos que rentan negativamente. Esto implica que tendrán que pagar al Estado los intereses negativos de dicha deuda, lo que reducirá aún más el fondo.

En el caso de los bancos, los bonos de interés negativo pueden tener consecuencias indeseadas si, en lugar de prestar más dinero, prefieren asumir el coste de pagar los tipos de interés negativos al BCE, en vez de trasladar los intereses negativos a los depósitos de los clientes. Esto reduciría sus beneficios y no estimularía el préstamo de dinero, el gasto ni la inversión.

A la hora de invertir en cualquier producto financiero deberás fijarte en las ventajas e inconvenientes que te presente cada una de las opciones y seleccionar aquella que más se adapte a ti como inversor. Recuerda que en MAPFRE disponemos de un Servicio de ahorros e inversión para poder ayudarte a tomar la mejor decisión para ti.

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