Estos gastos suelen ser más grandes de lo previsto, y eso hace que no siempre se puedan pagar con los ingresos mensuales habituales. Por eso el fondo de emergencia es una medida de seguridad financiera que te ahorrará tener que enfrentar un problema al hacer un gran pago de manera inesperada.

Es importante recordar que un fondo de emergencia no es lo mismo que un fondo de contingencia, ya que este último se utiliza para cantidades más pequeñas como gastos sanitarios, veterinarios o arreglos imprevistos en casa como la caldera, por ejemplo.

Ventajas de tener un fondo de emergencia

  • Evitará tener que recurrir a financiación externa cuando tengas un imprevisto. Y es que conseguir un préstamo de manera urgente puede implicar un tipo de interés muy elevado.
  • Beneficiará tu salud mental y tu autoestima, y hará que no tomes decisiones malas y precipitadas.
  • Tener hábito de ahorro es algo positivo de por sí. Por ende, una vez conseguida la cifra planeada, puedes destinar el dinero que vayas ahorrando a otros objetivos, por ejemplo, ahorrar para la jubilación o ahorrar para comprar un coche.

Paso a paso: cómo crear un fondo de emergencia

No hay una cantidad fija ni establecida porque depende de muchos factores, como la actividad laboral o el tamaño de la familia. Los expertos coinciden en que un fondo de emergencia debería poder cubrir los gastos fijos de una familia entre tres y seis meses. Se entiende por gastos fijos aquellos que cubren las necesidades básicas y que suelen ser invariables a lo largo del tiempo (el alquiler o la hipoteca, los seguros, etc.).

Aunque reunir una cantidad de dinero que pueda cubrir tus gastos en un periodo de entre tres y seis meses pueda parecer una tarea dura, podrás conseguirlo si te organizas bien y te autoimpones una buena disciplina.

  • Paso 1. Decide cuánto dinero quieres que tenga tu fondo de emergencia, ten en cuenta tu estilo de vida.
  • Paso 2. Analiza tu flujo de ingresos y gastos mensuales. Analiza tus necesidades básicas (aquellas que no se pueden recortar) y tus gastos personales. Te aconsejamos deshacerte de los gastos hormiga. 
  • Paso 3. Una vez completado el análisis, determina si el remanente es suficiente para constituir un colchón financiero. En caso negativo, intenta reducir tus gastos vampiro y otros gastos innecesarios. Así podrás aumentar el aporte mensual al fondo.

Por último, decide dónde depositar este fondo de reserva. Lo más recomendable es que no esté en tu cuenta bancaria principal, así solo lo utilizarás cuando verdaderamente lo necesites.

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