Los fondos cotizados o ETF son una herramienta de inversión que combinan características de los fondos de inversión tradicionales con las acciones. Esto significa que este tipo de productos se gestionan como un activo bursátil en lugar de estar sujetos a las participaciones. Por lo tanto, es posible disfrutar de la diversificación propia de los fondos y, al mismo tiempo, de la liquidez que caracteriza a las acciones.

En otras palabras, puede decirse que los Exchange Trade Fund son instituciones de inversión colectiva, donde las participaciones cotizan en bolsa. Esto significa que se negocian y liquidan en tiempo real, a diferencia de lo que ocurre en los fondos clásicos, en cuyo caso el valor liquidativo no se establece hasta que no finaliza la sesión.

¿Cómo funcionan los fondos cotizados?

Dado que los ETF son un producto financiero híbrido entre los fondos de inversión y las acciones, los inversores pueden comprar y vender en cualquier momento, así como tantas veces deseen a lo largo del día. Por un lado, se encuentra la cesta de valores que cotizan en el mercado y, por otro, se busca replicar los movimientos de un índice bursátil que puede ser de renta fija, variable, mixta, etc., para obtener una rentabilidad según los precios que se marquen durante la jornada.

Pese a sus particularidades, según la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), los fondos cotizados son fondos de inversión. Asimismo, se gestionan de forma activa por parte de unos gestores cuya misión es conseguir el máximo beneficio.

Características de los fondos ETF

  • Los inversores que opten por los fondos cotizados se pueden beneficiar de una interesante diversificación debido a que albergan un grupo de acciones o activos.
  • En este tipo de productos financieros, se puede vender a corto plazo para obtener una liquidez inmediata. Además, los ETF se negocian en tiempo real, por lo que son más líquidos que un fondo de inversión tradicional.
  • Al igual que en otros productos de inversión, en los fondos cotizados también es necesario ajustar cuentas con Hacienda. En este caso, las ganancias o pérdidas se integran en la base imponible del ahorro y en el primer caso, es preciso aplicar un porcentaje que oscila entre el 19 y el 26 % según los rendimientos obtenidos.
  • Por norma general, las comisiones de gestión y depósito de los ETF suelen ser más bajas que en el caso de un fondo de inversión convencional. No obstante, se debe tener en cuenta otro tipo de gastos derivados de las operaciones en bolsa.
  • La inversión en fondos cotizados es totalmente transparente, ya que el usuario puede consultar los valores de negociación en cualquier momento.

Inconvenientes

Aunque los fondos cotizados resultan una opción muy llamativa para invertir los ahorros es preciso considerar también algunos inconvenientes:

  • La fiscalidad de los ETF españoles resulta menos ventajosa que en el supuesto de los extranjeros.
  • Los costes adicionales derivados de la compra – venta en el mercado bursátil puede reducir de forma considerable la rentabilidad obtenida.
  • En los ETF también influyen los vaivenes propios de la bolsa, por lo que para efectuar una transacción ventajosa es preciso que el valor del fondo cotizado se encuentre en niveles máximos o de lo contrario resultará muy complicado cerrar la venta.

Teniendo esto en cuenta, es importante destacar que merece la pena invertir en fondos cotizados cuando se busca incrementar los ahorros a través de la combinación de fondos y acciones. En otro supuesto, es interesante valorar las soluciones de inversión que ofrece MAPFRE que se adaptan a cada tipo de inversor.