Una gran parte de la sociedad desea retirarse de la vida laboral activa para disfrutar de más tiempo libre sin pensar en el trabajo. Además, si se cuenta con un producto de ahorro, es posible hacerlo con un mayor nivel adquisitivo. No obstante, se puede continuar aportando al plan de pensiones una vez jubilado en lugar de rescatar el capital de forma obligatoria cuando llega este momento.

¿Qué hacer con el plan de pensiones después de jubilado?

Cuando una persona se jubila legalmente según lo que establece la Seguridad Social, puede decidir seguir ahorrando para complementar la pensión pública con una cantidad económica superior más adelante. El beneficiario del plan tiene derecho a elegir en qué momento quiere recuperar todos los fondos acumulados en cualquiera de las formas fijadas por ley (renta, capital o mixta).

Como en cualquier producto de ahorro privado, la decisión de las aportaciones es personal y está sujeta a las circunstancias de cada individuo. En la actualidad, el ahorro tras la jubilación se ha convertido en una opción muy extendida que, además, permite seguir beneficiándose de una serie de ventajas fiscales cada año.

Condiciones para aportar al plan de pensiones una vez jubilado

Pese a que es posible continuar con las aportaciones al plan de pensiones una vez jubilados, es necesario cumplir una serie de requisitos:

  • El producto de ahorro tiene que haber sido contratado durante la vida laboral activa, es decir, antes de la jubilación.
  • Se puede seguir invirtiendo en el plan después de jubilado siempre que no se haya realizado ningún rescate parcial o total en base a dicha contingencia. No obstante, el beneficiario puede recuperar el capital posteriormente en cualquier momento.
  • Las aportaciones adicionales que se realicen una vez iniciado el cobro del plan de pensiones por jubilación se deben destinar a las contingencias de fallecimiento o dependencia, tal como establece la Ley de Regulación de los Planes y Fondos de Pensiones.

Deducción de las aportaciones después de la jubilación

Desde enero de 2021, las aportaciones al plan de pensiones una vez jubilado, al igual que las que se realizan durante la vida laboral, se benefician de la siguiente deducción en la declaración de la renta:

  • El 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas.
  • O 2.000 euros anuales, según cuál sea la menor de las cantidades.

Anteriormente, este límite máximo era de 8.000 euros anuales o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas en los planes individuales y en los Planes de Previsión Asegurados (PPA). En la actualidad, solo es posible incrementar el máximo de 2.000 a 8.000 euros cuando se trata de aportaciones realizadas por la empresa a favor del empleado en el caso de los planes de pensiones de empleo.

Del mismo modo, también se reduce el límite máximo de deducción por las aportaciones realizadas a los planes en los que sea titular el cónyuge. En este supuesto, la rebaja fiscal baja de 2.500 a 1.000 euros anuales.

Después de resolver las cuestiones más importantes sobre si es posible jubilarse y seguir aportando dinero al plan de pensiones, mejor empezar cuanto antes a ahorrar para el futuro. Con el objetivo de disfrutar de la última etapa de la vida con un mayor desahogo económico, es recomendable contratar el Plan de Pensiones MAPFRE que mejor se ajuste a la situación personal y a la finalidad que se pretenda alcanzara a largo plazo.

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