Una de las preguntas que cualquier persona se plantea cuando se acerca el momento de la jubilación es qué cantidad va a cobrar de pensión, porque todo el mundo sabe que va a cobrar menos que cuando estaba en activo.

Consecuentemente, la preocupación por la inevitable pérdida de poder adquisitivo que se producirá en el nuevo estado se vuelve angustiosa. Compensar o, al menos, paliar esta pérdida, solo es posible si se ha tenido la precaución de haber hecho unos ahorros durante la etapa de actividad profesional de cara a la jubilación.

Para entender la relación existente entre la pensión pública recibida por la jubilación y el sueldo percibido durante la etapa en activo está la tasa de reemplazo, también llamada de sustitución.

¿Qué es la tasa de reemplazo o sustitución?

Es un indicador de la pérdida del poder adquisitivo que supondrá para un trabajador acceder a la jubilación. En otras palabras, es la cantidad que cobrará una persona cuando se jubile en comparación con el último sueldo que percibía cuando estaba en activo.

Esta comparación se traduce en un porcentaje que servirá para calcular la pérdida de poder adquisitivo.

¿Cómo se calcula la tasa de reemplazo?

Para calcular la tasa de reemplazo o sustitución, la fórmula empleada es muy sencilla: se divide la cuantía de la pensión de jubilación entre el último sueldo cobrado en activo y la cantidad resultante se multiplica por 100.

Con un ejemplo, se verá más claro:

Un trabajador, cuyo último sueldo en activo fue de 1.800 euros mensuales, y al que le corresponde una pensión de jubilación de 1.200 euros mensuales, tendrá una tasa de reemplazo del 66.7 por ciento. Es decir, tendrá una pérdida de poder adquisitivo del 33,3 por ciento.

¿Para qué sirve la tasa de reemplazo?

Aparte de la utilidad personal para conocer la pérdida de poder adquisitivo del perceptor de una pensión de jubilación, la tasa de reemplazo o sustitución se utiliza también para medir y comparar entre diferentes países el nivel del poder adquisitivo de las personas jubiladas.

España es el país de la Unión Europea (UE) que tiene la tasa de reemplazo más elevada, muy por encima de la media comunitaria (46,3 por ciento) y de la Eurozona (49,9 por ciento). Es decir, es uno de los países cuyos trabajadores pierden menos poder adquisitivo al llegar a la etapa de jubilación.

Según los datos de la Comisión Europa recogidos en el informe Ageing Report 2018, la tasa de sustitución media en España es del 78,7 por ciento, lo cual indica que la pérdida de poder adquisitivo en nuestro país es de un 21,3 por ciento si los ingresos dependen, exclusivamente, de la pensión pública.

Expectativas futuras de la tasa de reemplazo

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Las previsiones de la UE para el futuro de la tasa de reemplazo no son muy halagüeñas. Estiman que, en España, en 2025, bajará hasta el 53 por ciento y a más largo plazo, en 2070, estará muy cerca del 45 por ciento.

¿Qué hacer ante estos malos pronósticos?

La insostenibilidad del actual sistema público de pensiones unido al progresivo aumento de esperanza de vida, sin olvidar la incertidumbre política, hacen necesario plantearse la necesidad de disponer de unos ahorros para afrontar la etapa de jubilación mediante la contratación de productos de ahorro privado con la suficiente antelación.

Por ello, para paliar esta diferencia es recomendable contratar un producto de ahorro privado con cierto tiempo, como los Planes de Pensiones MAPFRE con los que podemos asegurarnos una mejor calidad de vida llegado el momento de la jubilación.

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