El ingreso de una nómina mensual es un signo de estabilidad que permite realizar diferentes gestiones, como alquilar una vivienda o solicitar un préstamo, sin demasiadas complicaciones. Sin embargo, quienes no disponen de un sueldo fijo, como es el caso de los autónomos, deben presentar otro tipo de aval que justifique su solvencia para hacer frente a los pagos.

Más allá de las declaraciones de IVA e IRPF, los profesionales por cuenta propia tienen a su alcance diferentes alternativas para demostrar sus ingresos periódicos. Aunque no existe ninguna normativa que establezca la documentación que hay que exigir a este tipo de trabajadores, se puede mencionar la siguiente.

Aval bancario para autónomos

El alquiler de una vivienda por parte de un trabajador por cuenta propia puede llegar a ser una misión casi imposible. Una opción viable para reducir el riesgo que percibe el arrendador consiste en presentar un aval bancario. De este modo, si el autónomo no puede asumir el pago de la renta, la entidad financiera cubre las obligaciones económicas del inquilino.

Este tipo de avales para autónomos funcionan de forma similar a los préstamos. Esto significa que, si el profesional justifica una solvencia suficiente, el banco le concederá dicha garantía sin problemas.

Aval personal

El principal problema de los avales bancarios para autónomos es la necesidad de pagar una parte de intereses a la entidad bancaria con el fin de cubrir un posible impago. Por ello, otra opción que tienen los profesionales que desarrollan su actividad de forma independiente consiste en presentar un aval personal.

En este caso, una tercera persona sustituye al banco a la hora de hacerse cargo de las cuotas del alquiler, si al arrendatario le fuera imposible. Lo más recomendable es elegir una persona allegada, familiar o amigo íntimo que cuente con una gran fuente de ingresos o un patrimonio de alto valor.

Patrimonio personal

El patrimonio personal también puede servir como aval del autónomo en diferentes casos. En el supuesto de poseer diferentes propiedades, como viviendas, coches u otros bienes muebles, es posible utilizarlas para garantizar el cumplimiento de los pagos.

Documentación de la actividad como autónomo

El principal aval con el que cuenta un autónomo son los documentos que justifican su actividad profesional. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Recibos de los últimos meses de la cuota de autónomos para certificar que se está al corriente con este tipo de pagos.
  • Copia de los movimientos bancarios que justifican la percepción de ingresos de forma regular.
  • Declaraciones de la renta de los últimos años. En este sentido, una de las mejores garantías de estabilidad económica es el tiempo que se lleve desarrollando un trabajo como autónomo.
  • Declaraciones trimestrales del IVA.

Por último, los trabajadores por cuenta propia también pueden mostrar el comprobante de un producto de ahorro que tengan contratado, como un plan de pensiones. Esta opción no solo sirve para justificar la capacidad económica, sino que constituye una excelente manera de planificar el futuro, sobre todo en el caso de los autónomos.