Desde que entró en vigor la última Ley del Autónomo, los trabajadores por cuenta propia tienen derecho a incluir más facturas para desgravar en Hacienda. Se trata de la deducción de los gastos que implican los suministros de la casa, tales como electricidad, agua, gas, teléfono e Internet.

En este supuesto, se aplica una deducción como tal. Esto significa que la reducción afecta directamente a la base imponible del impuesto, concretamente en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Requisitos para desgravar las facturas de los suministros

  • En primer lugar, para que los autónomos puedan beneficiarse de estos gastos deducibles en la declaración, es necesario que desarrollen su actividad profesional en su vivienda habitual. En algunos sectores que desempeñan los trabajadores por cuenta propia, esta es una práctica bastante extendida.
  • Los suministros que se pueden desgravar son el agua, el gas, la electricidad, la telefonía e Internet.
  • La cantidad que se puede deducir es el 30% de los metros cuadrados que se destinan a realizar el trabajo con respecto a la superficie total de la vivienda. Es posible que se aplique un porcentaje superior o inferior si lo autoriza la Agencia Tributaria.
  • Es preciso que el pago de los suministros se efectúe de forma periódica, que estén debidamente justificados a través de una factura u otro documento acreditativo y que consten dentro de los libros de registro del trabajador. En algún momento, es posible que los servicios de inspección de la Agencia Tributaria reclamen la documentación pertinente para comprobar si tales gastos y deducciones se ajustan a la legalidad.
  • Los suministros de la vivienda solo se consideran gastos deducibles en el IRPF si se opta por la determinación del rendimiento neto en estimación directa.

Como ejemplo, se puede considerar un inmueble de 60 metros cuadrados, de los cuales 15 se destinan a la actividad económica. Tomando como base que los gastos de suministros ascienden a 3.000 euros al año, el 30% que se puede deducir habría que aplicarlo únicamente al espacio donde se desarrolla el trabajo. Por lo tanto, resulta que las facturas de gas, agua, electricidad, teléfono e Internet se pueden reducir en 225 euros anuales.

¿Se pueden deducir los suministros en el IVA?

La desgravación del 30% en los suministros de la vivienda únicamente es posible en el IRPF, pero no en el IVA. Esto se debe a que en el caso del Impuesto sobre el Valor Añadido es necesario que el gasto de dichos servicios afecte de manera exclusiva y directa a la actividad económica.

La vivienda no es un espacio dedicado exclusivamente al trabajo del autónomo, sino que también constituye su residencia habitual. Por ello, no se puede aplicar la deducción parcial de las cantidades de los suministros en el IVA si solo una parte de la casa se destina al desarrollo de las tareas profesionales.

El derecho de los autónomos a desgravarse las facturas de los suministros se debe a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. De este modo se abrió una interesante vía para que este tipo de trabajadores pudieran reclamar a Hacienda dichas deducciones. En cualquier caso, para asegurarse una reducción en la base imponible y un futuro sin sobresaltos después de la etapa laboral, contar con un plan de pensiones es una buena opción por su flexibilidad y rentabilidad, incluso para los trabajadores por cuenta propia.