Hablar de empresa en quiebra es en muchos casos asumir el fin de un sueño, pero los gestores empresariales con experiencia y profesión recuerdan que de los fracasos nacen grandes éxitos y que saber cómo cerrar una empresa a tiempo es importante y un aprendizaje duro, pero muy necesario.

Mi empresa está en quiebra

La quiebra o bancarrota es una situación jurídica concreta y definida por ley. Sin embargo, lo habitual es hablar de empresas en quiebra de forma general cuando hay problemas económicos, financieros o insolvencia; aunque no se haya declarado –aún- una situación de quiebra legal:

  • La situación de quiebra puede solicitarse de forma voluntaria o involuntaria. En el caso de la voluntaria es la propia empresa la solicitante, mientras que cuando es involuntaria es generalmente alguien externo a la compañía, por lo general, un acreedor el que solicita la quiebra.
  • Cuando la empresa no puede pagar sus cuentas o cuando sus obligaciones sobrepasan el valor justo de sus activos, la empresa puede ser declarada legalmente quebrada. Si se trata de una quiebra voluntaria no es necesaria que existe insolvencia, aunque es lo más habitual.
  • Los gestores recomiendan la quiebra como la última solución para una empresa, ya que lo común es que como resultado de esa declaración, la empresa se liquide y se disuelva de forma definitiva.
  • Entre la quiebra y la liquidación, cabe la posibilidad del acuerdo y la reorganización entre la empresa y sus acreedores cuando existen posibilidades de ajuste y mantenimiento para afrontar la situación.

Insolvencia: pre concurso y concurso de acreedores

Antes de llegar a la quiebra y cerrar tu empresa, debes valorar las oportunidades previstas por la ley principalmente el concurso o pre concurso de acreedores. Los abogados empresariales recuerdan que frente a la quiebra y antes de esa declaración, los administradores deben tomar medidas contra la insolvencia empresarial y solicitar el concurso o pre concurso de acreedores para intentar salvar la compañía y mantener el control.

  • Pre concurso de acreedores

Antes de llegar al concurso, se ofrece a las empresas la posibilidad del pre concurso de acreedores para intenta solucionar sus problemas de solvencia sin actores ajenos. Se trata de un periodo de tres meses antes de la petición oficial del concurso que las empresas pueden aprovechar para renegociar directamente con sus acreedores, especialmente con los bancos.

    Hay dos alternativas, el concurso voluntario: debe solicitarlo el propietario de la empresa cuando detecta que no tiene liquidez suficiente para hacer frente a sus compromisos de pago más inminentes. Solo tienes tres meses para estar en situación de impago sin solicitar este concurso de forma voluntaria. Existe obligación legal de solicitar el concurso antes de que cumpla el plazo de tres meses. Los responsables de la empresa mantienen el poder de gestión aunque supervisados por un administrador concursal. Este es el procedimiento más habitual en España.

    El concurso de acreedores necesario puede ser solicitado por cualquier acreedor o socio de la compañía. En este caso el juez nombrará un administrador concursal que toma las riendas de la empresa.

    Saber cómo afrontar el cierre de tu empresa es igual de importante que saber gestionar el éxito o la consolidación. Todas las grandes empresas cuentan con planes de contingencia para gestión de las crisis y los malos resultados, de hecho, las compañías más previsoras en este sentido son las que por ejemplo mejor han superado la reciente crisis económica.