En el caso de ser beneficiario de una deducción de IRPF por vivienda (viviendas adquiridas antes de 2013), Hacienda puede pedirte que demuestres que es tu vivienda habitual sin estar empadronado. Para ello deberás utilizar todas las herramientas que estén a tu alcance si es que resides en ese lugar.

Aunque presentes la escritura de compraventa o los documentos por los que se ha realizado la constitución de la hipoteca ante el Fisco, no quiere decir que estos sirvan como prueba que demostrar que resides en la vivienda. Estos documentos recogen los datos del propietario de la vivienda, pero no de quien reside en ella.

Estar empadronado en un sitio y vivir en otro: cómo lo demuestro

La forma más sencilla de demostrar que se vive en un determinado domicilio es acreditar el padrón del declarante.

Aunque en algunos casos esto no es suficiente, ya que es posible estar empadronado en un lugar y estar residiendo en otro. En el caso de que los datos no concuerden con el resto de datos aportados Hacienda no lo tomará como domicilio habitual.

Por ejemplo, si estás empadronado en Almería y has adquirido una vivienda en dicha localidad y la declaras como vivienda habitual, pero tu trabajo se encuentra en Barcelona, Hacienda no la considerará como tal ya que se encuentra muy lejos de tu puesto laboral. Por lo general, es obligatorio empadronarse en el municipio en el que se reside de forma habitual, pero algunas personas prefieren hacerlo en otros lugares.

Los documentos de tipo privado, como los elaborados por un administrador de fincas, no son válidos para Hacienda, porque para ellos no representan una prueba de que estés residiendo en dicha comunidad, tampoco se aceptarán las declaraciones juradas por parte de los vecinos.

Por tanto, a la hora de determinar cuál es la vivienda habitual de una persona, Hacienda realizará una serie de investigaciones para conocer si la que se está indicando es o no el lugar en el que vive:

  • Una de las principales pruebas utilizadas es la referente a los consumos realizados en la vivienda de luz, agua y gas. Estos ayudan a determinar si la vivienda está habitada o si por el contrario se trata de una segunda residencia, debido a que los consumos son bajos o están localizados en determinados meses del año.
  • Uno de los suministros que te pueden ayudar a demostrar que vives en el lugar que has indicado es que dispongas en dicho domicilio de una línea de teléfono fija con conexión a Internet. No tendría sentido realizar una instalación fija y estar pagando mensualmente por ella sin usarla.
  • Por otro lado, lo lógico es que la vivienda habitual corresponda con el domicilio indicado a efectos de notificación. Estas pueden ser el correo ordinario, las notificaciones de bancos, las aseguradoras, las entidades públicas o los recibos de suministros entre otros.
  • Hacienda también se fijará en que la vivienda que indicas como habitual corresponda con la que indican tu cónyuge y los hijos que estén a tu cargo. Si este no coincide deberás acreditar cuál es el motivo del mismo.

Como hemos señalado antes, el lugar de trabajo o el colegio de tus hijos, son esenciales a la hora de demostrar dónde resides de forma permanente. Por ello, en el ejemplo señalado antes, te será muy complicado convencer a Hacienda que realizas a diario un recorrido de varias horas desde tu casa hasta el lugar en el que están escolarizados tus hijos o en el que tienes tu puesto de trabajo.

En el caso de que Hacienda necesite revisar tu deducción, deberás tener en cuenta estos aspectos para poder demostrar que efectivamente resides en ese lugar. Esto mismo también sucede en caso de cambio de nacionalidad, por ejemplo.

Independientemente de donde estés empadronado es conveniente asegurar tu hogar para que puedas estar cubierto ante cualquier imprevisto.

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