El pasivo financiero

El término «pasivo financiero» puede parecer complejo, pero en realidad es un concepto bastante sencillo. En términos generales, un pasivo financiero es una obligación que una empresa o individuo tiene que pagar en el futuro. Estas obligaciones pueden surgir de una variedad de situaciones, como la compra de bienes o servicios, la recepción de un préstamo o la emisión de bonos.

Clases de pasivos financieros

Existen varios tipos de pasivos financieros, cada uno con sus propias características y ejemplos. Veamos los más habituales:

  1. Préstamos: Un préstamo es quizás el tipo más común de pasivo financiero. Cuando una empresa o individuo toma un préstamo, se compromete a devolver el dinero en un plazo determinado, generalmente con intereses.
    Por ejemplo, si una empresa toma un préstamo de 1 millón de euros para expandir sus operaciones, ese millón de euros se convierte en un pasivo financiero.
  2. Bonos: Los bonos son otra forma común de pasivo financiero. Cuando una empresa emite bonos, está esencialmente pidiendo dinero prestado a los inversores. A cambio, la empresa se compromete a pagar a los inversores una cantidad fija de intereses durante la vida del bono, y luego devolver el principal cuando el bono vence.
    Por ejemplo, si una empresa emite bonos por valor de 500.000 euros con un plazo de 10 años, esos 500.000 euros son un pasivo financiero.
  3. Cuentas a pagar: Son un tipo de pasivo financiero que surge cuando una empresa compra bienes o servicios a crédito.
    Por ejemplo, si una empresa compra 100.000 euros en materias primas a un proveedor y acuerda pagar la factura en 30 días, esos 100.000 euros son un pasivo financiero.
  4. Obligaciones de arrendamientos: Las obligaciones de arrendamiento son un tipo de pasivo financiero que surge cuando una empresa alquila un activo, como un edificio o equipo. La empresa se compromete a realizar pagos regulares durante la duración del contrato de arrendamiento.
    Por ejemplo, si una empresa alquila un edificio por 10.000 euros al mes durante 5 años, esos 600.000 euros (10.000 euros x 12 meses x 5 años) son un pasivo financiero.

En resumen, un pasivo financiero es cualquier obligación que requiere un pago en el futuro. Ya sea un préstamo, un bono, una cuenta por pagar o una obligación de arrendamiento, estos pasivos juegan un papel crucial en las finanzas de una empresa. Al entender qué son y cómo funcionan, las empresas pueden gestionar mejor sus finanzas y planificar el futuro con mayor eficacia.

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Pasivos financieros en las empresas

La lógica invita a pensar que es malo que una empresa tenga pasivos financieros, ya que tiene deuda pendiente de pago que, normalmente, además genera unos intereses que aumentan la cantidad total adeudada, pero no es así.

Un pasivo financiero bien utilizado es una vía para utilizar recursos futuros generados por la actividad que, de los que de otra manera sería imposible disponer.

Por ejemplo, si en una fábrica se compra una nueva máquina para etiquetar las cajas, que cuesta 200.000€ y lo hace mediante un préstamo, esa máquina permitirá aumentar la producción, reducir los costes de etiquetado y ampliar la facturación de la fábrica, en el corto plazo está adquiriendo una deuda si, pero en el medio y largo plazo, esa máquina producirá mayor beneficio que la deuda generada.

En resumen, un pasivo financiero es cualquier obligación que requiere un pago en el futuro. Ya sea un préstamo, un bono, una cuenta por pagar o una obligación de arrendamiento, estos pasivos juegan un papel crucial en las finanzas de una empresa. Al entender qué son y cómo funcionan, las empresas pueden gestionar mejor sus finanzas y planificar el futuro con mayor eficacia.

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